El director holandés Jaap Van Zweden dejará después de diez años la dirección musical de la Sinfónica de Dallas para asumir el mismo cargo con la Filarmónica de Nueva York, y para su temporada de despedida, conformó una cartelera muy interesante donde no olvidó su afinidad por la música vocal, coral y la ópera. Se puede mencionar, por ejemplo, la ejecución en concierto de Die Walküre de Wagner y sobre todo esta memorable versión de la Pasión según San Mateo BWV 244 (o Matthäus-Passion) de Bach, una obra muy completa y satisfactoria desde cualquier punto de vista musical, pero poco representada por las complejidades que requiere para su ejecución: doble coro, doble orquesta y buenos solistas. Poco importaría entrar en la comparación si una orquesta de instrumentos antiguos es mejor para tocar esta pieza o una orquesta clásica que interpreta otros repertorios. Basta decir que la Sinfónica de Dallas, dividida en dos ensambles en cada lado del escenario, por el profesionalismo y capacidad interpretativa de sus músicos, reforzada con instrumentos como laúd, viola de gamba, órgano; interpretaron la partitura como es, con su fuerza, de la cual se desprenden algunos de los más brillantes y lucidos momentos musicales, que hacen que el público no deje de apreciarla, sentirme envuelto y conmoverse por lo que esta música ofrece. Esta orquesta es una de las más importantes en Norteamérica y su profesionalismo quedó manifiesto, y francamente, de no ser por orquestas como esta, muchos se privarían de conocer y escuchar este tipo de obras maestras. En el podio, Jaap Van Sweden dirigió con autoridad y versatilidad, atención al detalle y a la dinámica, buscando el refinamiento en la emisión de los instrumentos, y resaltar los puntos más finos y ricos, pero sobre todo la sutileza y la unidad de las fuerzas musicales. No se puede dejar de mencionar el transcendental aporte que tuvo el Coro de la Sinfónica de Dallas, y el coro de niños de Dallas. El elenco de solistas contó con algunos nombres conocidos como el del barítono Matthias Goerne que interpretó el papel de Jesús con voz potente y oscura, algo destemplada por momentos. Philippe Sly prestó su profunda voz de bajo-barítono al papel de Pilatos, encauzada con claridad y naturalidad. El tenor Werner Güra, cantó con sentimiento y expresividad transmitiendo cierta bondad y melosidad. Por su parte, la soprano Valentina Farcas estuvo sobresaliente en su canto de grata y brillante tonalidad, capaz de transmitir sentimientos. La mezzosoprano holandesa Christianne Stotijn tuvo un desempeño destacado, su voz es amplia y de una coloración oscura satinada. La parte del Evangelista le fue confiado al tenor James Gilchrist, que lo hizo de manera correcta.
Opera-Musica Foto: Die Feen - Wagner - Théâtre du Châtelet, Paris - 04/2009(c) Marie-Noëlle Robert.
Wednesday, July 19, 2017
La Pasión según San Mateo en Dallas
El director holandés Jaap Van Zweden dejará después de diez años la dirección musical de la Sinfónica de Dallas para asumir el mismo cargo con la Filarmónica de Nueva York, y para su temporada de despedida, conformó una cartelera muy interesante donde no olvidó su afinidad por la música vocal, coral y la ópera. Se puede mencionar, por ejemplo, la ejecución en concierto de Die Walküre de Wagner y sobre todo esta memorable versión de la Pasión según San Mateo BWV 244 (o Matthäus-Passion) de Bach, una obra muy completa y satisfactoria desde cualquier punto de vista musical, pero poco representada por las complejidades que requiere para su ejecución: doble coro, doble orquesta y buenos solistas. Poco importaría entrar en la comparación si una orquesta de instrumentos antiguos es mejor para tocar esta pieza o una orquesta clásica que interpreta otros repertorios. Basta decir que la Sinfónica de Dallas, dividida en dos ensambles en cada lado del escenario, por el profesionalismo y capacidad interpretativa de sus músicos, reforzada con instrumentos como laúd, viola de gamba, órgano; interpretaron la partitura como es, con su fuerza, de la cual se desprenden algunos de los más brillantes y lucidos momentos musicales, que hacen que el público no deje de apreciarla, sentirme envuelto y conmoverse por lo que esta música ofrece. Esta orquesta es una de las más importantes en Norteamérica y su profesionalismo quedó manifiesto, y francamente, de no ser por orquestas como esta, muchos se privarían de conocer y escuchar este tipo de obras maestras. En el podio, Jaap Van Sweden dirigió con autoridad y versatilidad, atención al detalle y a la dinámica, buscando el refinamiento en la emisión de los instrumentos, y resaltar los puntos más finos y ricos, pero sobre todo la sutileza y la unidad de las fuerzas musicales. No se puede dejar de mencionar el transcendental aporte que tuvo el Coro de la Sinfónica de Dallas, y el coro de niños de Dallas. El elenco de solistas contó con algunos nombres conocidos como el del barítono Matthias Goerne que interpretó el papel de Jesús con voz potente y oscura, algo destemplada por momentos. Philippe Sly prestó su profunda voz de bajo-barítono al papel de Pilatos, encauzada con claridad y naturalidad. El tenor Werner Güra, cantó con sentimiento y expresividad transmitiendo cierta bondad y melosidad. Por su parte, la soprano Valentina Farcas estuvo sobresaliente en su canto de grata y brillante tonalidad, capaz de transmitir sentimientos. La mezzosoprano holandesa Christianne Stotijn tuvo un desempeño destacado, su voz es amplia y de una coloración oscura satinada. La parte del Evangelista le fue confiado al tenor James Gilchrist, que lo hizo de manera correcta.
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