Fotos Crédito. Liliana Morsia
Gustavo Gabriel Otero
Twitter: @GazetaLyrica
Buenos Aires, 04/06/2018. Teatro Colón. Gaechinger
Cantorey – Internationale Bachakademie Stuttgart. Solistas: Miriam Feuersinger
(soprano), Sohie Harmsen (soprano II, contralto), Patrick Grahl (tenor), Tobias
Berndt (bajo). Obras de Johann Sebastian Bach. Director musical: Hans-Christoph
Rademann.
La Internationale Bachakademie de Stuttgart
fundada en 1954 por el mítico Helmuth Rilling incluía un Coro denominado
Gächinger Kantorei Stuttgart. Hace algunos años su nombre mutó de la mano del
maestro Hans-Christoph Rademann en Gaechinger Cantorey, ensamble que engloba
tanto al Coro como a la orquesta barroca
que actúan en conjunto. La nueva denominación del ensamble recupera un concepto
de la época de Bach: la conjunción de un coro en el sentido actual más cantantes
que pueden alternar entre el canto en conjunto y un rol solista a lo que se
adicionan los instrumentistas. El programa se inició con la Cantata ‘Ich habe viel Bekümmernis’, BWV 21,
escrita para el tercer domingo posterior a la celebración de la Santísima
Trinidad. Dividida en dos partes la primera expresa una profunda desazón
mientras que segunda manifiesta la alegría del reencuentro con la fe en Jesucristo
y la promesa de una vida eterna. Voces e instrumentos barrocos se amalgamaron
de la mejor manera para brindar una versión exquisita, pero de expresividad
contenida, que nos llevó desde la tristeza del inicio al final exultante. Sin
dudas un Bach interpretado al más alto nivel y por especialistas. En la segunda parte el Magnificat, en re mayor, BWV 243 fue vertido con excelencia
pudiéndose apreciar toda la potencialidad y la gama de matices del Coro (que no
sobrepasa los 30 miembros), la ajustada orquesta, sus brillantes solistas
instrumentales y los cuatro solistas de muy buena calidad: la soprano Miriam
Feuersinger, la mezzosoprano Sophie Harmsen, el tenor Patrick Grahl y el bajo
Tobías Berndt. Fuera de
programa interpretaron -con los cuatro solistas incorporados al Coro- dos obras
de Bach vertidas de manera excelente: el coral ‘Wohl mir, dass ich Jesum habe’, de la cantata 147, y el ‘Dona nobis pacem’, final de la Misa en
si menor (BWV 232). Y ante el atronador aplauso del público volvieron a interpretar
dos números del Magnificat: el Coro
inicial (Magnificat anima mea Dominun)
y el Coro Final (Gloria Patri …);
quizás en versiones mucho más potentes que dentro del programa
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