Renzo Bellardone.
En un momento de pre-vacaciones navideñas ensombrecido por el ritmo incesante de Covid19 con continuas mutaciones y variaciones, surge espontáneamente un GRACIAS en el Teatro Coccia que ofrece la ligereza de la primera ópera escrita por Rossini de dieciocho años. Ya estamos ansiosos por conocer todas las variaciones y temas que caracterizarán la producción masiva de ópera cómica, que en este período de tristeza dan una particular sensación de calidez
La Cambiale di Matrimonio de Gioachino Rossini, en el
teatro Coccia di Novara se realizó en forma semi-escénica, y en colaboración
con el Conservatorio Guido Cantelli, con el elenco de los estudiantes del
proyecto RossiniLab fundado por Giovanni Botta dentro del Conservatorio Novara
y la European Opera Academy, además del intercambio con los alumnos y
profesores de la Accademia dei Mestieri dell’Opera del Teatro Coccia. En su comentario, el director Alfonso Cipolla
definió a la primera ópera temprana de Rossini, como "quintaesencia de
inventos musicales y teatrales, un cuerno de la abundancia de ironía y comedia
que la convierten en un destilado precioso de lo que sería la explosión
incontenible del Rossini mayor". El escritor ha subrayado en repetidas
ocasiones que no es un músico, sino un simple amante de la música y en
particular de la ópera, al que le encanta transmitir las emociones que se
sienten durante un espectáculo y además en este caso se adhirió al principio de
la emoción recibida, precisando que siempre agradecía la valentía de las
propuestas sobre todo con los jóvenes, como en este caso. La obra destaca por
su ligereza, y fue compuesta cuando el compositor apenas contaba con dieciocho
años. Por su parte, el elenco estuvo particularmente interesante cuando piensa
en la edad y las inevitablemente pocas experiencias que han tenido. El
escenario estuvo invertido y en el proscenio se presentaron estructuras y
pasarelas por las que se movian los cantantes, mientras en el escenario se ubicó
la orquesta de 45 integrantes, dirigida por Mirca Rosciani quien destacó con su
vestido blanco y el cabello rubio detrás; Más allá de esta seductora nota
escenográfica, hay que señalar su hermoso gesto amplio y comunicativo, por
momentos suave y en otros momentos muy decisivo logrando hacer una lectura de
todo lo escrito en esta obra por Rossini. La frescura de los intérpretes se
combinó con la alegría general reforzada por los "trajes de títeres",
como el propio Cipolla los definió y creó Silvia Lumes con espíritu lúdico. Matteo
Mollica estuvo entretenido e interpretó de manera brillante al Sir Tobia Mill,
mientras que Semyon Basalaev interpretó bien a Slook. Norton y Clarina fueron
bien interpretados por Franco Celio y por Simona Ruisi, respectivamente,
ofrecieron una buena interpretación de apreciable canto. Davide Lando dando
vida a Milfort fue en crescendo, pero destacó soretoddo Jayu Jin quien hizo una
Fanny muy divertida al no escatimar en variaciones y agilidad. Un elogio para
el teatro Coccia, un recinto tradicional piamontés, que sabe combinar la
necesidad con la virtud, ofreciendo un agradable espectáculo, brindando grandes
oportunidades.
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