Foto: Liliana Morsia
Luis G. Baietti para Opera in the World
Romeo et Juliette es
una de las Operas más bonitas del repertorio francés, favorecida por Gounod con
una sucesión interminable de bellas melodías (esas que son mala palabra para la
opera moderna) y escenas de gran fuerza dramática. Es al mismo tiempo
difícil de montar por la cantidad de personajes que incluye, todos los cuales
tienen algunas dificultades propias y no pueden ser dejados en manos de un
cantante cualquier. BAL optó en esta puesta por ir a lo seguro escalando un
elenco que incluye varias figuras importantes en los papeles complementarios.,
Tuvimos así un magnífico retrato de Capulet padre por ERNESTO BAUER como
padre de Juliette, servido por un voz que no suele oírse en la parte, un
imponente CHRISTIAN PEREGRINO como el Duque, IVAN MAIER como
Tybalt, y hubiéramos tenido a RICARDO CRAMPTON venido de Génova donde está
haciendo carrera para encarnar el Mercutio, pero por razones de salud no pudo
ser y el papel acabó siendo cantado por SEBASTIAN ANGULEGUI, con su bellísima
voz de barítono que está pidiendo compromisos mayores y una depurada línea de
canto más allá de un pasajero traspié en una de las arias, muy explicable por
las circunstancias de la sustitución de última hora. Un caso muy especial fue la presencia de LAURA POLVERINI para cantar el
relativamente breve papel de STEPHANO, casi un cameo. Polverini había sido
llamada in extremis cuando se pensó que FAVARO no podría cantar la parte
por razones personales, pero al resolverse este problema se le adjudicó
el papel de Stephano, para compensar la buena onda conque se presentó dispuesta
a colaborar. Todos los mencionados tuvieron desempeños a la altura de sus
antecedentes dándole gran relieve a partes que en manos de artistas menos
especiales acaban siendo secundarias. Pero el peso de la representación cae
necesariamente sobre la pareja protagónica, que debe encarar duos, arias ,
concertantes a cada cual más exigente. Amen de ser el centro del drama. ORIANA
FAVARO es una de las mujeres más lindas que pisan nuestros escenarios de Opera
y tiene una voz que no desmiente su apariencia. Cálida, agradable al oído,con
buenos agudos y un vibratto rápido muy bien controlado, no especialmente
extensa o voluminosa pero completamente a la altura de la partitura. A su lado el joven tenor SANTIAGO BALLERINI coronó su carrera ascendente con
una actuación memorable, sobre la cual quiero extenderme al final. Fue una versión perfecta entonces ¿? Lamentablemente no. Alguitas cosas
fallaron. En primer lugar los dos primeros actos fueron cantados con un ritmo lento,
cansino por momentos soporífero. Creo que el maestro se sintió obligado a
seguir la decisión de los protagonistas de cantar con el mínimo de voz posible
para reservarse para las terribles escenas finales y no llegar agotados. El asunto
es que la versión pareció despertar después del aria de Stephano cantada por la
Polverini a toda voz (y que voz ¡!)- Los ritmos se hicieron más ágiles y la
sonoridad menos amortiguada, con momentos de muy especial tensión. La puesta no es de las peores, en la medida en que no introdujo variaciones en
la conducta de los solistas principales que fueron iguales a lo que Gounod
quería. Pero todo lo que hubo alrededor fue un autentico mamarracho.
Querubines, corazones flechados, carteles luminosos de neón, bailarinas de can
- can que muestran generosamente su ropa interior ( en la fiesta de cumpleaños
que Capulet ofrece a su hija ¡!!!!), payasos acrobáticos de circo, etc.etc. Estoy empezando a preocuparme. Con esta tendencia a ser puntillosos en lo
musical para acercarnos cada vez más a lo que propuso el autor, abriendo cortes
por ejemplo y totalmente irrespetuosos con la parte escénica mucho me temo que
algún día veremos un director musical alzarse y querer el también ser original
como su director de escena y que se hable un poco de él.. Y si uno quiere hacer
la primer versión de Romeo et Juliette kitsch por que el director musical no
podrá para que se hable de él hacer la primer versión de Romeo y Julieta
desafinada o con guitarras eléctricas y ritmo de rock ¿? Están matando la ópera
so pretexto de revitalizarla. El público sale contento del teatro porque vio
algo que leyó en el diario que era muy bueno, pero no se compenetra, no se
emociona, no entiende nada, porque la historia ha sido destruida. Pero terminemos
hablando de algo agradable. SANTIAGO BALLERINI desde la primera vez que me
llamó la atención en VIAGGIO A REIMS en un papel breve de tenorino, ha
venido creciendo artísticamente. –Tiene hoy una voz firme de muy buena
extensión y que en los concertantes sabe traspasar la barrera sonora del coro y
la orquesta. Es además muy buen actor. Su versión de la escena del duelo y del
destierro cantada con total despliegue vocal y rematada con impactante sobreagudo
que muchos tenores evitan (en MORIRE PERO LA QUIERO REVER ) fue sencillamente
magistral. Bravo.
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