Fotos: Prensa Teatro Colón /Máximo Parpagnoli. Prensa Teatro Colón / Arnaldo Colombaroli.
Gustavo Gabriel Otero
Twitter: @GazetaLyrica
Buenos Aires, 03/07/2019. Teatro Colón.
Giacomo Puccini: Turandot. Ópera en
tres actos. Libreto de Giuseppe Adami y Renato Simoni, basado en la fábula de
Carlo Gozzi. Escena final completada por Franco Alfano. Roberto Oswald,
concepción escénica y escenografía. Matías Cambiasso, director de escena
repositor. Aníbal Lápiz, codirector de escena repositor y vestuario. Christian
Prego, repositor de la escenografía. Rubén Conde, iluminación. Nina Warren (Turandot),
Arnold Rawls (Calaf), Jaquelina Livieri (Liu), Lucas Debevec Mayer (Timur), Sebastián
Angulegui (Ping), Iván Maier (Pang), Sergio Spina (Pong), Juan Font (Mandarín),
Gabriel Renaud (Emperador Altoum), Gabriel Centeno, (príncipe de Persia), Analía
Sánchez y Cintia Velázquez (Doncellas). Orquesta, Coro Estable y Coro de niños del
Teatro Colón. Director del Coro: Miguel Martínez. Director del Coro de Niños: César
Bustamante. Dirección Musical: Christian Badea. Función Especial para el Banco
Ciudad.
El
Teatro Colón programó diez funciones de ‘Turandot’
de Puccini en la que se alternaron tres elencos para los roles principales de
Turandot, Calaf y Liù, combinados con dos repartos para el resto de los papeles.
Cuatro funciones fueron para los tradicionales abonos con una distribución muy
convincente en los roles menores pero desafortunado en los principales, dos
representaciones tendrán como protagonistas a tres artistas argentinos de
calidad como son Mónica Ferracani, Enrique Folger y Marina Silva; y otras
cuatro al elenco que reseñamos, de las cuales tres funciones son de las
llamadas ‘extraordinarias’ -sea las que se ponen en venta todas las localidades
del teatro- más ésta que fue exclusiva para el ‘Aliado Principal’ del Teatro
Colón: el Banco Ciudad. Las localidades fueron para los clientes del Banco
Ciudad, que recibieron sus entradas en forma gratuita, y también para directivos,
empresarios, miembros del mundo de la banca y las finanzas e invitados especiales.
Gazeta
Lyrica pudo estar presente gracias a la Oficina de Prensa del Banco
Ciudad. Como
primera aproximación al espectáculo podemos señalar el respeto y el disfrute
del público -algo poco habitual en estas funciones especiales- y que el
resultado artístico fue de mayor calidad en esta representación que el
conseguido por el elenco de las funciones de abono. O sea que el ‘segundo’
elenco se convirtió por su calidad general y por coherencia en el verdadero ‘primer’
elenco.
A
favor del maestro Christian Badea a
cargo de la dirección orquestal, podemos indicar que abrió los pequeños cortes
que se hacen en la partitura en la primera escena del segundo acto a cargo de
Ping, Pang y Pong, que restituyó la partitura original en la frase ‘Ti voglio tutta ardente d'amor!’ de
Calaf en el final del segundo acto en lugar de cantarse el agudo extrapolado
por la tradición y que normalmente es un grito sin sentido en la palabra ‘ardente’; y no se cortó el fragmento ‘Del primo pianto’ de Turandot en el
final del tercero. Lamentablemente en el resto de la versión no pudo salir de
una decorosa rutina que en ningún momento consiguió algo más que una lectura
correcta de la obra. La orquesta Estable resultó adaptada a la lectura del
director musical. En
la faz visual se utilizó la idea original y los bocetos escenográficos que creó
en 1993 Roberto Oswald con las
adaptaciones realizadas por el artista en 2006. Todo el planteo es monumental
con uso de escaleras, rampas, diversos planos, colosales estatuas y un gong
enorme como abrazado por dragones. El vestuario de Aníbal Lápiz fue un complemento perfecto de la concepción visual. La
reposición de la dirección de escena a cargo de Matías Cambiasso y Aníbal
Lápiz respetó la concepción original de Oswald -que falleció en 2013- y combinó
eficazmente las escenas individuales con la espectacularidad de las de
conjunto.
La misma fue iluminada muy eficazmente por Rubén Conde. La
soprano Nina Warren fue una Turandot
de registro homogéneo, muy buena llegada al agudo, canto pleno sin estridencias
y sin trucos, conocimiento de la parte y gran ductilidad escénica. Cumplió con
creces con todas las exigencias del rol, mostrando un gran crecimiento respecto
a su última actuación en Buenos Aires en 2006. El
tenor Arnold Rawls ofreció un Calaf
de carácter más lírico que dramático, con bello color vocal, adecuado caudal,
buena emisión y correcta gradación de las sutilezas interpretativas. Jaquelina Livieri fue una impecable Liù.
Brilló en cada
una de sus intervenciones por conocimiento del estilo, emisión perfecta,
sutileza interpretativa, convicción escénica, agudos perfectos y pianísimos y
filados de extraordinaria factura. Lucas Debevec Mayer fue un perfecto Timur con todo
lo que requiere la partitura. Muy bien servidas las tres máscaras que compusieron
Sebastián Angulegui (Ping), Iván Maier (Pang) y Sergio Spina (Pong). Juan Font resultó
un mandarín de fuerte presencia escénica y gran volumen, adecuado el Emperador
de Gabriel Renaud y correcto el resto del elenco. El Coro
Estable se escuchó sólido y bien preparado y el de niños en su breve
intervención no defraudó.
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