Ramón Jacques
Alcina, ópera que fuera estrenada en una versión escénica hace 35
años por esta compañía, es el cuarto título de la actual temporada de la Ópera
de Los Ángeles. La ópera seria en tres actos de Händel se escuchó esta vez en
concierto, y sustituyó a Temerlano
que fue cancelado con el resto de la temporada pasada, con un elenco
completamente distinto al de Alcina; solo se mantuvo a la orquesta inglesa The
English Concert dirigida por su titular Harry
Bicket. A propósito de Tamerlano,
escenificado aquí en noviembre del 2009, hasta hoy el último título barroco
visto en este teatro, evidenciando las reservas y duras de la propia dirección de
la compañía hacia este tipo de obras, por lo que solo programó dos conciertos
de Alcina. La función a la que asistí lamentablemente tuvo una baja afluencia
de público, si además se incluye a todos aquellos que decidieron retirarse
durante el primer intermedio. Si bien, hacer mención de esto parecería un tema
irrelevante, cuando lo que importa es lo que se ve y se escucha en escena, no
deja de llamar la atención lo poco que se hecho para involucrar e interesar al público
para apreciar esta maravillosa música, sobre todo cuando se vive en un periodo
en el que los recursos de los teatros deben escasear, y cada butaca vacía debe
representar una dolorosa perdida económica. De la versión que se escuchó, se
omitieron la mayoría de los recitativos, aun así, el resultado musical fue
ampliamente satisfactorio, comenzando por el marco musical creado por la
orquesta The English Concert, que en
su ejecución se mostró como una agrupación compacta, homogénea y dinámica, que
regaló brillantes pasajes orquestales bajo la conducción de su titular Harry
BIcket quien dirigió desde el clavecín. Alcina, es la ópera que más interpreta
esta orquesta durante sus giras. El elenco mostró un desempeño sobresaliente,
comenzando por el Bradamante de la mezzosoprano Elizabeth De Shong, quien canto con una maestría vocal, pirotécnica
y emocionante en cada una de sus arias. Impecable dicción, elegancia y
suntuosidad es lo que aportó. Por su
parte Lucy Crowe, cautivó por la
brillantez y la nitidez de su timbre, y por la gracia que le dio al personaje
de Morgana, tanto ella como la mezzosoprano Paula Murrihy, en el papel de Ruggiero, fueron muy convincentes en
lo vocal como en lo escénico, ya que ambas mostraron apegó y vida a sus
respectivos papeles. Murrihy, posee además un timbre seductor, oscuro y
colorido. Karina Gauvin, ofreció una destacada demostración vocal en el papel
de Alcina. Su voz ha adquirido cuerpo y
color, y aunque agradó por su canto, se le notó desconectada y distante con
relación al resto de los personajes. Alek
Schrader, hizo una caracterización divertida, no forzada, del personaje de
Oronte, y resaltó la calidez de su timbre de tenor ligero. Completó el elenco, el bajo Wojtek Gierlach como Melisso, con una
voz potente, profunda, pero francamente fuera de estilo.
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