Ramón Jacques
Un recital
acompañado al piano, en el que se abordaron diversos estilos y repertorios fue
el que ofreció la soprano rusa Olga
Peretyatko en el Palau de la Música Catalana de Barcelona, la emblemática y
pintoresca sala de conciertos de esta ciudad. Quienes asisten por primera
ocasión a este recinto quedan maravillados por la originalidad de su
arquitectura y decorados con vitrales, columnas con mosaicos etc. La proximidad
entre los artistas con el público y la buena acústica del recinto genera un cierto
sentido de intimidad como en este evento.
La destacada interprete comenzó la velada con una serie de tres ‘mélodies’ de Gabriel Fauré como: Les roses d’Isphahan, Clair de lune y Après un rêve, que fue seguida de una secuencia de tres piezas de Franz
Liszt: O quand je dors, Loreley y O lieb, so Lang du lieben kansst en las que, si bien exhibió claridad
y grata coloración en su canto y su emisión, pareció un poco rígida y poco
comunicativa en escena. Sin embargo, la
intensidad fue subiendo de nivel cuando abordó piezas del belcanto, cuyos papeles la han lanzado al estrellato, regalando una
alegre y ágil ejecución del aria ‘Oh luce
di quest’anima’ de Linda de Chamonuix de Donizetti; así como dos vibrantes
arias de Rossini, cargadas de pirotécnica vocal y nitidez como: ‘All’ombra amena’ de Il Viaggio a Reims
y ‘Bel raggio Lusinghier’ de
Semiramide. Su interpretación de ‘Casta
Diva’ de Norma de Bellini no tuvo el resulta deseado, ya que sonó cargada
de solemnidad y monotonía, con una dicción no del todo convincente, sin lograr
tocar las fibras que normalmente puede alcanzar esta pieza. Mas afín a su sensibilidad y mas envuelta en
el texto se mostró en las tres romanzas de Tchaikovsky como Sred' shumnogo bala op. 38 nr. 3, Ja
Li V Pole op.47/7 y en Denj
li tsarit. op.47/6, en las que
mostró su compenetración con el texto y envolvimiento con la música además de una
intensa coloración. Igual resultado
obtuvo con las romanzas de Rachmaninov como: Vocalise, op 34 num 14 y con Vesennye vody, op 14 num 11, y sobre
todo con Zdes' khorosho, Op.21, No.7
con la cual brindó uno de los momentos más conmovedores y cálidos de la velada.
No se debe olvidadar que Peretyatko, es actualmente
un nombre reconocido en el mundo de la ópera y su presencia atrajo a este recinto
a un entusiasta grupo de seguidores que aplaudieron cada una de sus
intervenciones. Al final, debió regalar
tres bises: la Vilanelle de Anna dell’Acqua,
una canción rusa de Rimsky Korsakov para finalizar con un alegre ‘vals de
Julieta’ de Romeo et Juliette. El acompañamiento
al piano de Giulio Zappa fue correcto,
creando un marco musical adecuado para la voz de la interprete, y que tuvo su
oportunidad de mostrarse como solista con: Une
caresse à ma femme de Rossini y con las Mazurcas,
op 67num 3 y 4 de Chopin.
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