Foto: Houston Symphony
Orchestra; Andres Orozco-Estrada Werner Kmetistch.
Ramón Jacques
Jones Hall, Houston Texas. Abril
30 de 2022. La Sinfonía No. 2 en do menor,
conocida como “Resurrección” (Auferstehung) compuesta en 1894 y
considerada como la obra más exitosa de la carrera del compositor austríaco
Gustav Mahler fue el título elegido por la Houston Symphony Orchestra para el
concierto de despedida de su director titular, el maestro colombiano Andrés Orozco-Estrada, quien después de
ocho años cederá su lugar a Juraj
Valčuha, director eslovaco que oficialmente asumirá el puesto a inicios de
la próxima temporada. Haciendo un
balance sobre la gestión de Orozco-Estrada al frente de esta agrupación
musical: nos encontramos con que deja una gestión positiva, al haber dirigido
224 conciertos (que pudieron haber sido más de no ser por la cancelación de las
dos temporadas precedentes y las restricciones a los viajes que no le
permitieron estar presente durante casi dos años en Houston); realizó además 6
grabaciones discográficas y 10 estrenos absolutos con la orquesta, 17
conciertos con la participación del Houston Symphony Chorus. Durante su gestión
debutaron 87 artistas invitados, y personalmente se ocupó de renovar la
plantilla, incorporando 25 nuevos músicos, incluido el actual primer violín,
sin olvidar la exitosa gira que realizó por Europa, y presentaciones en
Sudamérica con la orquesta; además de las memorables ejecuciones de óperas,
algunas en versión escénica, como: Fidelio de Beethoven, Die Entführung aus dem
Serail de Mozart, Oedipus Rex de Stravinski, El Castillo de Barba Azul de Béla
Bartók, entre muchos otros logros. La
presencia de Orozco-Estrada se echará de menos en Houston, ya que con él se
confirma que no es necesario que una orquesta este bajo el cargo de un nombre mediático,
si no la de un director con personalidad que se involucre en aspectos
operativos de la orquesta, en conformar programas balanceados para la creación
de nuevos públicos, y especialmente en sorprender e interesar a los
espectadores que asisten regularmente a la sala de conciertos Jones Hall. La
sinfonía coral “Resurrección” de Mahler tiene además una historia significativa
con esta orquesta ya que fue la obra ejecutada en el 2013 para despedir a su director emérito, el austriaco Hans Graf; y nuevamente en el 2018 para conmemorar el
quinto aniversario de Orozco-Estrada al frente de la agrupación. En el concierto que nos ocupa, Andrés Orozco-Estrada dirigió con una
notable carga de inspiración, vitalidad y emoción, sin dejar a un lado la
precisión y minuciosa atención que lo caracteriza en cada detalle de lo que
sucedía en escena. Orozco-Estrada, fue esculpiendo, trabajando y matizando cada
movimiento del concierto, guiando y llevando a los músicos, y al público mismo,
en una especie de viaje espiritual e hipnótico a través de la muerte y el
apocalipsis, hasta alcanzar la eterna tranquilidad con un glorioso y
resplandeciente final. Homogénea sonó la sección de cuerdas y cornos, como
notorias se escucharon las percusiones, las harpas y los metales fuera del
escenario. La mezzosoprano Sasha Cooke ofreció una conmovedora
interpretación de: "O Röschen rot! con sentimiento, intención y su
exuberante y penetrante color oscuro. Por su parte la soprano Ana María Martínez, aportó un canto nítido
y brillante en su intervención. Al final, Orozco-Estrada pareció estar en
sintonía con la naturaleza espiritual de la obra, dirigiendo un final de
sublimes proporciones con: campanas replicando, resonantes timbales, exuberantes
intervenciones corales de parte del extenso y alegre coro Houston Symphony
Chorus, que exhorta a la humanidad a "florecer de nuevo” Al final se
cumplió el cometido, de despedir a un notable director con un concierto que
dejó una impronta que será muy recordada por todos los allí presentes.
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