Fotos: Cory Weaver
Ramón Jacques
War Memorial Opera House. San Francisco California. Estados Unidos. Septiembre 10 del 2022. Comenzó la temporada 2022-2023 de la Opera de
San Francisco, pero no se trata de una inauguración más, si no que es la del centenario
de la fundación de la compañía, que realizó su primera función el 23 de
septiembre de 1923 con La bohème de
Puccini, en el Civic Auditorium de la ciudad. Años más tarde, en octubre de
1932, se estrenaría, con una puesta en escena de Tosca de Puccini, su actual
sede, el célebre teatro War Memorial Opera House. Desde entonces comenzó a
escribirse la historia de una de las compañías de ópera estadounidenses más
importantes, que ha tenido repercusión internacional por la innumerable
cantidad de destacados: cantantes, directores de orquesta y de escena, que por
aquí han pasado, así como por la variedad de repertorios y títulos, algunos
estrenos mundiales o americanos, comisión de óperas, y producciones escénicas
que aquí se han presentado. Para tan significativa conmemoración se realizó el
estreno absoluto de la opera Anthony and Cleopatra, opera que le fue
comisionada para esta ocasión al compositor y director de orquesta
estadounidense John Adams, uno de los autores más representativos e influyentes
del genero de música minimalista y de la ópera contemporánea, que ha tenido una
estrecha relación con este teatro, no solo por ser residente de esta región,
sino porque allí se han visto reposiciones
de sus óperas The Death of Klinghoffer
(1992) y Nixon in China (2012); así
como las primeras las primeras representaciones
de Dr. Atomic (2005) y en la
temporada del 2017 de su ópera Girls of
the Golden West. Para la creación de
Anthony and Cleopatra, Adams se basó en la obra homónima de Shakespeare, cuya
trama es una de las más complejas en su temática y su forma, y realizó su
propia versión, a la que le agregó pasajes de otros textos clásicos
principalmente de Plutarco y Virgilio.
La obra original de Shakespeare, se compone de 42 escenas, 40 personajes
y dura aproximadamente 4 horas. El libreto de la versión simplificada y
reducida de Adams, consta de solo 10 escenas, dividas entre dos actos, y 12
personajes, y una duración de tres horas. Cabe señalar que la concepción de
esta obra Adams prescindió de trabajar al lado de su viejo amigo y colega Peter Sellars, y en la creación del
libreto participó la escritora Lucia
Scheckner. La trama versa sobre Marco Antonio, uno de los tres gobernantes
de Roma, que, a causa de su relación amorosa con Cleopatra, reina de Egipto en
su retorno a Roma debe enfrentarse al ambicioso general Octavio (Augusto)
Cesar, y próximo emperador de Roma; pero ante la derrota y la perdida de
Cleopatra decide suicidarse. Por su
parte, Cleopatra, al darse cuenta de la perdida de Antonio, y antes de ser
llevada a Roma para ser humillada como trofeo por el triunfo militar de César,
decide de igual manera quitarse la vida. La trama de Adams logra fusionar temas
vigentes de la actualidad, y más allá de enfocarse solo en una historia de
amor, logró retratar de una manera provocadora, pero oportuna temas actuales
como la convulsionada política mundial, el declive de los valores democráticos,
el poder internacional, la manera de acceder al poder al costo que sea, y la
guerra. La obra no es tan polémica como sus trabajos anteriores de la mano de
Sellars, pero tampoco huye a su componente político. Por ello, la propuesta
escénica de la directora Elkhanah
Pulitzer, que trabajó de manera cercana a Adams y Scheckner, situó la
escena en un ambiente hollywoodesco en la década de 1930, y sobre un enorme
muro negro situado sobre el escenario, una especie de telón, entre cada cambio
de escena y ambiente, se transmitían escenas de la época del fascismo italiano,
así como de la boda del Príncipe Umberto II con María José de Bélgica (filmada
en enero de 1830) o del matrimonio de la
hija de Benito Mussolini, Edda, con el propagandista fascista y ministro de asuntos
exteriores Galeazzo Ciano (filmada en abril de 1930) entre otras, creando un
efecto estético para el espectador, pero
también con el propósito de inquietar, perturbar, y dentro de un aspecto oscuro
y lúgubre, no dejar indiferente a ninguno de los presentes en la sala. La
producción escénica fue ideada por Mimi
Lien, con elegantes vestuarios de Constance
Hoffmann, y un buen trabajo de David
Finn en la iluminación. Bill
Morrison, fue el encargado de las proyecciones. Desde el punto de vista
musical, Adams ha captado la trama y el temperamento de los personajes de
Shakespeare, dotándolos de una voz propia con un texto rico y contemporáneo, y
ha sabido adaptar y crear una propicia línea vocal melódica para sus cambiantes
ritmos. Su música es intensa y posee un componente que la da un aspecto
teatral. Sus inconfundibles líneas minimalistas se escuchan constantemente en
la orquestación de esta ópera, que recorren los diferentes estados de ánimo por
los que atraviesan los personajes, en interesantes y muy liricos dúos de amor entre
los protagonistas, arias, partes corales o en momentos de tensión, como si se
tratará por momentos la banda sonora de una obra cinematográfica. Un buen trabajo ofreció desde el foso la
maestra coreana Eun Sun Kim, actual
director musical del teatro, quien condujo con pericia y habilidad, mostrando
seguridad y sacando provecho a cada ejecución individual y en conjunto de los
instrumentistas de la orquesta. El
sólido elenco vocal, contó con la presencia del bajo-barítono Gerald Finley en el papel de Anthony
quien mostro familiaridad con el estilo de Adams (interpretó en este escenario
el papel de J. Robert Oppenheimer en el estreno de Dr. Atomic) y desplegó una
voz profunda, buena proyección y adecuada dicción. Su desempeño escénico, fue
correcto, dando credibilidad a su personaje.
Como Cleopatra, la soprano Amina
Edris mostró una admirable personificación, convincente en lo actoral, dotando
de humanidad a la protagonista, y a la vez sacando provecho de los pasajes más
cantables con los que la dotó Adamas, desplegando una gama de colores y brillantes
agudos en su canto. El tenor Paul Appleby también sobresalió en su
interpretación del ambicioso Cesar, su canto fue intenso, y su escena del
discurso frente a una multitud fue uno de los momentos más preponderantes de la
función. El resto de los cantantes del elenco mostraron en buen nivel en sus breves
pero importantes partes, destacando la suntuosidad en la voz de la mezzosoprano
Elizabeth DeShong como Octavia, el
canto profundo y pausado del bajo-barítono Alfred
Walker como Enobarbus y el de la mezzosoprano Taylor Raven como Charmian, asi como el del legendario
bajo-barítono Philip Skinner (Ledipus), un caballo de mil batallas formado en este teatro. El coro bajo la conducción de su nuevo director John Keene, tuvo breves pero uniformes
intervenciones cuando fue requerido. Al igual que las obras anteriores de
Adams, se espera que esta ópera sea repuesta en diversos teatros
estadounidenses, y seguramente en algunos internacionales, por lo pronto el
Metropolitan de Nueva York, coproductor del proyecto, la tiene ya en agenda
para su próxima temporada. Como un dato anecdótico, tanto en el estreno de La bohème en 1923 como en el Anthony and
Cleopatra en el 2022, sus respectivos compositores, Puccini y Adams, vivían al
momento que San Francisco eligió presentar sus óperas.
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