Wednesday, May 21, 2025

Les Arts Florissants en Houston


Foto: LPJR

Ramón Jacques

Fundada en 1979 por el director de orquesta y clavecinista estadounidense William Christie, Les Arts Florissants es la decana de las orquestas francesas de música antigua, tanto así que varios de los más conocidos ensambles franceses de instrumentos antiguos fueron fundados por exmiembros y discípulos de Christie.  El descubrimiento de la partitura  de la ópera Atys de Jean Baptiste Lully 1632-1687) extraída de la Bibliothèque nationale de France, y su posterior puesta en escena entre diciembre de 1986 y enero del 1987, que no había sido puesta en escena desde 1753, así como de una grabación discográfica, marcaron un hito para para música barroca, ya además de darle dieron reconocimiento internacional a Les Arts Florissants, se dio el renacimiento de la ópera barroca en Francia, y animó a ostras orquestas y musicólogos a desempolvar antiguos manuscritos y partituras, y posteriormente ofrecerlos al público francés a través de la amplia red de festivales y teatros que hay en aquel país. Es por ello por lo que la posibilidad de asistir a un concierto de esta agrupación es una experiencia que no se debe pasar por alto porque se garantiza un alto nivel interpretativo.  Como parte de su más reciente, extensa y exitosa gira por los Estados unidos, en el que se realizaron 21 conciertos en las ciudades más importantes del país. La ciudad de Houston, por iniciativa de la asociación musical Performing Arts Houston tuvo la suerte de contar con la presencia de este ensamble, en concierto realizado en el pequeño teatro Cullen Theatre, ideal para este tipo de música, perteneciente al complejo Wortham Theatre Center, donde es la sede de la Houston Grand Opera.  El concierto se tituló “Las cuatro estaciones de Vivaldi a sus 300” (Vivaldi’s Four Seasons at 300) con motivo de la conmemoración de la publicación original de las Cuatro estaciones, opus 30, el grupo de cuatro conciertos para violín del compositor veneciano Antonio Vivaldi (1678-1741) en 1725. Este concierto enmarcó las cuatro estaciones, icónicas obras maestras, de una nueva manera, situándolas junto a la música que Vivaldi habría conocido en Venecia, y que fueron composiciones inspiradas por su audaz visión. Los cuatros partes se escucharon a lo largo del concierto intercaladas por otras obras del compositor de otros, (una práctica que se realiza constantemente en la actualidad y que da fluidez a los conciertos), como el notable Concierto grosso No. 12 en re menor “La Follia (después de Corelli) de Francesco Geminiani (1687-1762) que es la reelaboración de la sonata final para violín del opus 5 de Corelli,  de variaciones de la Follia, y en el que Geminiano una parte de viola y una parte de segundo violín a la textura del violín y bajo de Corelli, con una fulgurante ejecución de  las cuerdas y clavecín de la orquesta, que incorporó para esta gira como instrumentistas a los  jóvenes valores más destacados de la actualidad de la música barroca como la violinista francesa Yaoré Talibart, (quien visitó México como violinista principal de la orquesta Les Nouveaux Caracteres en noviembre del 2022), así como la chelista francesa Hanna Salzsenstein, y al violinista de más rápido ascenso y virtuosismo como el  joven francés Théotime Langlois de Swarte, quien fungió como solista, principal y director de la orquesta, puesto que ya ha ocupado el puesto de director de la Orchestre de l’Opéra Royal de Versailles donde ha dirigido obras de Bach, Les Bourgeois gentilhomme de Lully (con Les Musiciens du Louvre) así como Zemire et Azor de Grety  y a finales de este año Iphigenie en Tauride de Gluck en el teatro de la o en el teatro de la  Opéra-Comique de Paris. Langlois de Swarte regalo la explosividad y la fulguración de su instrumento, y en el mi mayor, la tonalidad elegida para la primavera, se describió la luz pura y la calidad de la estación primaveral; en sol menor del verano y su melancolía, al campo del otoño en la vendimia, la embriaguez del vino y la caza; así como la desolación, o la nota fa menor en el invierno, que nos describe una lluvia torrencial en el duro clima invernal.  La ejecución de a orquesta fue magistral por la homogeneidad, sentimiento y aptitud de los quince instrumentistas presentes del ensamble. Además, del propio Vivaldi se escucharon valiosas ejecuciones de su Concierto para cuerdas y bajo continuo “Madrigalesco” RV 129 de Vivaldi; así como el alegre Concierto para violín en re menor RV 813 y  el alegre y alborozado Concierto para violín en si bemol Rv, 370 en el que resaltó la sorprendente maestría con el violín barroco, desde cualquier punto de vista, de Théotime Langlois de Swarte, mezclada con la dinámica y la ligereza impuesta por las cuerdas de Les Arts Florissants. Se escuchó también una memorable Bergamasca de Marco Uccellini (1603-1680). Por su vocación por la música vocal y la ópera, y aunque no se contó con la presencia de un solista vocal (la orquesta francesa tiene previsto volver al continente americano a finales de este año para ofrecer  'The Fairy Queen', Z. 629 (1691) la sem-iópera con prólogo y cinco actos de Henry Purcell (1691-1695)) se incluyó una transcripción para cuerdas del motete Adoramus te, Sv 289 de Claudio Monteverdi (1567-1643) así como la obertura de La Fida Ninfa la ópera en tres actos de Vivaldi, cuyo estreno en enero de 1732 sirvió para inaugurar el Teatro Filarmónica de Verona. En resumen, se trató de un encantador y sugestivo concierto por una de las mejores orquestas, y quizás la más reconocida, del universo de la música barroca de Francia, y ante el entusiasmo y exaltación del público se escucharon dos bises que fueron el Concerto Grosso número 6 del compositor ingles Charles Avison (1709-1770) y la Sonata in sol mayor – Grave para chelo y continuo de Domenico Gabrielli (1659-1690).



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