Foto: LPJR
Ramón Jacques
Fundada en 1979 por el director de
orquesta y clavecinista estadounidense William
Christie, Les Arts Florissants es la decana de las orquestas
francesas de música antigua, tanto así que varios de los más conocidos
ensambles franceses de instrumentos antiguos fueron fundados por exmiembros y
discípulos de Christie. El
descubrimiento de la partitura de la
ópera Atys de Jean Baptiste Lully 1632-1687) extraída de la Bibliothèque
nationale de France, y su posterior puesta en escena entre diciembre de 1986 y
enero del 1987, que no había sido puesta en escena desde 1753, así como de una
grabación discográfica, marcaron un hito para para música barroca, ya además de
darle dieron reconocimiento internacional a Les Arts Florissants, se dio el
renacimiento de la ópera barroca en Francia, y animó a ostras orquestas y
musicólogos a desempolvar antiguos manuscritos y partituras, y posteriormente
ofrecerlos al público francés a través de la amplia red de festivales y teatros
que hay en aquel país. Es por ello por lo que la posibilidad de asistir a un
concierto de esta agrupación es una experiencia que no se debe pasar por alto
porque se garantiza un alto nivel interpretativo. Como parte de su más reciente, extensa y
exitosa gira por los Estados unidos, en el que se realizaron 21 conciertos en
las ciudades más importantes del país. La ciudad de Houston, por iniciativa de
la asociación musical Performing Arts Houston tuvo la suerte de contar con la
presencia de este ensamble, en concierto realizado en el pequeño teatro Cullen
Theatre, ideal para este tipo de música, perteneciente al complejo Wortham
Theatre Center, donde es la sede de la Houston Grand Opera. El concierto se tituló “Las cuatro
estaciones de Vivaldi a sus 300” (Vivaldi’s Four Seasons at 300) con motivo
de la conmemoración de la publicación original de las Cuatro estaciones, opus
30, el grupo de cuatro conciertos para violín del compositor veneciano Antonio
Vivaldi (1678-1741) en 1725. Este concierto enmarcó las cuatro estaciones,
icónicas obras maestras, de una nueva manera, situándolas junto a la música que
Vivaldi habría conocido en Venecia, y que fueron composiciones inspiradas por
su audaz visión. Los cuatros partes se escucharon a lo largo del concierto
intercaladas por otras obras del compositor de otros, (una práctica que se
realiza constantemente en la actualidad y que da fluidez a los conciertos), como
el notable Concierto grosso No. 12 en re menor “La Follia (después de
Corelli) de Francesco Geminiani (1687-1762) que es la reelaboración de la
sonata final para violín del opus 5 de Corelli, de variaciones de la Follia, y en el que Geminiano
una parte de viola y una parte de segundo violín a la textura del violín y bajo
de Corelli, con una fulgurante ejecución de
las cuerdas y clavecín de la orquesta, que incorporó para esta gira como
instrumentistas a los jóvenes valores más
destacados de la actualidad de la música barroca como la violinista francesa Yaoré
Talibart, (quien visitó México como violinista principal de la orquesta Les
Nouveaux Caracteres en noviembre del 2022), así como la chelista francesa Hanna
Salzsenstein, y al violinista de más rápido ascenso y virtuosismo como el joven francés Théotime Langlois de Swarte,
quien fungió como solista, principal y director de la orquesta, puesto que
ya ha ocupado el puesto de director de la Orchestre de l’Opéra Royal de
Versailles donde ha dirigido obras de Bach, Les Bourgeois gentilhomme de Lully
(con Les Musiciens du Louvre) así como Zemire et Azor de Grety y a finales de este año Iphigenie en Tauride
de Gluck en el teatro de la o en el teatro de la Opéra-Comique de Paris. Langlois de Swarte
regalo la explosividad y la fulguración de su instrumento, y en el mi mayor, la
tonalidad elegida para la primavera, se describió la luz pura y la calidad de la estación primaveral;
en sol menor del verano y su melancolía, al campo del otoño en la vendimia, la
embriaguez del vino y la caza; así como la desolación, o la nota fa menor en el invierno,
que nos describe una lluvia torrencial en el duro clima invernal. La ejecución de a orquesta fue magistral por
la homogeneidad, sentimiento y aptitud de los quince instrumentistas presentes del
ensamble. Además, del propio Vivaldi se escucharon valiosas ejecuciones de su Concierto
para cuerdas y bajo continuo “Madrigalesco” RV 129 de Vivaldi; así como el
alegre Concierto para violín en re menor RV 813 y el alegre y alborozado Concierto para violín
en si bemol Rv, 370 en el que resaltó la sorprendente maestría con el
violín barroco, desde cualquier punto de vista, de Théotime Langlois de Swarte,
mezclada con la dinámica y la ligereza impuesta por las cuerdas de Les Arts
Florissants. Se escuchó también una memorable Bergamasca de Marco Uccellini
(1603-1680). Por su vocación por la música vocal y la ópera, y aunque no se contó
con la presencia de un solista vocal (la orquesta francesa tiene previsto
volver al continente americano a finales de este año para ofrecer 'The Fairy Queen', Z. 629 (1691) la sem-iópera
con prólogo y cinco actos de Henry Purcell (1691-1695)) se incluyó una
transcripción para cuerdas del motete Adoramus te, Sv 289 de Claudio
Monteverdi (1567-1643) así como la obertura de La Fida Ninfa la ópera en tres
actos de Vivaldi, cuyo estreno en enero de 1732 sirvió para inaugurar el Teatro
Filarmónica de Verona. En resumen, se trató de un encantador y sugestivo
concierto por una de las mejores orquestas, y quizás la más reconocida, del
universo de la música barroca de Francia, y ante el entusiasmo y exaltación del
público se escucharon dos bises que fueron el Concerto Grosso número 6 del
compositor ingles Charles Avison (1709-1770) y la Sonata in sol mayor – Grave para
chelo y continuo de Domenico Gabrielli (1659-1690).


No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.