Friday, October 13, 2023

Venice Baroque Orchestra en Bellas Artes


Fotos: INBA

Ramón Jacques

Como parte de la edición número 51 del Festival Internacional Cervantino, y del llamado Circuito Cervantino, que comprende los eventos del festival que se presentan en diversas sedes y ciudades del país fuera de Guanajuato, el público de la ciudad de México tuvo la fortuna de escuchar en el Palacio de Bellas Artes a la reconocida agrupación italiana, especializada en la ejecución de repertorio de música antigua, Venice Baroque Orchestra. El concierto, que el ensamble ofreció se tituló “Homenaje al Prete Rosso / Las Cuatro Estaciones” y estuvo dedicado completamente al célebre compositor, violinista, profesor y sacerdote veneciano Antonio Vivaldi (1678-1741), a quien se le atribuye, de acuerdo a diversas fuentes, la composición de alrededor de 770 obras entre las que se encuentran 400 conciertos, principalmente para violín, como para otros instrumentos y alrededor de 46 operas, siendo Las Cuatro Estaciones, el conjunto de cuatro conciertos para violín y orquesta, su obra más conocido.  Vivaldi a quien se le conocía como el “cura rojo” (o Prete Rosso en italiano) por su cabellera pelirroja, además de ser uno de los nombres más conocidos en el mundo de la música, inspiró la fundación de la Venice Baroque Orchestra por el musico, investigador y clavecinista Andrea Marcon, y aunque en esta ocasión ofreció un concierto totalmente instrumental, se debe consignar su presencia en México, así como la gran aportación que ha tenido en la búsqueda, descubrimiento, difusión, grabación y ejecución de óperas desconocidas de Vivaldi, y de operas del repertorio lirico antiguo, de compositores italianos y de Handel,  que incluye las primeras presentaciones en época moderna de óperas como: L’Orione de Francesco Cavalli; Atenaide, y Andromeda Liberata de Vivaldi; La Clementina de Boccherini, o L’Olimpiade con libreto de Metastasio en las versiones de Cimarosa y de Galuppi, y en un pasticcio que incluye arias de  Caldara, Galuppi, y dieciséis compositores más incluido el poco conocido, pero brillante, compositor napolitano Davide Perez, algunas escenificadas en coproducción con el Teatro La Fenice de Venecia, así como Siroe de Handel, sin olvidar la difusión que la orquesta y Marcon le han dado al oratorio vivaldiano Juditha Triumphans devicta holfernes RV 644, que han interpretado en versión escénica como en conciertos en importantes escenarios como la Fenice de Venecia, y en memorables versiones en el Concertgebouw de Ámsterdam y el Carnegie Hall de Nueva York, entre otros. La orquesta constantemente realiza giras y grabaciones discográficas con importantes cantantes como: Ann Hellenberg, Philip Jaroussky, o la mezzosoprano checa Magdalena Kožená con quien apenas el año pasado tuvieron como solista invitada en su gira de conciertos por Sudamérica.  En su paso por México se hubiera esperado la presencia de algún reconocido interprete vocal, y aunque no fue así, ello no implica consignar y resaltar este concierto, sobre todo en un periodo en el que la presencia de orquestas de ese nivel en nuestro país ha sido muy escasa.  Con un ensamble compacto, de apenas catorce elementos se escucharon piezas poco conocidas de Vivaldi como: el Concierto en si menor para cuatro violines, cuerdas y bajo continuo RV 580m Op.10 numero 3, o una rareza como el Concierto en sol menor para dos violonchelos cuerdas y bajo continuo, RV 531, que dio posibilidad para el lucimiento de los violinistas de la orquesta en la primera, y en la segunda colocando a los violonchelos en primer plano, algo pocas veces visto. Se escucharon también la Sinfonía en sol mayor, RV 146 y el Concierto en sol menor, RV 157.  Los músicos mostraron ser un grupo compacto, uniforme, que parecían disfrutar ejecutar una música muy suya, a veces de manera, intima e introspectiva, hasta la fulgurante explosividad, maestría y brillantez que emanaba del violín de Giampiero Zanocco, primer violín y líder de la orquesta, hasta la ejecución y el fundamental y casi imperceptible pero fundamental clavecín. Lamentablemente el programa proporcionado por el teatro no incluyó el nombre de todos los músicos presentes en el concierto y el instrumento que tocaban.  La velada lo coronó la sobresaliente ejecución de los conocidos conciertos que son Las Cuatro estaciones (Del cimento dell’Armonia e dell’Invenzione, 1727). Lo que me hizo pensar, cuantos conocemos estas obras y hemos escuchado alguna de ellas en de manera individual, pero ¿Cuántos en realidad habíamos tenido la oportunidad de escucharlas en su versión íntegra y de la manera tan destacada como la que regaló la Venice Baroque Orchestra? Los presentes ahí, lo podemos ya presumir.  El concierto se repitió unos días después en el Teatro Juárez de Guanajuato, como uno de los eventos más importantes de esta nueva edición del Festival Cervantino.



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