Sunday, November 30, 2025

The Monkey King en San Francisco

Fotos: Corey Weaver / SF Opera

Mariana Ortiz 

Asistir al estreno mundial de una ópera comisionada por una compañía tan importante como la Ópera de San Francisco, es indudablemente una distinción, para el público asistente, y para mí que como asistí además como reseñista, porque formamos parte del proceso creativo y artístico que comenzó con la idea de un compositor, el involucramiento del teatro, así como el de muchas personas y voluntades que trabajaron y se sumaron al proyecto a lo largo de un periodo de tiempo, quizás de años, para finalmente estar hoy en estas butacas, para ver al telón levantarse y presenciar, juzgar, calificar y disfrutar del resultado. Me voy del teatro, naturalmente habiendo disfrutado lo presenciado, con dos preguntas que no dejan de dar vueltas en mi mente, y que solo el tiempo responderá. ¿Fui una afortunada participe de la historia de la ópera contemporánea estadounidense? y ¿Lograra esta obra ingresar al repertorio de los escenarios estadounidenses, tal vez internacionales, y se inmortalizara en el futuro? Me refiero a la función a la que asistí, la segunda, de The Monkey King (El Rey Mono), la ópera en dos actos del joven compositor y pianista chino Huang Ruo (1976) -hoy residente en Estados Unidos- con libreto, en lengua inglesa y en mandarín, del guionista y dramaturgo estadounidense David Henry Hwang (1957) quienes se inspiraron en una de las cuatro obras clásicas  de la literatura china: el Viaje al Oeste, escrita durante la dinastía Ming por el novelista chino Wu Cheng’en, quien vivió alrededor de los años 1500-1582, y que cuenta la historia de un mono que logra convertirse en rey, solo para descubrir que su camino para llegar allí no fue el indicado, y para mantener su reinado requiere abrir su corazón y su entendimiento, ya que entiende que tener el poder, por si solo, no basta, si no que se debe saber cómo usarse. La obra es además un homenaje a la comunidad, y a la influencia, de la cultura china que esta tan presente, tan palpable e insertada en la multiculturalidad y la identidad de esta ciudad californiana.  Mantras religiosos, simbólicos, místicos, incluso morales y reflexivos asociados a la cultura china, envuelven al personaje del rey mono, que fue interpretado con una redonda y notable participación: tanto actoral, como vocal, en la que el tenor Kang Wang regaló su muy musical y atractiva coloración de timbre, como el rey mono, el epónimo héroe, que, bailando, saltando y flotando por el cielo, causaba contrariedades y dificultades en escena.  Todo abordado con gracia y ligereza. Se menciona que la visión estética del compositor Huang Ruo busca encontrar las conexiones que existen entre el espacio, el tiempo y el sonido, o citando sus propias palabras “su relación con la arquitectura, el arte moderno o el dimensionalismo” de la cual se considera un gran admirador” Esto se vio plasmado en los brillantes y visualmente llamativos diseños escénicos de Basil Twist y Sara C. Walsh, quienes además se encargaron del manejo de las marionetas en escena (que sumergen al espectador en una jungla, en el fondo del mar y en los cielos) con los fantásticos vestuarios de Anita Yarich, todos ellos cargados de la alusiva iconografía e imágenes chinas, con un trabajo en escena que se complementó con las coreografías de Ann Yee, y la iluminación de Ayumu “Poe” Saegusa. La dirección escénica de Diane Paulus les dio sentido, unión y coherencia a todos los elementos en escena, cargada de muchos simbolismos, para hacer fluida y entendible la historia, contada en ocho vividas escenas. La reducida orquesta de cuerdas, metales, harpa y percusiones orientales, estuvo bien conducida por la maestra Carolyn Huang, quien resaltó la palpitante escritura musical de la obra, cargada de pinceladas que evocan al musical americano, a la música oriental, pero que es  minimalista en su estilo, y que calificaría como exquisita, armónica y de ricas tonalidades; un buen marco para las voces que contiene momentos memorables, como el arioso “the most poweful King on earth”  En ese viaje del personaje principal, que se podría resumir con el mensaje de que el poder se puede ejercer con compasión, aparecen otras figuras y personajes  con los que se encuentra el Rey Mono, la del tenor Konu Kim como el Emperador de Jade,  la soprano Mei Gui Zhang, notable por su elasticidad y radiancia vocal, en el papel de Guanyin, el bajo Peixin Chen como el supremo sabio Laujon, el tenor Joo Won Kang en el doble papel del Rey Dragón Ao Guang y el Señor Erlang; así como la mezzosoprano china Hongni Wu como el general cangrejo y la estrella venus y finalmente el barítono Jusung Gabriel Park que dio vida a los papeles del maestro Subhuti y a Buda. Al final se escucharon entusiastas y prolongados aplausos y aclamaciones por parte del público. Con The Monkey King, concluye la temporada lírica en San Francisco, que retomará sus actividades el próximo verano.





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