Fotos: Sam Zauscher
Ramón Jacques
La mezzosoprano estadounidense Isabel Leonard, unió sus fuerzas a las
del también celebre guitarrista español Pablo
Sáinz Villegas, en su primera colaboración conjunta, para crear el recital
titulado “Noche Latina” que se llevó
a cabo en la intimidad de la sala de conciertos The Baker-Baum Concert Hall de la ciudad de San Diego. El recinto
inaugurado en el 2019, con capacidad para 513 asistentes, ideal para este tipo
de eventos, es la actual sede de la asociación La Jolla Music Society, organizadora
de esta velada que forma parte de su temporada 2022-2023, que incluye en meses
venideros una nutrida agenda de eventos de danza, música de cámara (Quartetto
di Cremona) recitales de piano (Leif Ove Andsnes, Pierre Laurent-Aimard) y otro
vocal de la mezzosoprano Joyce Di Donato. El programa enfocado en obra de
compositores españoles e hispanoamericanos, sufrió cambios de último minutó, ya
que a la entrada de la sala se entregó un programa de mano y adicionalmente
unas páginas blancas que contenían las modificaciones, así como el texto, en las que se incluyeron tres arias de óperas
relevantes al título del programa, y que fueron con las que inicio el recital, estas fueron:
Près des remparts de Séville
de Carmen de Bizet, “Voi che sapete”
de Las Bodas de Fígaro de Mozart, y Tu
n'es pas beau, tu n'es pas riche de la poco representada opéra bouffe, La Périchole de Offenbach (pieza que Leonard suele incluir
en sus recitales). En estas tres arias mostró su dominio la mezzosoprano, además
de su gracia escénica, y la calidez y seguridad de su oscura coloración vocal que
se adaptan a su temperamento. En principio parecería que se extrañaría la presencia
del piano, pero los arreglos, la ejecución de la guitarra, y el marco creado
por Sáinz Villegas, una estrella en su propio campo, demostraron el buen gusto
y maestría con la que ejecuta su instrumento, creando una grata complicidad con
la voz de Leonard. A continuación, se
escuchó una grata y muy virtuosa ejecución de la Canzuonetta Spagnola de Rossini, por ambos intérpretes. La elección
de cinco de las Siete canciones populares
españolas de Manuel de Falla (El paño
moruno, asturiana, nana, Canción, Polo) fueron bien cantadas por la mezzosoprano,
quien españolizó ligeramente su acento para darles mayor autenticidad. Su
ejecución de las Canciones españolas
antiguas de Federico García Lorca, resultaron un camino más espinoso para
la interprete, que cantó sentada en un banco, por la ausencia de expresividad y
apego al texto, y una emisión con una ligera, pero audible y poco grata
acentuación inglesa en su pronunciación, que les restó autenticidad a estos
textos sobre todo en Sevillanas del s.
XVIII. Se escucharon también gratas versiones del tango El día que me quieras de Carlos Gardel, Alfonsina y el Mar de Ariel Ramírez, y
de la canción Sabor a mí del
compositor mexicano Álvaro Carillo. Personalmente no soy muy afecto a los
recitales que mezclan ópera con música popular, pero Leonard quien explicó lo
que estas piezas significaban para ella por su ascendencia argentina, cantó con
pasión y efusión, irradiando nuevamente el reluciente tinte bruñido de su voz,
aquí con notable dicción y el seguro acompañamiento de Pablo Sáinz Villegas, en
línea con el carácter clásico del recital. Por su parte, el guitarrista
riojano, con breves pero interesantes introducciones y antecedentes de cada
pieza y obra, ofreció memorables y sentidas ejecuciones como solista con: Recuerdos de la Alhambra de Francisco Tárrega,
de Asturias de la Suite española, Op 47
Isaac Albéniz, y del Tango en skai
del compositor y guitarrista francés Ronald Dyens. El recital, que resultó no ser muy extenso, cumplió
su cometido, y se repetiría tan solo dos días después en la cercana ciudad de
Los Ángeles, ya que interesó a la compañía de LA Opera para incluirla en su
actual y variada temporada.
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