Foto: Cory Weaver / La Opera
Ramón
Jacques
La LA
Opera cierra el primer semestre de su temporada 2022-2023 programando la muy
representada ópera de Giacomo Puccini: Tosca.
La obra, fue vista en este escenario por última vez en la temporada del 2017,
y en la del 2013, contando ambas ocasiones con la brillante presencia e interpretación
de la soprano Sondra Radvanoksky, en el papel principal. Como en aquellas dos
ocasiones, una vez más se recurrió a la producción escénica, (coproducción con
la Lyric Opera de Chicago, y la Houston Grand Opera, que la ofrecerá esta misma
temporada) del director inglés John
Caird (más conocido por su exitoso montaje del musical Les Misérables). Como ocurrió en su estreno aquí en el 2013, se reforzó
la creencia de que es una escenificación poco atractiva o convincente. Si bien
Baird situó la acción en un tiempo cercano a la primera guerra mundial, en el
montaje no hay alguna referencia que haga pensar que el lugar donde se
desarrolla sea Roma. Quizás eso se pueda inferir del texto cantado por los
personajes, pero lo que desvirtuó la propuesta fue la excesiva y superflua
violencia presenciada, con gráficas y violentas ejecuciones, tortura y sangre
derramada en escena. El primer acto ocurrió en una iglesia semi-destruida y una
enorme pintura con andamios en tres niveles que ocupaban la mitad del
escenario; en el segundo acto nos encontramos en una bodega abandonada
atiborrada de obras de arte sacro robado por Scarpia; y en el tercer acto, el más
cruento, por la manera como es ejecutado Cavaradossi o muere Tosca, apuñalándose
en el estómago, que es lo que la hace caer desde lo más alto, se desarrolló en
un campo de concentración con cuerpos ahorcados colgando del techo, además que la
sobreactuación de la mayoría de los personajes dejó una imagen errónea de cómo
es la ópera en el libreto. Hoy en día todas las ideas escénicas son válidas y
bienvenidas, pero no cuando se altera la historia y se crean situaciones
inexistentes. Los vestuarios lucieron adecuados, y junto a las escenografías
fueron ideados por Bunny Christie. La
iluminación de Duane Schuler, con una
trayectoria de más de treinta y seis montajes en este teatro, dio un toque sombrío
y lúgubre a la escena. Afortunadamente la parte musical y vocal, compensaron
las falencias presenciadas, con la soprano Angel
Blue quien confirió a Tosca de una convincente interpretación, con lucida
presencia y mesura, desplegando una voz amplia, matizada y homogénea con la que
emitió conmovedores pianos y agudos. Blue, es una cantante hecha en casa, por
haber nacido en esta ciudad y por haber egresado del ensamble del teatro, y
tales motivos fue recibida con inmenso entusiasmo por el público. A su lado, destacó
el tenor Michael Fabiano, aportó temperamento
al papel de Cavaradossi, y se mostró muy sólido y seguro con sus notables cualidades
vocales de tenor lirico-spinto. El bajo-barítono Ryan McKinny, caracterizó un perverso y violento Scarpia, en línea con
lo ya descrito, aunque fue innecesario sobrecargar su desarrollo actoral y
cantar con fuerza desmesurada para enfatizar el carácter siniestro del personaje.
El resto de los interpretes cumplió de manera satisfactoria en cada uno de sus intervenciones,
especialmente Philip Cokorinos como
el Sacristán, y el tenor Anthony León,
como Spoletta, miembro del ensamble del teatro y por el que se apuesta por una
exitosa carrera después de haber ganado este año el primer lugar del concurso
Operalia. Bien estuvieron Wei Wu como Angelotti, Zachary James como Sciarrone, Ryan
Wolfe como el carcelero y Deepa Johny,
en el papel del pastor, estos últimos tres cantantes miembros del ensamble. Una
mención para el buen desempeño del coro, y para la conducción de la orquesta del
director estadounidense Louis Lohraseb, quien
tuvo su debut local asumiendo el lugar que dejara la originalmente anunciada Oksana Lyniv, mostrando oficio y encontrando
cohesión entre las fuerzas musicales, sobre el escenario y en en el foso.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.