Thursday, February 8, 2024

Ein deutsches Requiem en Houston

Foto: Melissa Taylor

Ramón Jacques

El Réquiem Alemán (o Ein deutsches Requiem, nach Worten der heiligen Schrift, Op 45 titulo original de la obra) compuesta por Johannes Brahms (1897-1897) entre 1865 y 1868, tuvo su estreno absoluto en Leipzig Alemania el 18 de febrero de 1869 en su versión final de siete movientes, que es la que se conoce y se interpreta en la actualidad.  Considerada una obra pilar del repertorio sinfónico, esta obra coral sagrada a gran escala contiene algunas particularidades que la diferencian de otros réquiems tan conocidos como el de: Verdi, Mozart, Faure, y el de Berlioz. Su texto, tomado principalmente de la Biblia luterana, se canta precisamente en lengua alemana, mientras que la mayoría de los otros compuestos suelen utilizar texto en latín, y especialmente, su énfasis está en el bienestar y el consuelo para los vivos, por lo que se considera una obra de carácter humanista, en vez de centrarse en el día del juicio y la salvación.  Esta fue la obra que ejecutó de manera ampliamente satisfactoria la Houston Symphony, como parte de su actual temporada, que incluye diversas obras sinfónico-corales, oratorios y la ópera Salome, en versión de concierto, bajo la mano de su director musical, Juraj Valčuha, quien apenas en la segunda temporada de haber asumido el puesto, recibió hace algunas  semanas una extensión a su contrato, una acertada decisión de la  dirección de la orquesta, que asegura los servicios del joven director eslovaco durante varias temporadas futuras.  A pesar de contar con un destacado currículum, que incluye la dirección musical del Teatro San Carlo de Nápoles en Italia, que explica su afinidad por el repertorio lírico y vocal, y de no tener con un nombre mediático o muy conocido, está logrando plasmar su sello en esta ciudad, atrayendo nuevamente al público que se había alejado de la renovada sala de conciertos Jones Hall, además de que es un placer escuchar a la orquesta cuando él la dirige. El concierto inicio con la ejecución del Réquiem para cuerdas (1957) del compositor japonés Tōru Takemitsu (1930-1996) una breve, pero sentida obra de tintes orientales. A continuación, se escuchó una emocionante y esplendida ejecución de la obra de Brahms.  Bajo la elegancia y los sutiles movimientos en la conducción de Valčuha hizo resaltar el desempeño de una orquesta, nunca estática, con sensibilidad y energía, particularmente en su sección de metales y percusiones. Por su parte, el coro Houston Symphony Chorus, que dirige Allen Hightower, tuvo su aporte buscando encontrar balance, y más allá de cantar con plenitud, precisión y vigor, paso de lo tierno a lo solemne e incluso al impacto visceral cuando fue necesario.  La claridad del coro ayudó a que la rica textura de la música de Bramhs tejiera su hechizo. De los solistas, el barítono Andrew Foster-Williams, cantó su parte con opulencia, pero un discreto desempeño debido a una emisión por momentos profunda, pero cavernosa y poco mesurada en su proyección. En su intervención la soprano texana Lauren Snouffer agradó con su angelical canto y luminoso timbre en “Der Tod ist verschlungen in den Sieg”.  Los próximos conciertos vocales serán Carmina Burana de Carl Orff y la ópera-oratorio El Niño del compositor estadounidense John Adams

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