Wednesday, December 29, 2010

Die Walküre en el Teatro alla Scala

Fotos: Brescia e Amisano, Teatro alla Scala

Massimo Viazzo
La segunda cita del Anillo “scaligero” dio justo en el blanco con un espectáculo muy sugestivo ideado por Guy Cassiers, para la apertura de la temporada 2010-2011 del Teatro alla Scala de Milán. El uso de la tecnología, que es una peculiaridad en el arte de Cassiers, se transformó en un potente medio para entrar a las profundidades de la mente humana. Proyecciones, sombras, silhouette, globos que giraban, lanzas que caían de lo alto, líneas de rojo sanguíneo, equipos que distorsionaban la visión hacia un arte contemporáneo: todo ello contribuyó a hacer esta Walküre mas estimulante (aunque nunca invasiva) desde el punto de vista sensorial. Para Cassiers, Die Walküre es una opera nocturna, y no obstante que los ambientes estuvieron frecuentemente oscuros, la vista de los personajes estuvo siempre en primer plano y bien iluminada por las luces que fueron maniobradas con maestría por Enrico Bagnoli. Superlativo fue el éxito musical de un Daniel Barenboim en estado de gracia. Su visión tan lírica, casi “tristaniana” de la opera convenció del todo, coadyuvado por una orquesta que se encontró en optima forma (¡que suavidad de las cuerdas!) El elenco pareció ser uno de los mejores que se pueden escuchar hoy en día. Nina Stemme fue una deslumbrante Brünnhilde, de voz firme, segura, pero también expresiva y conmovedora en su largo dúo del tercer acto con Wotan, interpretado por un robusto y enérgico Vitalij Kowaljow, quien sustituyó en esta producción al previsto René Pape. Waltraud Meier no deja de sorprender, y su Sieglinde ¡nos ha conmovido una vez más! Si bien es cierto que la voz de la cantante alemana no pareció estar siempre impecable en el registro más agudo, la artista es invaluable por presencia escénica y carisma dramático. Muy bien estuvo Ekaterina Gubanova, una Fricka de mucha autoridad y de voz bien proyectada, mientras que Simon O’Neill fue un Siegmund de voz clara, de una correcta línea, que en general fue muy capaz. Al final, debe mencionarse que John Tomlinson se dedicó a marcar vocalmente la parte de Hunding a causa de una grave disminución en su voz, que fue anunciada desde la primera función. Se trato de un gran éxito con ovaciones para todos.

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