Foto: Maggio Musicale Fiorentino
Massimo Crispi
Concierto de la Orquesta del Maggio Musicale Fiorentino,
realizado el 4 de noviembre del 2013 en el Nuovo Teatro Comunale de Florencia,
Italia. Director de orquesta: Tomas Netopil.
Solistas: Suren Makusutov (tenor), Andrea Dankova (soprano), Daniel
Schmutzard (barítono). Coro del Maggio
Musicale Fiorentino. Maestro del coro: Piero Monti. Obras: Las Campanas op. 35
de Sergei Rachmaninov y Segunda Sinfonía de Brahms.
La Orquesta y el Coro del Maggio Musicale,
dirigidos por el maestro Tomas Netopil
ejecutaron un bello concierto sinfónico con un sólido programa que consistió de
la Sinfónica
con voces “Las Campanas” op. 35 de Sergei Rachmaninov al inicio, y de Segunda
Sinfonía de Brahms en la segunda parte. La tetra e inquietante composición basada
en el texto de Konstantin Dmitrevic de “The Bells” de Edgar Allan Poe, rica de
brotes sonoros casi cinematográficos y muy rara vez escuchada en Italia. Se
recuerda una ejecución años atrás realizada por la RAI de Milán, cuando en Italia
aun existían las orquestas RAI. Los dos primeros movimientos los más optimistas
y sensuales donde en el texto hay un
destello de esperanza, le fueron confiados al tenor y a la soprano, que en
Florencia tuvo como interpretes a Suren
Makusutov y a Andrea Dankova,
quienes desplegaron bellas voces, en la sombría y resonante acústica del lúgubre
nuevo Teatro Comunale, y valorizaron los temas y las melodías que en lo vocal,
al menos en una visión de la vocalidad a la rusa, sinceramente tiene poco. En
particular Andrea Dankova, desplegó un sonido uniforme y sólida que nos hizo
imaginar que su fuerte esta en papeles de Tchaikovsky, en los que seria un gustaría
escucharla. El tercer movimiento exclusivamente
para coro y orquesta mostró las excelentes cualidades del coro del Maggio, que
bajo la guía de Piero Monti tuvo óptimos resultados. El cuarto y último movimiento de la pieza, el
más lúgubre de todos, le fue confiado a la sonora y oscura voz del barítono Daniel Schmutzard, mientras que la orquesta y el coro alternaron
lamentos de luto y temas del Dies Irae. La siempre sublime Orquesta desarrolló óptimas
sonoridades y colores bajo la guía segura y meticulosa de Tomas Netopil. Pero en la Segunda sinfonía de Brahms fue donde se desplegó
mayormente la riqueza sonora con el dialogo perpetuo entre las cuerdas y los
alientos. Netopil obtuvo del grupo del Maggio Musicale una admirable riqueza cromática,
ofreciendo un Brahms moderno, límpido, scevro de cualquier academismo, casi poseído
del demonio de la danza. Los movimientos ternari fueron de rara delicadeza, con
un aterciopelado sonido de las cuerdas, que parecían de verdad destinadas a ser
un imaginario cuerpo de baile que seguía las indicaciones de ese demonio. ¡Un grande éxito para todos!
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