Ramón Jacques
Uno de los programas más
interesantes de la actual temporada de conciertos en el Auditorio de Oviedo fue
la presentación de la soprano Nina
Stemme, acompañada de la
Orquesta de Cámara de Suecia bajo la conducción musical de Thomas Dausgaard. La eminente soprano
sueca ofreció una exquisita selección de obras vocales del repertorio romántico
titulada “El Amor, la Esperanza y el Destino” En cada pieza Stemme desplegó la calidez y la
calidad de su voz, con adecuada proyección y homogeneidad. Cautivo particularmente por su refinamiento y
expresividad en obras como el lied Jeg
Elsker dig de Edward Grieg o en el Flickan Kom Ifrån sin Älsklings Möte de
Jean Sibelius dedicadas al amor y con influencia del modelo schubiertiano. Mostró su versatilidad, con cambios de
vestuario sobre el escenario incluidos, trasladándonos
a Broadway para abordar de Kurt Weill, “The
Saga of Jenny” de Lady in the Dark y Le
spectre de la rose, segunda de las seis
canciones de Les
Nuits d'Été de Berlioz que interpretó con impecable fraseo. De la serenidad paso a la pasión y al ímpetu
con que cantó “Stehe Still” segundo de los Wesendonck Lieder de Wagner, para concluir con Morgen y Träume de Richard Strauss, con las que terminó de hipnotizar al público. La orquesta
mostró homogeneidad particularmente en sus cuerdas, intercalando piezas orquestales
a manera de introducción a cada participación de la soprano como la Obertura Coriolano de
Beethoven, la Pavana para una infanta difunta de Ravel, y
otras de Sibelius, Schubert y Brahms.
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