Foto: Fernando Marcos
RJ
El Teatro de la Zarzuela de Madrid recuperó durante la presente temporada
la poco conocida zarzuela en tres actos del compositor Joaquin Gaztambide, “El
Juramento” Estrenada en este mismo
escenario en 1858 la obra, cuya acción se traslada a 1710 durante la guerra de
Sucesión entre Felipe V y los austriacos, estuvo olvidada durante mucho tiempo.
Fue en el 2000 cuando Emilio Sagi la
rescató y la presentó con un divertido montaje minimalista, de pocos elementos
en escena, amplios espacios, árboles que representaban un bosque, y los
elegantes vestidos y corsés en tonos blancos y crema, así como las pelucas
blancas, del reconocido modisto Jesús
del Pozo. Esta producción fue la misma que se utilizó en esta reposición.
La alegre iluminación en brillantes tonalidades blancas y amarillas
principalmente dio vida y relieve a la escena. En su dirección, Sagi trató la
trama como una comedia llena de sentimentalismo, situaciones y enredos entre
personajes de diferentes rangos sociales con su justa dosis de comicidad. La
alegre música y orquestación al igual que sus romanzas, tienen influencia de la
opera italiana, pero con su singular toque español. Con su vasta experiencia en
opera, el director Miguel Ángel Gómez
Martínez, ofreció una lectura segura al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, y
del Coro extrayendo la musicalidad y efervescencia con precisión y cuidado por
las voces. El papel de María fue bien interpretado por la soprano Sabina Puértolas con nítido y brillante
timbre. Divertida y astuta fue la
Baronesa de María Rey
Joly, soprano de elegante y homogéneo canto. Destacados estuvieron Gabriel Bermúdez como el Marque y David Menéndez como Don Carlos, y
correctos el resto de los cantantes del elenco. RJ
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