Wednesday, April 23, 2025

Bryn Terfel: "Estoy cruzando los dedos para debutar en México"

Foto: Mitchel Jenkins / DG

José Noé Mercado

Un antojito mexicano y una cancelación de último momento marcaron el primer intento de Sir Bryn Terfel por debutar en tierras aztecas, en 2024. “Una hora antes de la función, estaba sentado comiendo una quesadilla y casi me atraganto cuando me dijeron que el concierto en Bellas Artes no se realizaría”, recuerda el bajo-barítono galés, cuya voz ha resonado en los escenarios más prestigiosos del mundo durante tres décadas. Este 27 de mayo próximo, Terfel se presentará finalmente en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Minería bajo la dirección de Roberto Kalb. En una conferencia de prensa vía Zoom desde Escocia, este 22 de abril el cantante conversó con medios de comunicación mexicanos, incluido sobre el programa ecléctico que interpretará en su debut mexicano, sus inicios mozartianos, la crisis global de las artes y su amor por el guacamole que, asegura, es “muy bueno para la voz”. “Estoy emocionado y ansioso por conocer al público mexicano”, dice Terfel, con la calidez de quien se prepara ..para un encuentro largamente pospuesto. El concierto incluirá piezas que abarcan desde fragmentos wagnerianos de Die Wälkure y Die Meistersinger von Nürnberg, hasta canciones celtas como ‘Loch Lomond’, ‘Danny Boy’ y ‘Ar hyd y nos’, además de hits de musicales como ‘Si yo fuera rico’ de El violinista en el tejado de Jerry Bock. 

“Es un programa que refleja mi trayectoria, una biografía musical que ha ido de Mozart a Strauss, Rossini, Donizetti, Schumann, Pfitzner, Brahms y Puccini. Mirar atrás es un ejercicio nostálgico, pero también una celebración de contar historias a través de la música”, expresó el artista. Para estructurar sus recitales, Terfel toma inspiración de un grande: “Siempre sigo la fórmula de José Carreras: ocho piezas por mitad, con pausas y momentos hablados que dan unos 45 minutos. Es uno de los mejores timings para un concierto”. Su selección incluye pasajes operísticos que domina con maestría como la “Despedida de Wotan” con la música del fuego mágico o el ‘Te Deum’ de Tosca de Puccini, pero también canciones celtas y de musicales que conectan con el público. “La orquesta tiene su propio desafío, y yo elijo piezas donde ambos podamos brillar”. Esa versatilidad tiene raíces en su Gales natal, donde la ópera y los musicales convivían en su juventud. “Mi primera experiencia fue en la escuela, cantando ‘Libera me’ del Requiem de Gabriel Fauré. Su estilo vocal me marcó profundamente. Además, crecíamos escuchando a gigantes como Geraint Evans y Gwyneth Jones, lo que despertó mi interés por la ópera.” Los musicales también dejaron huella: “Veía en la televisión El violinista en el tejado con Chaim Topol cada Navidad. Su carisma me inspiró a querer ser como él”.

Los roles mozartianos fueron un pilar en sus inicios. “Cuando comencé, Mozart era la llamada para los cantantes jóvenes. En 1998 canté mi primer Figaro en Hamburgo, y ese fue el arranque de mi carrera europea. Luego vinieron debuts en la Scala, el Met, París y Londres. Figaro, Masetto, Leporello, el Conde, Guglielmo. En ese entonces, era joven e imparable. Mozart me quedaba muy cómodo. Papageno me faltó; espero no ser demasiado viejo para cantarlo algún día. El próximo año, eso sí, haré Don Alfonso. Mozart es un proceso continuo”. Terfel también reflexionó sobre el presente de la ópera. “Acabo de cantar Tosca en el Met, y se vendió todo. Había muchos jóvenes en el teatro, atraídos por una Tosca magnífica como Sondra Radvanovsky. Esta generación tiene cantantes sorprendentes: Nadine Sierra, por ejemplo, con quien canté L’elisir d’amore en Viena junto a Xabier Anduaga y Javier Camarena. Hay nuevas voces y producciones que mantienen vivo el interés. La ópera está en un buen momento y seguirá presente”.

El también Embajador de la Música en Gales aún no ha trabajado con la Orquesta Sinfónica de Minería ni con el maestro Kalb, pero su confianza en lo bien que saldrá el concierto es absoluta. “No necesitamos conocernos antes. Subimos al escenario preparados. Conozco la historia de Minería y sus colaboraciones con artistas como Diana Damrau y Nadine Sierra. Será un honor unirme a esa lista”. Sobre la cancelación de 2024 en Bellas Artes, al margen de la anécdota de la quesadilla, Terfel dijo comprenderla. Fueron razones sindicales de los grupos artísticos del teatro. “No es la primera ni la última vez que pasa en el mundo. He visto cancelaciones en París, Londres o Escocia por cuestiones sindicales u otros imprevistos, sin contar las veces que nosotros mismos cancelamos por enfermedad”.

Aquella vez fue una lástima, pues en los dos días que tuvo de ensayos, el intérprete “estaba cantando como un dios. El guacamole que comí esos días fue muy bueno para mi voz. Espero repetir la experiencia y que esta vez el concierto sí se dé”. Más allá de la ópera, Terfel expresó su preocupación por la crisis de las artes. “No quiero abrir la caja de Pandora, pero en Gales estamos pasando momentos muy difíciles: perdemos programas musicales en universidades y escuelas, los coros se reducen a 20 integrantes, y las orquestas están luchando por sobrevivir los próximos años”. Esta crisis, sin embargo, trasciende geografías. “La música está arrodillada en muchos lugares, al menos es así en Gales, pero debemos luchar. Como Embajador de la Música en Gales y el segundo en recibir la Medalla de la Reina tras Charles Mackerras, siento esa responsabilidad. Si no lo hago yo, ¿entonces quién lo hará? Los gobiernos deben ver el impacto del teatro y la música en la economía y la sociedad. ¿Qué está pasando en el mundo? Algo tendría que cambiar”.Wagner, un pilar y atractivo en su carrera, también tuvo su espacio en este encuentro con el intérprete. “Cantar mi primer ciclo de Der Ring des Nibelungen fue asumir el manto de grandes cantantes del rol de Wotan, como James Morris y John Tomlinson, quienes lo habían abordado por dos décadas. Además, fue fantástico, bajo la batuta de Antonio Pappano. Fue un brinco a las aguas wagnerianas, a veces turbulentas, que me exigían dejar la ligereza de Mozart para sumergirme en un reto vocal y dramático distinto”.

Finalmente, Terfel habló de su evolución como intérprete y las diferencias musicales entre enfrentar una ópera integral o solo sus fragmentos estelares en un concierto. “En estos últimos, rezo por estar saludable y lograr que la voz funcione en un programa expansivo. Somos contadores de historias, y si no puedes transmitir el mensaje en diferentes idiomas y libretos, es mejor dejar el escenario de inmediato. Ahora, a punto de cumplir 60 años, prefiero los conciertos a las óperas completas. Es un cambio natural, quizá debido a la edad”. Con esa reflexión final, el galés se prepara para venir a México. “Estoy cruzando los dedos para debutar en México”, concluye, con la esperanza de que su voz, alimentada por guacamole y cargada de historias, resuene en la Sala Nezahualcóyotl como lo ha hecho en el mundo.

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