Gustavo Gabriel Otero
Nueva York,
15/02/2014. Metropolitan Opera House. Lincoln Center for the Performing Arts.
Antonin Dvorak: Rusalka, ópera en tres actos. Libreto de Jaroslav Kvapil, Otto
Schenk, dirección escénica. Günther Schneider-Siemssen, escenografía. Sylvia
Strahammer, vestuario. Carmen De Lavallade, coreografía. Gil Wechsler,
iluminación. Renée Fleming (Rusalka), Piotr Beczala (Principe), John Relyea (El
Gnomo del agua), Dolora Zajick (Jezibaba), Emily Magee (La Princesa Extranjera ),
Vladimir Chmelo (Guardabosque), Dísella Làrusdóttir, Renée Tatum, Maya Lahyani (Ninfas),
Tyler Duncan (Cazador), Julie Boulianne (el ayudante de cocina). Orquesta y Coro Estable del Mepropolitan
Opera. Director del Coro: Donald Palumbo. Dirección Musical: Paul Nadler.
Nuevamente la ópera Rusalka de Dvorak regresó al escenario del
Metropolitan de Nueva York de la mano de René Fleming, una de las artistas
favoritas del público de ese coloso artístico. Se repuso la producción de 1993 firmada por Otto Schenk. De líneas
conservadoras y con poco juego teatral general, se nota el implacable paso del
tiempo y luce anticuada. Los más de veinte años trascurridos desde su puesta
original no han pasado en vano en el mundo visual de la ópera y hoy los
públicos demandan otro tipo de producciones. El vestuario de Sylvia Strahammer luce suntuoso y la escenografía de Günter Schneider-Siemssen bella y funcional al concepto de
puesta en escena de dos décadas atrás. Adecuada la iluminación de Gil Wechsler y apenas correcta la coreografía de Carmen De Lavallade. El
maestro Paul Nadler condujo con pericia la orquesta del
Met resaltando la música inspirada y poética del compositor checo. Renée
Fleming abordaba por cuarta
vez para esta casa de ópera el rol principal de la ondina que quiere ser
humana. El compromiso que la soprano norteamericana tiene con este personaje la
hace una intérprete casi ideal para el rol. De excelencia la calidez de su
canto, su expresividad y su lirismo. A su lado brilló el tenor polaco Piotr Beczala como el Príncipe. Con perfecta línea
de canto, homogeneidad en el registro y belleza vocal superó todos los escollos
de la parte y fue una verdadera revelación. La mezzosoprano Dolora Zajick fue una malvada bruja Jezibaba de
graves poderosos y perfecta compenetración con el rol. El padre de
Rusalka, el gnomo del agua, trasmitió autoridad en la personificación de John Relyea, mientras que sólo fue correcta la
princesa extranjera de Emily
Magee. Adecuado el Coro en sus breves intervenciones, muy homogéneas
las tres ninfas Dísella Làrusdóttir, Renée Tatum, Maya Lahyani, y solvente el
resto del elenco.
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