Foto: FMS/ Conaculta
Alida Piñón
(esta entrevista se reproduce con la autorización de la
autora y del periódico El Universal, a quien pertenece la nota que fue publicada el dia Miércoles 12 de marzo de 2014 )
A un mes de cumplir un año al frente de la Ópera de Bellas Artes, el cantante asume sus responsabilidades, pero también asegura que los proyectos están avanzando
El lema institucional “Nueva época de la Ópera de Bellas Artes”, anunciado hace casi un año por el presidente del Conaculta y la directora del INBA, le suena “muy pretencioso” a Ramón Vargas.
A casi un año de ese anuncio, el tenor Ramón Vargas, director artístico de la Ópera de Bellas Artes, asegura que la crítica ha sido “muy severa” con su gestión. “No sé por qué, quizá piensan que soy muy arrogante, no sé si lo soy. A lo mejor sí, pero creen que hago esto con displicencia porque como soy un cantante reconocido, creo que con mi mano voy a hacer que la ópera en México brille. Me estoy dando una matadas”.
En entrevista con El Universal, el tenor también habla de los aciertos de su gestión, entre ellos, el censo de cantantes y los teatros que les ha permitido reconocer con qué y con quiénes se cuenta. Vargas recuerda que fueron tres las líneas de su proyecto: revitalizar la ópera en Palacio de Bellas Artes, aumentar el número de producciones en los estados y la creación de un Estudio. Todo, asegura, “está ocurriendo” a “baja o a gran velocidad, pero sucede”.
Para ejemplificar, adelanta que al menos 10 estados de la República se están sumando a su proyecto. Carmen, La Bohème son algunos de los títulos que podrían producirse al interior de la República en versiones que “quepan en un camión para que puedan viajar fácilmente”. En ello, dice, ya trabaja Félida Medina. “Estamos logrando cosas que creo que darán una visión diferente del país y de la ópera. A Durango llevamos Rigoletto, la gente estaba muy feliz. Ahí vamos, las cosas están funcionando”, dice.
En el caso del Estudio de la Ópera de Bellas Artes, Vargas cuenta que no sólo el espacio que ocupa en el llamado Teatro Regina ha sido bien habilitado y cuenta con un equipo “de alta calidad”, integrado por especialistas como Mauricio Lozano, Sergio Vela, Isabella Baer, Isabel Romero y Rogelio Rojas. “Decían que para qué servían entonces los conservatorios, pero es que en México no hay escuelas de ópera. No hay formación integral, para eso sirven las escuelas de ópera en el mundo”, dice
Las críticas hacia su gestión es un tema que le interesa al tenor de amplia carrera internacional. Mientras explica los avances de su gestión, vienen a su memoria los detractores comentarios. “Han habido dudas y se valen pero otra cosa es agredir. Una cosa es preguntar y otra injuriar. Tengo 10 meses y ya me pueden decir lo que quieran, sí, me he equivocado”.
¿Cuáles son sus equivocaciones?, se le pregunta. “Hice programaciones prematuras, pensé que era más fácil organizar las cosas en el Palacio y no lo es porque tiene muchas cosas dentro, no es un teatro de ópera (...). En algunas cosas me equivoqué y asumo la responsabilidad. No consideré que había vacaciones, días de asueto, que hay una comida del sindicato...”, responde. Y añade: “Nos exigen como si fuéramos la Scala o como si fuéramos el Metropolitan. Somos México, significa que tenemos limitantes y particularidades”.
Entre los cuestionamientos que se le han hecho están el monto de sus honorarios. El crítico de música José Noé Mercado publicó en el periódico cultural De largo aliento, que Vargas, como funcionario, percibe un salario mensual de 5 mil dólares, por la Gala Verdi cobró 350 mil pesos y por sus vuelos a México se han pagado hasta 129 mil 340 pesos por boletos de avión. Ante ello, Vargas no niega su salario, pero advierte que como artista nunca ha cobrado cifras similares en México. “Siempre he cobrado menos, a veces hasta la mitad de lo que cobro afuera”, afirma.
[Se anexa a continuacion copia del documento
oficial emitido por el IFAI, y la unidad de enlance en el INBA que demuestra
que Ramón Vargas si percibió los 350 mil pesos por su participacion en la Gala Verdi, que inexplicablemente niega en la entrevista]
Sobre los gastos de transporte, confirma los montos, pero añade: “También he puesto de mi bolsa, hago llamadas por teléfono, he hecho viajes en Europa para contactar colegas, fui a ver a París a (Alain) Guingal (concertador de Manon, que se reestrenó ayer en Bellas Artes) y ese viaje lo pagué yo. Hay gente que cito en mi oficina, que los invito a comer y eso lo pago yo, jamás he puesto un recibo para que me lo regresen. Este trabajo prácticamente lo estoy haciendo gratis si descontamos eso”.
¿Por qué?, se le pregunta. “Porque creo en lo que estoy haciendo, creo que puedo regresar un pedacito de experiencia de todos los años que he estado cantando. Sé lo difícil que es para nosotros los mexicanos salir de este país. Ahora es fácil, pero sigue siendo difícil porque allá afuera la competencia es bestial y los mexicanos siempre llegamos tarde. Lo que a un europeo le está pasando a los 27 años, a los mexicanos les pasa a los 33 años. Así que cuando salen están fuera del rango de edad y me da mucha pena y coraje. Es injusto, a la gente no le importa si eres mexicano o de aquí o de allá. Es muy cruel este trabajo”.
Vargas sostiene que no tiene interés personal en ser funcionario y ostentar el cargo de director de la Ópera de Bellas Artes. “¿Por dinero?, ¿por fama? Yo quisiera que me digan en dónde está mi beneficio personal de lo que estoy haciendo”, expresa.
Respecto a la invitación que recibió del Auditorio Nacional para protagonizar La Bohème en julio próximo como parte de la temporada de la Ópera de Bellas Artes en el recinto de Reforma, explica: “Antes de que me criticaran por ‘autoprogramarme’ me curé en salud y declaré que Gerardo Estrada me pidió que la hiciera porque yo le garantizaría la venta de boletos. A lo mejor sonó arrogante, lo siento mucho, no fue mi intención”.
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