Monday, March 18, 2019

Cendrillon de Massenet en Chicago


Foto: Todd Rosenberg

Ramón Jacques

Son pocas las oportunidades que se tienen para escuchar y ver en escena esta maravillosa obra de Massenet, que desde su creación ha sido inexplicablemente olvidada. Incluso en los teatros de Francia, país natal del compositor, son escasas las funciones que se han programado de ella en los últimos años. A raíz del 2006 cuando se estrenó en la ópera de Santa Fe el montaje de Laurent Pelly, y se convirtió en referencia, importantes teatros de ópera, aunque no los suficientes, han incluido el título en sus temporadas; y es así como Cendrillon llegó por primera vez al escenario de la ópera lírica de Chicago. Descrita por el compositor como ‘un cuento de hadas en cuatro actos’, fue precisamente el punto en el que Pelly se basó para captar la magia y la fantasía, y plasmarla en su concepción escénica (los vestuarios fueron ideados por el propio director y las escenografías diseñadas por su colaboradora Barbara de Limburg). Visualmente el concepto es atractivo, moderno, y gracias a una brillante iluminación y elegantes vestuarios, la historia transcurre frente al espectador con la fluidez y la fascinación con la que se leería un cuento de princesas. 
El papel de Lucette/ Cendrillon fue interpretado por Siobhan Stagg, soprano australiana con extenso curriculum, aunque desconocida hasta hoy en Norteamérica, quien evidenció una grata coloración vocal, con amplios matices, muy adaptada al estilo que requiere su papel, dramático y alegre; y ofreció una convincente actuación plena de simpatía. La mezzosoprano Alice Coote, con amplia experiencia personificando en otros teatros el papel del Príncipe, agradó por la facilidad con la que se desenvolvió en su actuación, y por su voz oscura, dúctil e infalible. Marie Eve-Munger tuvo un buen desempeño como la Hada madrina, mostrando buen porte escénico, aunque su cantó careció de la explosividad esperada de una soprano coloratura. El papel de Madame de la Haltière, la madrastra, le correspondió a Elizabeth Bishop quien actuó con justa comicidad y adecuado desempeño vocal. Al bajo Derek Walton, como Pandolfe padre de Cendrillon, se le escuchó una voz amplia y robusta, pero en escena se notó desconectado. Correctas las hermanastras Emily Pogorelc (Noémie) y Keyleigh Decker (Dorothée). Buen trabajo del resto de los cantantes en papeles menores y del coro en sus intervenciones. Musicalmente se pudo disfrutar de la suntuosa y vivaz orquestación de Massenet, con sus extensos ballets, gracias a una uniforme agrupación musical dirigida en esta ocasión por Francesco Milioto.

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