Thursday, May 31, 2012

75° Maggio Musicale Fiorentino. Der Rosenkavalier en el Teatro Comunale de Florencia, Italia

Fotos del fotografo: Gianluca Moggi
Leonardo Monteverdi

Continua la exploración de las operas de Richard Strauss por parte de Zubin Mehta en el Maggio Musicale. Después de Die Frau ohne Schatte del año pasado el recorrido straussiano debía encontrar Der Rosenkavalier, una de las operas mas perfectas de la historia de la música, en la que las palabras y la música se funden con rara gracia y con múltiples niveles simultáneos de lectura, como si diferentes mundos de dimensiones cuánticas se encontraran para desaparecer y después reaparecer nuevamente en otra dimensión. Aquí la metáfora del paso del tiempo fue el hilo de la opera. Eike Gramss, director de de la producción, exasperó el concepto del tiempo y ambientó esta opera en una época que va de la Viena de una joven emperatriz Maria Teresa hasta el fin del imperio de los Habsburgo, no celebrando sino casi anunciando con señales premonitorias y evidentes, la decadencia trasladada en la sapiencia melancólica firme y digna de la Mariscala. Un siglo y medio de historia fue representada en la variedad de vestuarios de Catherine Voeffray. El trabajo de Gramms con los artistas fue evidente y absolutamente creíble y pertinente. El elenco coherente siguió al director en sus ideas, en una gran realización. Rodeados de espejos en la escena de Hans Schavernoch, todos tenían la posibilidad de observar el tiempo que transcurría. Optimo estuvo el bajo Kirstinn Sigmundsson, que delineó el egoísmo y la prepotencia del barón. La reina de esta edición fue Angela Denoke, personaje congenial para ella con el que se permitió los más pequeños acentos interpretativos. Su mariscala fue altamente aristocrática y carismática en cada mínimo gesto y su elegante canto inundó la sala de conmoción. Zubin Mehta dirigió los momentos mágicos con profesionalidad, pero quizás le faltó un poco mas de misterio, el de un sonido persistente que encuentra su pasaje en una dimensión y después en otra. Si a esto se le puede llamar defecto, no lo es, porque la orquesta sonó muy bien. Sylvia Schwartz fue una Sophie de voz ágil y enérgica, con una vibración un poco petulante cada tanto, pero totalmente inmersa en el personaje de una mujer joven con ideas claras y rigor interno. La mezzosoprano Caitlin Hulcup, fue un justo y aristocrático Octavian. Su trabajo fue de primer orden así como su equipamiento vocal. Sobresaliente y sonoro de voz fue el Faninal de Eike Wilm Schulte. Todos los demás papeles estuvieron bien: Marianne de Ingrid Keiserfeld, Valzacchi de Niklas Björling Rygert, el cantante italiano de Celso Albelo, y sobretodo la esplendida Annina de Anna Maria Chiuri cuya desenvoltura escénica y vocal fue de verdad encomiable. El coro de Piero Monti, creó un digno corolario para los protagonistas.
 

Carmen en el Teatro Municipal de Chile


Creditos Fotógrafa: Marcela Poch
Johnny Teperman

La temporada lírica 2012 del Teatro Municipal, fue inaugurada con el regreso de la que, desde su estreno en 1875, es considerada la ópera más popular de todos los tiempos, “Carmen” de George Bizet, en una nueva producción a cargo de uno de los directores de escena más cotizados del mundo, el español Emilio Sagi, quien ya ha anteriormente había cautivado con otros montajes para el escenario santiaguino, como Lucia de Lammermoor de Donizatti y La italiana en Argel de Rossini.

Dos elencos, muy completos ambos, fueron los que afrontaron la parte cantada de esta versión del inmortal compositor francés, con una sobresaliente participación del tenor coreano Alfredo Kim, anteriormente de lucida actuación en Chile con su presencia en las óperas El Trovador (2006), Cavalleria Rusticana (2010) y Tosca (2011) y quien debe volver al país el próximo año, nuevamente con El Trovador.

Kim, quien partió con un debut algo irregular, fue paso a paso logrando intervenciones muy felices, con muchos aplausos, especialmente en el "ária de ia de la Flor" ("La fleur que tu m'avais jette") y en el "duo de Micaela y José” ("Parle-moi de ma mere"), incluyendo brillantes actos finales, con dulces y sostenidos agudos y un tono siempre de gran lírico belcantista.

En la Carmen internacional, lo siguió en méritos, la soprano francesa Marie-Adeline Henry, como una Micaela sencilla y enamorada, con una voz de impecable técnica, y con un hermoso remate en el tercer acto con la dolida ária "je dis que rien m'epouvante".

La Carmen de la mezzo soprano española Maité Beaumont, agradó pero no convenció plenamente. La cantante europea, es una rossiniana neta,muy conocida y de prestigio en Chile, como asidua visitante de los escenarios locales, donde incluso ha interpretado a Haendel. Ella, sin embargo, fue una Carmen, demasiado fina, a nuestro entender, tanto en su voz como en sus ademanes. Partió muy bien con “La Habanera” ("Lámour est un oiseau rebelle") y mantuvo su apostura en el duo de la seguidilla “Pres de remperts de Seville”. Ya en el "Amor es gitano" ("Les tringles des sistres tintaient"), la potencia de su voz se suavizó demasiado.

El resto del elenco, estuvo correcto, aunque en el torero Escamillo que recreó el joven barítono norteamericano Craig Verm, éste lució más apostura que voz. En lo que respecta al elenco estelar o segundo elenco, con sólo cantantes chilenos, destacaron en esta versión, sus personajes centrales, la mezzosoprano Evelyn Ramírez y el tenor Pedro Espinoza, como Carmen y don José respectivamente. La primera, en plena madurez interpretiva, con un registro potente y de muy buena factura técnica, lució dotes de actuación muy convincentes, componiendo una gitana ruda, sensual y de malos modales. Espinoza, a su vez, mostró la textura de una excelente voz "belcantista", de hombre enamorado.

La Micaela de la joven soprano Micaela González, expresiva y de dulce voz. Es una cantante que va para arriba. En cambio al cubano-chileno Homero Pérez-Miranda, le hemos visto mejores Escamillos. El coro profesional del Teatro Municipal, que dirige Jorge Klastornick, como siempre, en muy buen nivel. La Orquesta Filarmónica de Santiago lució, una vez más, su plena mayoría de edad, incluso con solistas distinguidos y un director brillante, conocedor y con oficio como José Luis Domínguez, que se entendió a las mil maravillas con ambos elencos de cantantes.

La dirección de escena de Emilio Sagi, de buen nivel. Una moderna pero respetuosa ambientación de la España posterior a la Guerra Civil y correctos desplazamientos de los personajes. Su propuesta coreográfica para el solista gitano que introduce el cuarto acto, resultó una interesante composición de ballet. La escenografía de Daniel Bianco, sencilla y con una destacada visión de pintor sealista en el tercer acto, en que, sin embargo, la iluminación aportada por Eduardo Bravo era un poco débil: las siluetas de los gitanos se advertían muy tenues e incluso los personajes que cantaban, como el duo de Escamillo y don José mostraba a sus protagonistas casi en penumbras. Bueno el vestuario que ofreció Renata Schussheim, aunque en el primer acto era demnasiado elegante, ya que las gitanas que salían de la fábrica de cigarros se veían muy finas, como con trajes de fiesta.

PLÁCIDO DOMINGO’S OPERALIA, THE WORLD OPERA COMPETITION 2012 – BEIJING, CHINA


PLÁCIDO DOMINGO’S OPERATHE WORLD OPERA COMPETITI2012 – BEIJING, CHINA

National Centre for the Performing Arts, NCPA
Monday, June 4th to Sunday, June 10th, 2012
20th EDITION
An anniversary that cannot be missed!
OPERALIA 2012 – SELECTED PARTICIPANTS
To celebrate its milestone Twentieth Edition, Plácido Domingo’s Operalia will travel to the People’s Republic of China to celebrate and to honor the best young and upcoming operatic voices of today. On this occasion, the competition will be hosted by Beijing’s magnificent National Center for the Performing Arts, NCPA.
The NCPA, locally described as The Bird’s Egg, certainly one of the world’s most stunningly beautiful venues designed by the French architect Paul Andreu, has become since its opening in December 2007, China’s top performing arts scene, not only because of its three magnificent halls dedicated to top first Class Opera, Classical Music and Theatre respectively, but because of its commanding arts education and community outreach programs. The construction of NCPA is a major achievement of the reform and China’s openness. Paul Andreu countered that although there is indeed value in ancient traditional Chinese architecture, Beijing must also include modern architecture, as the capital of the country and an international city of great importance.
In previous years, PLACIDO DOMINGO’S OPERALIA has taken place in the following

venues:
• 1993, Paris (Palais Garnier)
• 1994, Mexico City (Televisa Recording Studios)
• 1995, Madrid (Teatro de la Zarzuela)
• 1996, Bordeaux (Grand Théâtre)
• 1997, Tokyo (Yuport Kan-I Hoken Hall)
• 1998, Hamburg (Musikhalle)
• 1999, Puerto Rico (Centro de Bellas Artes, Luis A. Ferré)
• 2000, Los Angeles (Royce Hall, University of California at Los Angeles (UCLA))
• 2001, Washington, D.C. (Lisner Auditorium, George Washington University)
• 2002, Paris (Théâtre du Châtelet)
• 2003, Lake Constance Region (Austria, Germany and Switzerland)
• 2004, Los Angeles (Dorothy Chandler Pavillion)
• 2005, Madrid (Teatro Real)
• 2006, Valencia (Palau de les Arts Reina Sofía)
• 2007, Paris (Théâtre du Châtelet)
• 2008, Québec (Palais Montcalm, Grand Théâtre de Québec)
• 2009, Pécs and Budapest (Pécs National Theatre, Hungarian State Opera)
• 2010, Milan (Teatro alla Scala)
• 2011, Moscow (Stanislavsky and Nemirovich-Danchenko Theater)

OPERALIA 2012 – SELECTED PARTICIPANTS

Maria Aleida, soprano, Cuba/Spain, 29
Amartuvshin, baritone, Mongolia, 26
Hovhannes Ayvazyan, tenor, Armenia, 29
Igor Bakan, bass-baritone, Lithuania, 27
Janai Brugger, soprano, USA, 29
Roman Burdenko, baritone, Russia, 28
Thorsten Büttner, tenor, Germany, 32
Bahadir Noyan Coşgun, baritone, Turkey, 31
Anthony Roth Costanzo, countertenor, USA, 30
Sofia Fomina, soprano, Russia, 29
Aldo Heo, baritone, South Korea, 32
Brian Jagde, tenor, USA, 32
Sharleen Joynt, soprano, Canada, 27
Kartal Karagedik, baritone, Turkey, 27
Nadezhda Karyazina, mezzo-soprano, Russia, 25
Hyojong Kim, tenor, South Korea, 29
Alejandro Lárraga Schleske, baritone, Mexico, 27
Belén López León, soprano, Spain, 32
Joanna McIntire Paris, soprano, USA/Italy, 30
Dmitry Orlov, bass-baritone, Russia, 28
Cristina Pasaroiu, soprano, Romania, 25
Olesya Petrova, mezzo-soprano, Russia, 29
Antonio Poli, tenor, Italy, 26
Lee Poulis, baritone, USA, 32
Bénédicte Roussenq, soprano, France, 30
Alessandro Scotto di Luzio, tenor, Italy, 25
Faith Sherman mezzo-soprano, USA, 30
Victoria Shevtsova, soprano, Russia, 29
Shi Shuang, bass, China, 30
Jelena Štefanić, soprano, Croatia, 29
Bogdan Talos, bass, Romania, 30
Cassandra Zoé Velasco, mezzo-soprano, Mexico/USA, 23
Justine Viani, soprano, Australia/UK, 30
Xin Wang, tenor, China, 33
Xu Lei, soprano, China, 29
Yunpeng Wang, baritone, China, 24
Like Xing, tenor, China, 28
Jegyung Yang, soprano, South Korea, 27
Guanqun Yu, soprano, China, 29
Jing Zheng, soprano, China, 28

To celebrate its milestone Twentieth Edition, Plácido Domingo’s Operalia will travel to the People’s Republic of China to celebrate and to honor the best young and upcoming operatic voices of today. On this occasion, the competition will be hosted by Beijing’s magnificent National Center for the Performing Arts, NCPA.
The NCPA, locally described as The Bird’s Egg, certainly one of the world’s most stunningly beautiful venues designed by the French architect Paul Andreu, has become since its opening in December 2007, China’s top performing arts scene, not only because of its three magnificent halls dedicated to top first Class Opera, Classical Music and Theatre respectively, but because of its commanding arts education and community outreach programs. The construction of NCPA is a major achievement of the reform and China’s openness. Paul Andreu countered that although there is indeed value in ancient traditional Chinese architecture, Beijing must also include modern architecture, as the capital of the country and an international city of great importance.
As every year since it’s inception in 1993, and to continue a decade long partnership with Rolex, Plácido Domingo’s Operalia, the World Opera Competition was created to discover and honour the best new, young opera singers of today and tomorrow. Plácido Domingo’s goal is to attract singers from around the world and have them audition and compete before a most distinguished panel of judges conformed by established international opera impresarios. Forty young international competitors of all voice ranges will be flown to Beijing in June for the preliminary rounds; twenty of the singers will continue on to the semi-finals and thereafter, only ten singers will reach the Final Round which will be presented as a Gala Concert at NCPA’s grand Opera Hall to be conducted by Maestro Plácido Domingo himself. Above and beyond the biggest money prize ever awarded to a finalist in any voice competition, it is Plácido Domingo’s firm commitment to build and support the career of any and all worthy contestants through his
own personal guidance, consideration and recommendation. The Competition is now open to singers of all voice types, between the ages of 18 and 32 years old and who are ready to make the big leap and perform on the world’s great opera stages. Participating in Plácido Domingo’s Operalia is not only a very prestigious and competitive venture but it can be a real stepping-stone to a career. Previous winners include many current stars lighting up Opera stages around the world: Ainhoa Arteta, Joseph Calleja, José Cura, Joyce DiDonato, Giuseppe Filianoti, Elizabeth Futral, Joseph Kaiser, Inva Mula, Eric Owens,
Erwin Schrott, Nina Stemme, Ludovic Tézier, Rolando Villazon, Sonya Yoncheva, as well as the renown Chinese soprano He Hui, among many others.
This year’s Prizes will include:
• Two First Prizes* US$30,000
• Two Second Prizes* US$20,000
• Two Third Prizes* US$10,000
• Two Birgit Nilsson Prizes (Wagner-Strauss repertoire)* US$15,000
• The Pepita Embil Domingo Zarzuela Prize US$10,000
• The Don Plácido Domingo, Sr., Zarzuela Prize US$10,000
• Two Audience Prizes* Watches offered by Rolex
• The Culturarte Prize US$10,000
• Ex aequo prizes
* One each for the best female and best male singer.
In previous years, PLACIDO DOMINGO’S OPERALIA has taken place in the following
venues:
• 1993, Paris (Palais Garnier)
• 1994, Mexico City (Televisa Recording Studios)
• 1995, Madrid (Teatro de la Zarzuela)
• 1996, Bordeaux (Grand Théâtre)
• 1997, Tokyo (Yuport Kan-I Hoken Hall)
• 1998, Hamburg (Musikhalle)
• 1999, Puerto Rico (Centro de Bellas Artes, Luis A. Ferré)
• 2000, Los Angeles (Royce Hall, University of California at Los Angeles (UCLA))
• 2001, Washington, D.C. (Lisner Auditorium, George Washington University)
• 2002, Paris (Théâtre du Châtelet)
• 2003, Lake Constance Region (Austria, Germany and Switzerland)
• 2004, Los Angeles (Dorothy Chandler Pavillion)
• 2005, Madrid (Teatro Real)
• 2006, Valencia (Palau de les Arts Reina Sofía)
• 2007, Paris (Théâtre du Châtelet)
• 2008, Québec (Palais Montcalm, Grand Théâtre de Québec)
• 2009, Pécs and Budapest (Pécs National Theatre, Hungarian State Opera)
• 2010, Milan (Teatro alla Scala)
• 2011, Moscow (Stanislavsky and Nemirovich-Danchenko Theater)





Sunday, May 27, 2012

Peter Grimes de Britten en el Teatro Alla Scala

Foto: Brescia - Amisano- Teatro alla Scala

Massimo Viazzo

El mundo del Borough imaginario de Richard Jones en la nueva producción scaligera de Peter Grimes es la de un mundo aburrido, excesivamente devoto, encerrado y claustrofóbico. Los ambientes en los que se desarrolló la acción de esta obra maestra de Britten fueron casi representados en el interior de rectángulos bien iluminados (que por momentos se balanceaban) y donde frecuentemente la colorida multitud de los habitantes del pueblo de marineros observaba la acción convirtiéndose en espectadores y en actores de modo intercambiable, forzando al final a un abrazo mortal al desesperado protagonista. El director de escena Richard Jones deliberadamente excluyó de su narración al mar ya que no le interesó hacer una narración de la historia “de postal”, y en la potente psicología que emanó de este espectáculo de gran sugestión el director ingles mostró también una virtuosa habilidad en el movimiento de las masas sobre el escenario. También el joven director británico Robin Ticciati supo captar de la mejor manera las intimas sutilezas de la magnifica partitura, cuidando los empastes timbricos y la atmósfera general de la obra. Preciso en el gesto, seguro en la conducción de las piezas concertati (sobresaliente la prueba del coro dirigido por Bruno Casoni) y con dramatismo durante los celebres interludi; en suma: fue el director ideal para una producción muy apreciada por el público y la crítica. John Graham-Hall reciente triunfador del Premio Abbiati, el reconocimiento mas importante de la critica italiana, entregado por su interpretación en Death in Venice la temporada pasada en el Teatro alla Scala- confirmó sus grandes dotes de actor esculpiendo un Grimes rudo, angustiado y visionario. En su tosca voz, de timbre quizás no muy grato, tuvo el justo acento para subrayar la aspereza del carácter de Grimes y el fraseo pareció ser refinado y teatralmente envolvente. Lírica, intensa y moralmente creíble fue la Ellen Oxford de Susan Gritton; así como muy eficaz y conmovedor estuvo el capitán Balstrode de Christopher Purves que fue suave y comunicativo. Felicity Palmer fue una Auntie sin malicia y sin ilusiones, Catherine Wyn-Rogers una habladora Sedley y el resto completo de las papeles adicionales dieron su notable contribución al logro de un espectáculo que esta destinado a permanecer en los anales del teatro milanes.




Tuesday, May 22, 2012

Der Rosenkavalier - Maggio Musicale Fiorentino

Foto: Gianluca Moggi

Leonardo Monteverd

Continua l'esplorazione delle opere di Richard Strauss da parte di Zubin Mehta al Maggio Musicale. Dopo Die Frau ohne Schatten dell'anno scorso il percorso straussiano non poteva che incontrare Der Rosenkavalier, una delle opere più perfette della storia della musica. Parole e musica si fondono qui con rara grazia, con livelli di lettura molteplici e simultanei, quasi come se mondi di dimensioni quantistiche diverse si incontrassero per poi sparire e riapparire nuovamente in altre dimensioni. La scollatura temporale tra il rococò dell'ambientazione librettistica e il valzer viennese sinfonico ottocentesco, trasfigurato in un post-wagnerismo esasperato e miscelato abilmente con la consapevolezza che l'impero austro ungarico era al crepuscolo, poco prima della Grande Guerra, tutto traslato nella metafora sul tempo che passa e sulla maggiore o minore coscienza del momento in cui ci si deve rendere conto che un'epoca finisce, rende quest'opera, di cui non si sa cosa sia più perfetto, se il libretto di Hofmannstahl o la musica di Strauss, il monumento al tempo perduto. Il tempo, sì, il tempo che fa rendere conto alla Marescialla che è spuntata una ruga o che l'acconciatura del parrucchiere, non molto diversa da quella del giorno prima, quel mattino la rende più vecchia. Ma è lei che è cambiata: quel mattino, dopo l'ultima notte d'amore con Octavian raccontata da una musica sensualissima, la principessa ha la consapevolezza che il tempo è passato e che non lo si può fermare. E la metafora del tempo continua da quel momento ad essere il fil rouge dell'opera. Eike Gramss, il regista di quest'allestimento creato apposta per il Maggio Musicale, ha esasperato questo concetto di tempo e ha ambientato quest'opera in un'epoca che va dalla Vienna di una giovane imperatrice Maria Teresa fino alla fine dell'impero asburgico, non celebrandola, ovviamente, ma quasi annunciandola, con tutti i segni premonitori, talora evidenti, di una decadenza, traslati nella consapevolezza malinconica ma ferma e dignitosa della Marescialla. Oltre un secolo e mezzo di storia, rappresentato dalla varietà dei costumi (belli, di Catherine Voeffray): si va dagli abiti settecenteschi di Octavian, quasi a simboleggiare il momento più lontano e più adolescenzialmente puro di quell'Impero, a quelli ottocenteschi di Sophie fino a quelli novecenteschi molto chic della Marescialla e quelli folcloristici, sempre uguali nel tempo, di Ochs, autentico bue tirolese, passando per tutte le sfumature possibili della servitù, della folla di personaggi avventizi, dai caratteristi ai mimi. Il lavoro che Gramms ha fatto cogli artisti era evidente ed era assolutamente credibile e pertinente, come oggi raramente accade di vedere. Il cast sterminato era del tutto coerente e ha seguito il regista nelle sue idee, fornendo una delle più belle realizzazioni di quest'opera a cui abbia mai assistito. Tutti sono circondati da specchi, nelle scene di Hans Schavernoch, tutti hanno la possibilità di osservare il tempo che scorre, il tempo che si attarda sulle proprie sembianze e le cambia… per chi vuole rendersene conto, ovviamente. Ochs rinuncia alla consapevolezza e perpetua il suo dongiovannismo di taglio assai volgare, oltre al suo opportunismo, specchio di un'aristocrazia prepotente e vuota che sta per essere cancellata dalla storia qualche anno dopo la prima del Rosenkavalier. Ottimo il basso Kirstinn Sigmundsson, grezzo quanto basta per delineare l'egoismo e la prepotenza del barone che non vuole capire, come gli dice la Marescialla, che il tempo è scaduto. Sarà la realtà a schiacciare quest'incoscienza anacronistica e alla fine Ochs perderà tutto, travolto dal ridicolo e dai creditori. Regina di quest'edizione è stata Angela Denoke, in un personaggio a lei molto congeniale e ormai talmente rodato da potersi permettere le più piccole sfumature interpretative. La sua Marescialla era così altamente aristocratica, talmente carismatica che ogni minimo gesto, certamente accordato col regista, aveva una sua ragion d'essere: un distacco malinconico dalla realtà di cui essa stessa è vittima, perché nulla può sottrarsi al tempo inesorabile, nessuno, né re né imperatore né plebeo. E di questo si rende conto improvvisamente, dopo l'ultima notte di fuochi d'artificio col giovanissimo amante. Il suo canto elegantissimo ha pervaso la sala di commozione, soprattutto nel monologo e nel duetto del primo atto e nel magnifico terzetto finale, uno dei punti più alti di quest'esecuzione. Zubin Mehta ha diretto questi momenti magici con grande professionismo, però, forse, gli mancava un pizzico di mistero in più: il mistero di un suono preesistente che trova in quel momento il suo passaggio in quella dimensione e poi torna via in un'altra. Se si può chiamare difetto, ma non lo è, perché l'orchestra ha suonato molto bene, mancava giusto questo. Il famoso valzer, che inizia da una evocazione musicale di Ochs, diventa un fantasma grossier come lui, quasi si trasfigura ogni tanto in un chiassoso valzer di routine.
La magia dello stupore della gioventù che scopre l'innamoramento improvviso e travolgente, che annienta senza pietà tutto il resto, il momento di sospensione musicale e drammatica del secondo atto, quando avviene l'incontro di Sophie col Cavaliere della Rosa, era certamente ben reso, forse un'apparizione un po' troppo hollywodiana se si vuole, con le pareti a specchio che si aprono per lasciare il cammino libero a Octavian con lo sfondo del cielo viennese, nell'immensità esagerata del palazzo dei Faninal, come in un cartone animato. Ottimi i due giovani spasimanti, Sylvia Schwartz, come Sophie, dalla voce agile e scattante, forse con un vibratino un po' troppo petulante ogni tanto, ma totalmente immersa nel personaggio di una giovanissima donna colle idee chiare e con un suo rigore interno, e Octavian, Caitlin Hulcup. Il mezzosoprano australiano ha dato la giusta goffagine adolescenziale al diciassettenne aristocratico, che conosce molto bene l'etichetta ma che sa discostarsene per fare delle burle spietate, tipiche dell'età, anche troppo ben architettate, forse, per un diciassetenne. Credibile come galante rubacuori in erba, dal punto di vista vocale forse il personaggio va approfondito, ma è proprio voler trovare dei peli nell'uovo: il lavoro fatto col direttore e il regista è assolutamente di prim'ordine, come pure il suo equipaggiamento vocale. Sarà da tenere d'occhio perché potrebbe essere uno degli Octavian del futuro. Faninal era un Eike Wilm Schulte in ottima forma, dalla superba e sonora voce. Tutte le parti minori, dalla Marianne di Ingrid Keiserfeld, al Valzacchi di Niklas Björling Rygert, al Cantante italiano di Celso Albelo, e soprattutto alla splendida Anna Maria Chiuri come Annina, la cui disinvoltura scenica e vocale era davvero encomiabile (è impossibile enumerare la schiera di comprimari che tutti erano comunque al giusto posto), insieme al coro di Piero Monti, sono state curatissime e hanno fornito un dignitoso corollario ai protagonisti.

Wednesday, May 16, 2012

La soprano Ainhoa Arteta debutó finalmente en el Teatro Real de Madrid

Foto: Ainhoa Arteta - Crédito Oscar del Pozo - ABC

A propósito del reciente debut de la soprano Ainhoa Arteta en el Teatro Real de Madrid en el papel de Roxane de la opera Cyrano de Bergerac de Franco Alfano, el diario ABC de Madrid publicó la siguiente entrevista que le realizó a la artista,  Susana Gaviña.
Ainhoa Arteta (1964) debutó finalmente en el Teatro Real de Madrid, lo que era un deseo que durante años le pareció inalcanzable  y al que Gerard Mortier le había puesto ya fecha de realización: la próxima temporada, con el papel de Doña Elvira en «Don Giovanni», de Mozart. Sin embargo, una indisposición de la soprano Sondra Radvanovsky que tenía que interpretar el papel de Roxane en la ópera «Cyrano de Bergerac» de Alfano, que Arteta ya había cantado con la misma producción hace dos años en la Ópera de San Francico, adelantó  el feliz desenlace.

-¿Cómo se sintió cuando cayó el telón anoche?
-Vacía, porque «Cyrano de Bergerac» es una obra muy compleja y muy intensa, pero a la vez feliz. Es una sensación que entenderán todas aquellas madres que han dado a luz: como tras el esfuerzo de darlo todo, te sientes inmensamente feliz

-¿Recuerda lo que pensó antes de entrar ayer en el escenario?
-No quise ni pensar en la responsabilidad que suponía abordar este rol. Lo estoy pensando hoy. Todo ha sucedido en muy poco tiempo, en una semana. Gracias a Dios que esta obra la había hecho hace dos años en San Francisco, pero aún así cuando volví a abrir la partitura no me acordaba de nada. Es una ópera musicalmente muy complicada. No tiene una melodía factible hasta que te metes ya de lleno. Tengo que decir que hubiera sido imposible sin la ayuda de Pedro (Halffter), que ha sido fantástico y ha tenido una paciencia increíble. Y también se lo tengo que agradecer a todo el equipo del Real. Al principio no sabía si iba a poder cantarlo o solo marcarlo, pero al final puede hacerlo bien. Me encuentro en un momento vocal fuerte y he podido con ello.

-Y también se encuentra en un buen momento personal, algo que también ayuda…
-Sí, quizá también. Mi vida personal y familiar es gratificante. Todo esto influye. Vocalmente estoy bien y me encuentro en un periodo de madurez. En otro momento, esto me hubiera superado. La edad importa, y en esta carrera importa mucho y para bien. Por mucho que nos quieran convencer y vendernos el mundo de Hollywood, yo no me lo creo. Ha habido momentos incluso que me he sentido abrumada por la responsabilidad, pues si tu das mal el pie a tu compañero, él va mal. Yo quería venir a sumar y no a restar. En situaciones como esta, es cuando te das cuenta realmente de lo que puedes dar de sí.

-Estos días el Real ha vivido un conflicto laboral que ha estado a punto de desembocar en una huelga, algo que finalmente no ha sucedido.
-En ningún momento estas tensiones se han notado a la hora de trabajar. Todo el mundo estaba en lo que estaba. Hay que felicitar a todo el equipo del Real por cómo han encarado esta situación. Todos somos muy conscientes del problema que hay.

-Usted se ha mostrado muy comprometida y ha apoyado públicamente al Liceo, que también atraviesa una situación complicada, en el que participó en una gala sin cobrar; y, la semana pasada, ofreció otro recital sin caché en el teatro de Jerez...
-Sí, para recaudar fondos para poder pagar a técnicos del teatro. La realidad que se está viviendo no es fácil. Soy consciente de ello porque trabajo mucho en España y en situaciones como ésta hay que arrimar el hombro. Es algo de todos. En una ópera como la de ayer es donde te das cuenta que sin el trabajo de todos, si se cae una sola pieza, no salimos. Detrás de la lírica hay mucha gente que está trabajando, y hay que defenderla.

-Pero los recortes en cultura no parece que vayan a dar muchas alegrías…
-Espero y deseo que la Ley de Mecenazgo se amplíe. Sería una gran solución que la empresa privada se implique.

-Y también la sociedad en general, aunque en España parece que la gente no quiere pagar por la cultura.
-La gente quiere, pero de alguna manera quieren invertir ese dinero en algo que sea productivo. Y, no es porque yo sea cantante y artista, pero creo que la cultura es uno de los pilares más importantes que tiene nuestra civilización.

-Pedro Halffter, el director musical de «Cyrano de Bergerac», decía el otro día que «el arte nos hace libres».
-Totalmente de acuerdo. La cultura es algo que no se puede dejar de apoyar, porque es la base de la civilización, y marca el crecimiento y el desarrollo de un país.

-Estos días, muchos colegas suyos se han alegrado de su debut en el Real. Montserrat Caballé señalaba hace unos días que usted es una gran embajadora de España a la que se reconoce más fuera que dentro…
-Lo de Caballé me parece de una generosidad increíble. Es verdad que me ha costado entrar tanto en el Liceo como en el Real, pero también es verdad que quizá, después de verlo con distancia y con amplitud de miras, no ha venido mal tan poco. Me ha llegado en un momento en el que puedo ofrecer de verdad un repertorio amplio y sentirme cómoda. Ayer el rol que tenía, si no hubiera estado tan sólida y tan preparada, igual hubiera sido más difícil.

-¿Hubiera preferido estrenarse en el Real con Doña Elvira?
-Doña Elvira no tiene nada que ver. Es un papel que me va mucho pero Roxane va a ser uno de los personajes emblemáticos de mi carrera. Es muy difícil vocalmente, hay que dominarlo muy bien técnicamente para que no te canse, pero me ha pillado en un momento que me está dando muchas satisfacciones. Ni en el mejor de mis sueños me hubiera imaginado semejante carambola una Roxane con Plácido Domingo, y dirigida por Pedro, con el que ya había trabajando antes.

-Además el estreno se ha retransmitido a 200 salas de cine de Europa y España, y se va a hacer una grabación en DVD…
-Sí, pero ayer no quise pensar en todas estas cosas porque me hubieran abrumado mucho. Ni siquiera me preocupaba que se moviera el balcón. Pensaba en todo lo que tenía que cantar y que si me caía ya me me levantarían (se ríe).

-¿Por qué ese deseo tan irrefrenable por cantar en el Real cuando usted ha actuado en grandes escenarios internacionales? Para muchos este teatro no es de primera línea.
-Por supuesto que es de primera, y primerísima línea. Los teatros dependen mucho de quien los dirige, y a veces suceden cosas que tal vez pueden parecer injustas para el artista y para el público. Y no hay mal que cien años dure. Al final estoy aquí, y no hay que darle más vueltas.

-Es curioso que, aunque ahora se ha tratado de una “carambola”, quien le ha abierto las puertas del Real ha sido Gerard Mortier, acusado en numerosas ocasiones de no apoyar a los cantantes españoles…
-Audicioné con él el año pasado, y en cuanto me escuchó me dijo que haría Doña Elvira en la próxima temoprada, y que si podía darme algo antes lo haría, pero la programación ya estaba cerrada. El encuentro fue estupendo. Lo que sí me gustaría es que los teatros españoles, y sus directores, apoyen a los cantantes del país porque en estos momentos tenemos una cantera estupenda. Además, con lo que está sucediendo, en otros países como Alemania, Francia y Estados Unidos apoyan a los suyos. Sería justo que aquí sucediera lo mismo. Yo soy artista y opino desde esa posición. Entiendo que se quiera traer a grandes nombres internacionales, pero dentro de una ópera hay muchos papeles que se pueden repartir entre artistas españoles.

-Cumplido su sueño del Real, ¿cuál es el siguiente reto?
-Ser feliz. La felicidad hay que seguir trabajándola. Con la madurez aprendes a priorizar las cosas. La vida no son una sucesión de cosas buenas. Ella te enseña a vacunarte contra las cosas malas y a verlas venir. Ese es mi reto. Y seguir haciendo mi profesión, a dónde me lleve. Ya sea en el Real, en Jerez, en Bruselas… Mi reto es compartir con las personas que están ahí un momento especial y único con la música.

-¿Sucedió eso en su debut anoche?
-Sí, creo que sí. Fue increíble. Ahora lo pienso: un Cyrano de Bergerac» con Plácido Domingo. Ni en mis mejores sueños...

Carlos Fuentes y su visión de la cultura en el mundo contemporáneo


*** En 1994 el novelista y ensayista mexicano fue reconocido con el Premio Príncipe de Asturias

A México y a su cultura “fluida, alerta, no ideológica”, dedicó el escritor Carlos Fuentes el premio Príncipe de Asturias con el que fue galardonado en el año 1994. El novelista fallecido este 15 de mayo, entonces pronunció su discurso a través del cual se unió a la celebración de una cultura para el siglo nuevo: “cultura de inclusiones, jamás de exclusiones; cultura que disminuya el imperio de la violencia y aumente el imperio de la paz, cultura, en fin, al servicio del valor supremo que es la continuidad de la vida en este planeta”.
Esa noche, el autor de La región más transparente, inició su intervención aludiendo a la importancia de un premio consagrado ese año a la edad más entrañable del ser humano: “la niñez, pero la niñez amenazada hoy en demasiadas calles del planeta”.
Fuentes orientó sus palabras hacia la reflexión de una época, la de la segunda mitad de los noventa. Contrapuso los valores exaltados por Píndaro: “Virtud, valentía, fuerza y justicia, el uso moderado del poder y la gloria que todo ello otorga”, con las palabras de Simone Weil cuando ésta señalaba que “el imperio de la violencia es infinito, puede ser tan grande como la naturaleza”. Convencido de la necesidad de contrarrestar ese horror, el autor galardonado brindó tres consejos para disiparlo: “no admires el poder, no detestes al enemigo y no desprecies a los que sufren”.
Para Fuentes, el siglo XX había idolatrado el poder y acumulado dolor sobre los hombros de los seres sufrientes. Por eso vio prudente aprovechar la alabanza que supone un reconocimiento como el Premio Asturias para meditar sobre la necesidad de crear una civilización común, “diversificada pero compartida, a fin de merecer nuestros premios”.
La lección de humanidad y belleza para la plural civilización hispanoamericana dada por los pensadores y artistas asturianos, también fue motivo de alabanza por parte de Fuentes. Por igual lo fue la lengua y cultura compartidas que atravesaron el Atlántico “para llevar el abrazo mediterráneo hasta las costas americanas y proseguir allí, más allá de los crímenes de la conquista y los abusos de la colonización…”.
Peregrina y mestiza, así vio el autor de Cambio Piel a nuestra cultura: “mezcla de muchas razas y culturas: ésta es la razón de su continuidad y su fuerza”; y así también la percibió como “fruto de muchos exilios, migraciones, trasiegos: éste es el impulso de su dolor, su coraje y su virtud”.
Universalizada y peregrina, para Fuentes nuestra cultura era una corriente, un flujo que impulsa a trabajadores y sus familias, sus memorias y su forma de saludar, de cantar, de reír, de desear. Y en ese trámite, también desafiando prejuicios, reclamando equidad e identidad. Y con ello también vio necesario sostener un perfil propio capaz de nutrir “las identidades nacionales a las que se integran en un mundo móvil, determinado por la comunicación instantánea, la velocidad tecnológica y el flujo de los mercados, tanto del capital como del trabajo”.
En ese cambiante contexto de los noventa, con el arribo de un nuevo siglo, Carlos Fuentes hacía hincapié en que se vivía -aludiendo a las palabras del poeta Alfred de Musset- “con un pie sobre las cenizas y otro sobre las semillas. No sabemos separar el pasado del porvenir, ni debemos hacerlo: ambos nos acompañan en el presente”.
Aunque a sus ojos el siglo XX fue una centuria de progreso inigualado, lo fue también de desigualdad incomparable. Pero a los conflictos, Fuentes también los supo ver como oportunidades para el intercambio, el diálogo, la concordia, la imaginación y la humanidad. A su juicio, la voluntad política había demostrado “que es posible reducir el imperio de la violencia y darle un rostro actual al deseo homérico de respetar al antiguo enemigo y de amar a quienes sufren la historia”.

Tuesday, May 15, 2012

Carlos Fuentes, el autor que trastocó la literatura mexicana


Con la muerte del escritor se extingue una de las conciencias más lúcidas y críticas de nuestro tiempo, siempre libre en sus juicios y siempre sensible al pulso de los cambios políticos, sociales y culturales de México y del mundo.Su obra ensayística ha sido punto de referencia para tomar conciencia respecto a los problemas más puntuales de México. Sus novelas, reflejo del ser de México, espejos que a partir de hoy los mexicanos habrán de desenterrar una y otra vez para mirarse, conocerse y reconocerse. Su obra literaria toda, merecedora del Premio Nobel sin lugar a dudas, surge en el periodo de extinción de la novela de la revolución mexicana para mostrar el modelo nacional posrevolucionario. Sus novelas reconocen la genealogía en el discurso nacionalista mexicano, al mismo tiempo que se reconocen sus fracturas. Carlos Fuentes nació en Panamá, Panamá, el 11 de noviembre de 1928. Dramaturgo, ensayista y narrador, estudió derecho en la UNAM y cursos de economía en el Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra, Suiza. Ha sido delegado mexicano en Ginebra; embajador de México en Francia; director, junto con Octavio Paz, de la Colección Literaria Obregón; profesor en varias universidades norteamericanas y europeas; fundador y codirector, con Emmanuel Carballo, de la Revista Mexicana de Literatura; director de La Cultura en México; fundador y editor de El Espectador. Miembro de El Colegio Nacional (desde 1972), de la Academia Estadounidense de Artes y Letras, del Consejo de Administración de la Biblioteca Pública de Nueva York y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México. Su obra se ha traducido al polaco, noruego, armenio, chino, inglés, francés, alemán, sueco, italiano, portugués, suizo y danés. Escritor de los guiones cinematográficos deLas dos Helenas, El gallo de oro (en colaboración con Gabriel García Márquez y Roberto Gavaldón), Un alma pura, Los caifanes (en colaboración con Juan Ibáñez),Pedro Páramo (en colaboración con Manuel Barbachano Ponce y Carlos Velo), Las cautivas, ¿No oyes ladrar los perros? y el guion del documental El espejo enterrado. Colaborador de El Espectador, La Cultura en México, Revista Mexicana de Literatura, y Vuelta. Becario del CME, 1956. Miembro del SNCA, como creador emérito, desde 1994. Premio Biblioteca Breve Seix Barral 1967 por Cambio de piel. Premio Mazatlán de Literatura 1972 porTiempo mexicano Terra Nostra. Premio Internacional Alfonso Reyes 1979. Doctor honoris causa 1979 por la Universidad de Harvard. Premio Nacional de Ciencias y Artes (lingüística y literatura) 1984. Doctor honoris causa 1987 por la Universidad de Cambridge. Premio Miguel de Cervantes 1987. Medalla de Honor de Literatura del Club Nacional de las Artes de Estados Unidos 1988. Premio Instituto Cultural Mexicano 1995 por su labor de difusión de la cultura y el arte de México en Estados Unidos. Doctor honoris causa 1996 por la UNAM. Doctor honoris causa 2002 por la Universidad de Salamanca, España. Premio Don Quijote de la Mancha 2008 por su trayectoria y su labor como impulsor de la lengua y la cultura hispanoamericanas. Medalla Adolfo Ruiz Cortines 2008, otorgada por el Gobierno de Veracruz. Gran Cruz de Isabel la Católica 2009 otorgada por el gobierno español. Premio González-Ruano de Periodismo 2009, que otorga el Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre por el artículo "El Yucatán de Lara Zavala". Doctorado honoris causa por la Universidad de las Islas Baleares (UIB), 2012. Su obra se encuentra dividida en cuento: Los días enmascarados, 1954; Las buenas conciencias, 1959; Cantar de ciegos, 1964; Agua quemada, 1981; Constancia y otras novelas para vírgenes, 1990; El naranjo o los círculos del tiempo, 1993; La frontera de cristal, 2005; Todas las familias felices, 2006; Cuentos naturales, 2007; Cuentos sobrenaturales, 2007. En ensayo: París, la revolución de mayo, 1968; La nueva novela hispanoamericana, 1969; Casa con dos puertas, 1971; Tiempo mexicano, 1971;Cervantes o la crítica de la lectura, 1976; Valiente mundo nuevo. Épica, utopía y mito en la novela hispanoamericana, FCE, Tierra Firme, 1991; El coloquio de invierno (en colaboración con Fernando del Paso y Gabriel García Márquez), 1992; El espejo enterrado, 1992; Geografía de la novela, 1993; Tres discursos para dos aldeas, 1993;Nuevo tiempo mexicano, 1994; Por un progreso incluyente, 1997; Retratos en el tiempo, 1998; Todo encuentro o descubrimiento es mutuo (plaquette), 1998; Machado de la Mancha, 2001; Viendo visiones, 2003; Contra Bush, 2004; Los 68. París, Praga, México, 2005. En novela: La región más transparente, 1958, 2008; Aura, 1962; La muerte de Artemio Cruz, 1962; Cambio de piel, 1967; Zona sagrada, 1967;Cumpleaños, 1969; Terra Nostra, 1975; La cabeza de la hidra, 1978; Una familia lejana, 1980; Gringo viejo, 1985; Cristóbal Nonato, 1987; La campaña, 1990; Diana o la cazadora solitaria, 1994; La edad del tiempo (obras completas), 1994; Los años con Laura Díaz, 1999, 2006; Los cinco soles de México. Memoria de un milenio, 2000;Instinto de Inez, 2001; La silla del águila, 2003; Fundaciones mexicanas. Novelas 1. (La Muerte de Artemio Cruz. Los años con Laura Díaz), 2007; Capital mexicana (La región más transparente. Agua quemada), 2008; Imaginaciones mexicanas (Aura.Cumpleaños. Constancia y otras novelas para vírgenes. Instinto de Inez. Inquieta compañía), 2008. La voluntad y la fortuna, 2008; Adán en Edén, 2009. En relato: Los hijos del conquistador, 2002; Inquietantes compañías, 2003; En el género de teatro:Todos los gatos son pardos, 1970; El tuerto es rey, 1970; Los reinos originarios, 1971;Orquídeas a la luz de la luna, 1982; Ceremonias del alba, 1991; En varia invención:Voluptuario, 1996; En esto creo A/Z, 2002. En antologías: Cuerpos y ofrendas (prólogo de Octavio Paz), 1973; Josele T. Césarman (textos y poemas, en colaboración con Héctor Azar), 1992.

Su obra, un legado de conciencia lúcida y crítica sobre México y el mundo.
Carlos Fuentes afirmó alguna vez que la cultura y el arte nos indican que no sólo debemos conocer el mundo, sino además imaginarlo y que nuestra identidad como mexicanos surge del esfuerzo de conciliación de las culturas indígenas y europeas de las que provenimos, de la raza cósmica de José Vasconcelos y la América sin adjetivos de Simón Bolívar.
El escritor mexicano, fallecido este 15 de mayo en la ciudad de México, a la edad de 83 años, estuvo siempre convencido de que la cultura es el espejo de lo mejor que podemos ser y lo mucho que podemos dar.

“Debemos multiplicar las oportunidades para enseñar y conservar las artes. La mitad de la población de América Latina tiene sólo 20 años de edad o menos, somos un continente de jóvenes. No podemos crear leyes de orden social y político sin preguntarles a ellos”, afirmaba el escritor.

Considerado uno de los pensadores más agudos y claros de nuestra nación, Carlos Fuentes y su obra trastocaron la literatura mexicana, que en opinión de los más reconocidos críticos, hasta antes de Al filo del Agua, de Agustín Yáñez, carecía de una novelística.

Escribir una novela es aprender a leer, decía William Faulkner, una frase que en el convencimiento de muchos parece describir la obra de Carlos Fuentes quien a través de las décadas mostró una realidad novelística surgida del advenimiento de nuestra historia como nación y los mitos de nuestra cultura.

En su extensa obra narrativa se cuentan los libros Los días enmascarados, 1954 ; La región más transparente, 1958; Las buenas conciencias 1959; Aura, 1962; La muerte de Artemio Cruz, 1962; Cantar de ciegos, 1964; Zona sagrada, 1967; Cambio de piel, 1967; Cumpleaños, 1969; La nueva novela hispanoamericana, 1969; El mundo de José Luis Cuevas, 1969; Todos los gatos son pardos, 1970; El tuerto es rey, 1970; Casa con dos puertas, 1970; Tiempo mexicano, 1971; Los reinos originario teatro hispano-mexicano, 1971; Cuerpos y ofrendas, 1972 y Terra Nostra, 1975.

También Cervantes o la crítica de la lectura, 1976; La cabeza de la hidra, 1978; Una familia lejana, 1980; Agua quemada, 1981; Orquídeas a la luz de la luna, 1982; Gringo Viejo, 1985; Cristóbal Nonato, 1987; Constancia y otras novelas para vírgenes,1990; Valiente mundo nuevo, 1990; La campaña, 1990; Ceremonias del alba, 1990; El espejo enterrado, 1992; El naranjo o los círculos del tiempo, 1993; Diana o la Cazadora Solitaria, 1996, entre otras.
En uno de sus últimos encuentros con los medios, el escritor afirmó que si tuviera un plan de vida sería escribir hasta la muerte. “Es lo que me gusta hacer, para mí no es un trabajo, es lo que disfruto y quisiera hacerlo hasta mis últimos días”.

Con respecto a su propia obra, comentó no tener un libro predilecto, pues a todos los considera como parte de su familia. “Qué puedo decir, mis libros son como mis hijos, los hay altos, tuertos, bajitos, otros son así y asado, no importa, todos son mis hijos”.

No obstante confesó que su cariño por el cine sí ha influenciado su narrativa. “Sin embargo soy muy malo escribiendo guiones de cine, por eso hago novela, la novela ha sobrevivido a todo, yo como novelista me digo, si tengo un lector, me basta. La novela, salvo Dickens, siempre ha sido para un número reducido de lectores y va a sobrevivir porque hay cosas que sólo se pueden decir en el mundo a través de este género”.

Observador, lúcido y certero de la realidad de las sociedades contemporáneas, Carlos Fuentes afirmó estar convencido de que en América Latina sabemos exactamente quiénes somos.

“La cuestión primordial es comenzar a movernos de la identidad adquirida a la diversidad por adquirir. La viabilidad democrática, la cultura y el futuro de nuestras naciones dependerán del esfuerzo de todos”.

No obstante, el escritor mencionaba que la pobreza que aqueja a muchos países de América Latina sigue siendo el vergonzoso pecado original de nuestras sociedades y aseguraba que la democracia al dar legitimidad de origen debe dar también legitimidad de ejercicio.

“La democracia significa también educación vitalicia, cuidado al anciano, derechos a la mujer, lucha contra la corrupción ¿por qué teniendo una continuidad cultural tenemos una política tan fracturada y economías tan frágiles?

En este sentido, el autor, quien ha menudo mostraba su preocupación sobre el porvenir de los jóvenes, no sólo en México sino en el resto del continente, afirmaba:

“Cientos de millones de jóvenes se preguntan sobre un mundo donde el 20 por ciento de la población consume el 86 por ciento de la producción; donde 200 mil millones de dólares al año se gastan en armamento y donde no hay para comprar vacunas e invertir en la educación. Un mundo donde la mitad de la población sobrevive con un promedio de dos dólares al año”.

Y agregaba: “Si existe un mundo creado por la humanidad también existe una humanidad creada por el mundo. El mundo tal y como es no basta, por el contrario, nos devasta. Los teóricos del fin de la historia están tratando de vendernos otra historia donde sólo nos queda divertirnos hasta la muerte, esto no puede representar el futuro”.
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