Sunday, July 23, 2023

Il Combattimento di Tancredi e Clorinda en Stresa - Stresa Festival 2023

Foto: Joselito Veschaeve 

Renzo Bellardone

Julio 20 del 2023. La obra maestra de Monteverdi "il Combattimento di Tancredi e Clorinda" representó la segunda cita del Festival Stresa 2023, en un lugar inusual del Festival, es decir, la Iglesia de San Leonardo de Verbania Pallanza (VB) – con vistas de frente al lago de Pallanza. El festival es la cita veraniega anual que se realiza en la localidad de Stresa la comuna de la provincia Verbano-Cusio-Ossola en la región de Piamonte en el norte de Italia. ¡Es un salto al pasado! Estamos en 1624 en un Palazzo Mocenigo no identificado en Venecia durante el período de carnaval en presencia de toda la nobleza, en el escenario la reconstrucción de la primera ejecución de 𝐼𝑙 𝐶𝑜𝑚𝑏𝑎𝑡𝑡𝑖𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑖 𝑇𝑎𝑛𝑐𝑟𝑒𝑑𝑖 𝑒 𝐶𝑙𝑜𝑟𝑖𝑛𝑑𝑎 presentado por Monteverdi. Estamos ante una revolución, o más bien ante la primera música que reproduce los sonidos de la batalla a través de instrumentos de cuerda. La fonte música con Michele Pasotti en la tiorba y la dirección han tenido la linda intuición de recrear este programa que, además de Combattimento, precedido de algunos Madrigali senza gesto, los que se ejecutaron fueron: S. Rossi, Sinfonia grave à 5, C. Monteverdi, Sfogava con le stelle (Madrigali, libro IV); Cruda Amarilli (Madrigali, libro V); D. Castello, Sonata XV; C. Monteverdi, Anima mia perdona/Che se tu se’ il cor mio (Madrigali, libro IV); Sinfonia (da ‘Orfeo’); Ohimè il bel viso (Madrigali, libro VI); Sinfonia (Madrigali, libro VIII); Zefiro Torna e’ bel tempo rimena (Madrigali, libro VI); B. Marini, Passacalio, C. Monteverdi, Hor che’l ciel e la terra (Madrigali, libro VIII).  El concierto tuvo como título de "La será del Combattimento" y desplegó un recorrido desde los madrigales senza genesto ('sin gesto') de Monteverdi hasta la culminación con el combattimento presentado con el sumo respeto filológico hacia Torquato Tasso, realzando la narración con pocos, pero expresivos movimientos. Michele Pasotti, interprete de la tiorba, es además el director de "La Fonte Musicale", un conjunto experto en música del período comprendido entre la Edad Media y el primer Barroco. Monteverdi representó la transición del Renacimiento al Barroco y amplió su innovación musical hasta ser el compositor de un 'melodrama': que fue el Orfeo. La velada “Sera del combate” comenzó con unos Madrigales que lograron calentar el espíritu y que además hicieron olvidar el calor agobiante de esta estación. La explosión vocal y representativa llegó con Combattimento, donde Mauro Borgioni -el narrador- expresó una tonalidad cálida y oscura con un poder autoritario y atractivo. En esta ocasión la agrupación artística estuvo representada por siete cantantes y 6 instrumentistas. Entre los que podemos mencionar la participación de Mauro Borgioni, en el papel de Testo, Alena Dantcheva como Clorinda, y Massimo Altieri interpretando al papel de Tancredi. Por su parte los madrigales fueron cantados por las sopranos Francesca Cassinari y Alena Dantcheva, la contralto Elena Cazaniga, los tenores Massimo Altieri y Raffaele Giordani y el bajo Alessandro Ravasio con un óptimo y placentero resultado de parte de todos los artistas, que satisfizo a todos los allí presentes.


Il Combattimento di Tancredi e Clorinda - Stresa Festival 2023

Foto: Alberto Guerrero

Renzo Bellardone

Il capolavoro di Monteverdi “ il Combattimento di Tancredi e Clorinda” rappresenta il secondo appuntamento dello Stresa Festival 2023, in una location non usuale del Festival, ovvero la Chiesa di San Leonardo, affacciata al lungolago di Palllanza.

STRESA FESTIVAL 2023 Il Combattimento di Tancredi e Clorinda Chiesa di San Leonardo  -  Verbania Pallanza (VB) – 20 luglio Ricostruzione della prima esecuzione del Combattimento di Tancredi e Clorinda, preceduto da Madrigali “senza gesto” S. Rossi, Sinfonia grave à 5 C. Monteverdi, Sfogava con le stelle (Madrigali, libro IV); Cruda Amarilli (Madrigali, libro V) D. Castello, Sonata XV C. Monteverdi, Anima mia perdona/Che se tu se’ il cor mio (Madrigali, libro IV); Sinfonia (da ‘Orfeo’); Ohimè il bel viso (Madrigali, libro VI); Sinfonia (Madrigali, libro VIII); Zefiro Torna e’ bel tempo rimena (Madrigali, libro VI) B. Marini, Passacalio. C. Monteverdi, Hor che’l ciel e la terra (Madrigali, libro VIII); Combattimento di Tancredi e Clorinda  La fonte musica Madrigali Francesca Cassinari, Alena Dantcheva, soprani Elena Carzaniga, alto Massimo Altieri, Raffaele Giordani, tenori Alessandro Ravasio, basso Michele Pasotti, tiorba e direzione Combattimento Mauro Borgioni, Testo Alena Dantcheva, Clorinda Massimo Altieri, Tancredi Stefano Rossi, Gabriele Pro, violini Gianni De Rosa, viola Rodney Prada, viola da gamba e lirone Federica Bianchi, clavicembalo Michele Pasotti, tiorba e direzione

Il concerto porta il titolo di “La sera del Combattimento” e snoda il cammino dai Madrigali ‘senza gesto’ di Monteverdi fino al culmine del combattimento presentato con sommo rispetto  filologico per Torquato Tasso, esaltando la narrazione con pochi espressivi movimenti. Michele Pasotti oltre che alla tiorba è alla direzione de “La Fonte Musicale” ensemble esperto  di musica del periodo che va dal Medioevo al primo Barocco. In questo caso la formazione è rappresentata da sette cantanti e 6 strumentisti. Monteverdi ha rappresentato il passaggio dal Rinascimento al Barocco ed ha esteso la sua innovazione musicale fino a essere il compositore di un ‘melodramma’: l’Orfeo. La “sera del Combattimento” inizia con alcuni Madrigali che scaldano lo spirito e fanno un po' dimenticare il caldo opprimente di questa stagione. L’esplosione vocale e rappresentativa arriva con il Combattimento dove Mauro Borgioni – il narratore- esprime una tonalità calda e scura con possanza autorevole e coinvolgente. La Musica vince sempre


Saturday, July 1, 2023

Concierto de Isabel Leonard en San Pablo, Brasil

Fotos: Cauê Diniz/Mozarteum Brasileiro

Fabiana Crepaldi

El pasado 27 de junio, como parte de la la temporada 2023 del Mozarteum Brasileiro, la mezzosoprano norteamericana Isabel Leonard subió por primera vez al escenario de la Sala São Paulo. La tarea de Leonard no era simple: reemplazar a la superestrella y campeona mundial de cancelaciones Elina Garanča. Esto quiere decir que el público que estaba allí había comprado entradas para ver a una rubia exuberante, de voz y ojos penetrantes y un carisma innato. A la hora de comprar las entradas, al público poco le importó que Garanča repitiera exactamente el mismo programa que ya había presentado en 2018, con una segunda parte dedicada exclusivamente a la zarzuela. Además, Leonard estuvo acompañado por la siempre problemática Orquestra Acadêmica do Mozarteum Brasileiro: una agrupación sin un trabajo continuo, formada para eventos específicos, mezclando estudiantes y músicos profesionales, que en el concierto estuvo dirigido por el director estadounidense Constantine Orbelian. Una orquesta sin cohesión, sin dinámica y con problemas de afinación. Es cierto que, en el 2018, Garanča también enfrentó este problema y lo habría enfrentado nuevamente ahora. Discreta, elegante, muy buena técnicamente y con buena voz, Isabel Leonard trazó un panorama de su carrera. Comenzó con Rossini y Mozart, dos compositores que van bien con su voz y cuyas obras ha interpretado varias veces en el Metropolitan Opera desde su debut, en el 2007, en el famoso escenario de Nueva York. De Rossini, la elegida fue Una voce poco fa, del El barbero de Sevilla. Este, tal vez, haya sido el número más problemático de la noche. Cantando mal, Leonard no cantó. Porque, en primer lugar, no es una cantante que tenga la capacidad de hacer la coloratura con naturalidad. Cierto es que en este grupo hay muy pocas cantantes: entre las inmortales e insuperables menciono a Lucia Terrani y Teresa Berganza; y entre las actuales, Cecilia Bartoli y Karine Deshayes. Confieso que no soy rossiniana, por lo que mi lista se restringe a lo esencial, sin embargo, la habilidad de hacer una coloratura no es algo que sea común, ni siquiera la superestrella Garanča la tiene. 

Entonces, si ese fuera el único problema, Leonard estaría bien, incluso porque se volteó, como hacen todos los buenos cantantes. Aun así, optó por una interpretación un tanto caricaturesca y cuestionable. Todo, por supuesto, con una voz bien colocada y unos agudos precisos: quien busque los defectos de Isabel Leonard en su técnica de canto estará buscando en el lugar equivocado – si quiero ser muy minucioso, puedo elegir una acentuación al principio del aria, “unA voce…”, pero nada más. En Mozart, Leonard lo hizo mucho mejor. Como Cherubino, de Las bodas de Fígaro, además de su sólida técnica, utilizó su favor su elegancia, me refiero a su elegancia de cantante. Aun así, durante las conversaciones en el intervalo algunas personas la consideraban fría; otros pensaron que como era un concierto y no una ópera, estaba bien. ¿Qué significa ser frío? ¿Qué hay detrás de esta magia de involucrar al público en una interpretación, aunque sea un concierto? ¿Podría ser algo tan subjetivo? Creo que la respuesta está en un tema que, como una obsesión, siempre toco en mis textos: la construcción del personaje, la atención al texto, la relación entre el texto y la música. Ya he defendido a cantantes que, aun sin tener una voz muy adecuada para un papel determinado, son cuidadosos y lo manejan tan bien que acaban destacándose. El ejemplo reciente que me viene a la mente es Elisabeth de Marlis Petersen en Tannhäuser, en Salzburgo (por cierto, donde Venus debería haber sido Elina Garanča, pero, por supuesto, ¡ella canceló!). Petersen domina tan bien a sus personajes que todo lo demás pasa a un segundo plano. El caso de Leonard es el contrario: tiene una gran voz para Mozart, lo canta todo muy bien, pero no parece darle mucha importancia al sentido del texto. Un ejemplo para dejar la idea más clara: en Voi che sapete, cuando canta “sospiro e gemo”, no la sentimos suspirar ni gemir, canta como si el texto fuera “caminando por la calle”, o cualquier otra banalidad. Hice un punto de enfatizar que me refería al significado del texto, porque la dicción de Leonard es excelente, el texto se escucha muy bien. Insisto: el problema no está en la técnica. Para no correr el riesgo de cometer una injusticia, cabe señalar que la incapacidad de la orquesta para bajar el volumen, para tocar un piano, ciertamente entorpeció a la mezzo, limitando su dinámica, especialmente en Non so più. Si hasta entonces Leonard había presentado dos papeles que cantó sobre el escenario, cerró la primera parte con cinco de las Siete Canciones Populares Españolas, de Manuel de Falla, que grabó dos veces: en 2015 y en 2017. De ascendencia argentina por parte de su madre, era bastante perceptible el dominio que tiene sobre este repertorio. La segunda parte del concierto estuvo marcada por la ópera francesa: el aria de las cartas, de Werther de Massenet; Habanera y la Seguidilha de Carmen, de Bizet. Isabel Leonard tiene un francés precioso o, como dirían los franceses, un francés presque parfait (y eso, para ellos, es un enorme cumplido para un extranjero). A esto se suma su excelente dicción. Su Charlotte ya había cobrado vida en el escenario, tanto en el Met como en la Royal Opera House. Como Carmen, si no me equivoco, nunca pasaba de las arias en los conciertos**. Y esa diferencia fue clara. Su Carmen es demasiado elegante y poco seductora. Su Charlotte fue, para mí, el mejor número de la noche, aunque no derrama el alma al repasar las cartas de Werther como, por ejemplo, Sophie Koch, la gran Charlotte de hoy, a quien tuve el inmenso e inolvidable placer de ver en ese papel, en el Met, cubriendo una de las cancelaciones de… ¡Elina Garanča! Reconozco que soy imparcial: Werther está entre mis óperas favoritas. 

Con un resfriado, fui al concierto con una mascarilla debidamente ajustada y con la intención de irme durante el intermedio. Sin embargo, Charlotte me detuvo: no podía irme sabiendo que, justo después del descanso, vendría el aria de las cartas. ¡Y como me había quedado, tampoco me iría sin escuchar las dos arias de Carmen! Sin embargo, cuando sonó la última nota de la Seguidilha eran pasadas las 22.40 horas, y el concierto, con los bises, terminaria pasadas las 23 horas. Considerando que el siguiente número de Leonard sería Granada de Agustín Lara, me retiré a descansar y dejé que los ecos de las arias francesas me quitaran el resfriado. Y estos ecos fueron una buena medicina. Es muy importante la iniciativa del Mozarteum de traer los nombres que pueblan los elencos de los grandes teatros de ópera. Independientemente de que sean los mejores, los más carismáticos, los más destacados, siempre es bueno que el público brasileño tenga la oportunidad de conocerlos. Brasil está lejos del circuito de la ópera, pocos cantantes de renombre internacional pasan por aquí todos los años, y es en vivo donde realmente se conoce a un cantante. También es encomiable la formación de una orquesta que acompañe a estos cantantes, especialmente en las arias de ópera. Lo que, extrañado, sin embargo, en las temporadas del Mozarteum es un recital más refinado, instrumentalmente mejor cuidado: un recital de Lieder, por ejemplo. Si no me equivoco, el última del Mozarteum fue de Jonas Kaufmann, en 2016. Han pasado siete años. La impresión que tengo es que el Mozarteum valora el refinamiento musical en los conciertos instrumentales, ya sean sinfónicos o de cámara, pero no le da la misma importancia cuando el solista es cantante. ¿Sería algún prejuicio en relación al público lírico, que solo quiere escuchar notas altas y no le importa la música? Por favor, no me incluyan en ese estereotipo.

Nota: **Tras la publicación de este artículo, Isabel Leonard informó en redes sociales que ya interpretó a Carmen en el escenario.