Fotos: Schaunard en La Boheme, Arnaldo Colombaroli - Teatro Colón; El Barbero de Sevilla; Attila - Buenos Aires Lírica; El Barbero de Sevilla - Teatro Solís de Montevideo.
Ramón JacquesArgentina ha sido siempre un país de gran tradición operística si se considera que en Buenos Aires, su capital, se encuentra el famoso y legendario Teatro Colón. También porque ha sido una inagotable cantera de voces de gran calidad, muchas de ellas surgidas del propio Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Esta gran generación de cantantes argentinos, al lado de tantas figuras que pisaron el máximo escenario bonaerense, han ayudado a construir y a enriquecer la historia de este teatro. Una de las figuras más representativas de esa generación, y al que se le considera una de las mejores voces de su cuerda en ese país es, sin lugar a dudas, el barítono Omar Carrión.
Con un extenso currículo, Omar goza de reconocimiento internacional que comenzó participando en importantes concursos de canto como el Concurso Pavarotti de Filadelfia, y el prestigioso Cardiff Singer of the World en Gales, así como por su interpretación cantando papeles como: Lescaut en Manon y Manon Lescaut, Sharpless en Madame Butterfly, Ping en Turandot, Rigoletto, Don Carlo en Ernani, el Conde Luna en Il Trovatore, Germont en La Traviata, el Marques de Posa en Don Carlo, Lord Enrico en Lucia di Lammermoor, Alfonso IX en La Favorita, Lord Notthingham en Roberto Devereux y Fígaro en El Barbero de Sevilla, entre otros; y se ha presentado en diversos teatros de Sudamérica como el Solís de Montevideo, Municipal de Santiago y Temuco en Chile, Medellín y Cali en Colombia, Porto Alegre en Brasil, además en Hanover en Alemania, Atenas en Grecia, Cardiff en Gales, y en el Auditorio Nacional de México, además de su presentaciones en los teatros Argentino de la Plata y Avenida de su ciudad, sin olvidar su continua participación en las Temporadas del Teatro Colón de su ciudad natal donde alternó con cantantes como Placido Domingo, Mirella Freni, Neil Shicoff, Alain Fondary, Leona Mitchell, Jennifer Larmore, Leo Nucci, Marcelo Álvarez, y Sherill Milnes
En esta entrevista, Omar Carrión nos habla de su carrera y sus puntos de vista sobre su carrera y su visión de la ópera en la Argentina.
¿Fue el ambiente musical que existía en casa lo que despertó tu interés por convertirte en cantante de ópera?
¡Increíblemente no! Mi padre fue un gran tenor lirico spinto llamado Antonio Carrion y mi madre Hilda Angelici, una exquisita soprano. Ambos dejaron de cantar cuando yo nací, y durante mi niñez crecí escuchando vocalizar a los alumnos de mi padre, cosa que no me incentivó para nada hacia la ópera. Yo era y sigo siendo fanático de Los Beatles. Sin embargo, la genética pudo más y en la adolescencia todo se disparó naturalmente. Fui a ver una Tosca al Teatro Colón con Carlo Bergonzi y cuando comenzaron las primeros acordes de la ópera y mientras él cantaba ‘Recondita Armonia’, algo sentí dentro de mí. Al año siguiente vi Rigoletto con Sherrill Milnes y allí decidí que quería cantar. Estaba cursando el secundario y vivía escuchando y viendo ópera. En esa época jamás me hubiera imaginado que iba a estudiar y cantar con el propio Milnes.
¿Cuándo ocurrió tu debut?Considero que mi verdadero debut profesional fue en 1990, con el rol de Guglielmo de Cosi Fan Tutte en el Teatro Colón. Irónicamente antes del cierre del teatro, mi ultimo trabajo importante fue también en Cosi Fan tutte pero como Don Alfonso. De ese Guglilemo ya han pasado diecinueve años.¿Qué significó para ti representar a tu país en los concursos de canto ‘Pavarotti de Filadelfia’ y ‘Cardiff Singer of the World’ en Gales?Los concursos son experiencias interesantes que te hacen subir un escalón. También fui Ganador del Concurso Rossini en 1992 en Argentina. Más allá de eso, he visto a estupendos cantantes de concursos que jamás han cantado nada y otros que nunca ganaron un concurso y son grandes divos. Creo que el secreto está en no dejarse amedrentar por los avatares de la carrera, y seguir siempre estudiando y perfeccionándose hasta el final de la misma. Acabo de hacer una producción de Traviata nuevamente: he cantado muchas funciones de esta ópera, y sin embargo durante dos meses sólo se podía ver en mi mesa de luz la partitura, y La Dama de las Camelias de Dumas, los libros de Kurt Pahlen refiriéndose a la obra, el vídeo de la película Camille con Greta Garbo y Robert Taylor, otro libro de cantantes que opinan sobre el abordaje de los personajes etc. Con lo anterior quiero decir que la ópera es mucho más que cantar bien solamente.
Si tuvieras que describir tu voz ¿Qué características dirás que esta posee? Me considero un barítono lírico agudo.Para alguien que nunca ha escuchado cantarte en directo ¿Qué seria aquello que te gustaría que te escuchara cantar primero?
Sin duda el belcanto, y cuando hablo de belcanto, por supuesto que incluyo a Verdi que como dijera alguna vez Placido Domingo es el belcanto con la B mayúscula.
¿Cuál es tu repertorio mas apto en este momento, y con que papeles consideras ampliarlo?
Básicamente el repertorio belcantista. En teatros grandes busco no salirme del bel canto, y en los teatros medianos o más chicos, canto óperas un poco más fuertes, pero siempre con mi voz. Por lo tanto, mi repertorio mas común comprende papeles como Fígaro, Germont, Alfonso IX, Lord Enrico, Notthingham, Don Carlo, Malatesta, Valentín, Guglielmo, Don Alfonso, Belcore, Sharpless, Ping, y para teatros más chicos Conde de Luna, Rigoletto, Marques de Posa.
Una experiencia significativa en tu carrera fue la gira que realizaste con la Orquesta Nacional de España. ¿Qué recuerdas de esa experiencia?Cantamos las Ausencias de Dulcinea de Joaquín Rodrigo, una cantata para barítono y cuatro sopranos dirigidos por el gran maestro Rafael Frühbeck de Burgos Se presento en Hannover, Alemania, y en Atenas, en el increíble Anfiteatro Herodes Atticus, al pie del Partenón. Esa noche, alumbrado por la luz de la luna, me sentí agradecido de ser cantante y poder esta allí, con Atenas a nuestros pies y pisando el escenario en donde había estado María Callas.
Te formaste profesionalmente en el Teatro Colon de Buenos Aires y te tocaron vivir las épocas legendarias de este mítico recinto ¿Que recuerdos sobresalen en tu memoria de esa época?Recuerdo que al entrar a la sala principal se sentía como si fuera a un templo. También llegar a los ensayos o las funciones me trae a la memoria que lo hacia pensando que debía estar a la altura de las circunstancias, cosa nada fácil. Recuperar la parte edilicia será más fácil que recuperar la mística del templo.
¿Cómo fue para ti trabajar y alternar con figuras tan importantes que pasaron por el Colón?
Siempre que he cantado con los grandes divos, mis sentidos se agudizan de tal manera que trataba de ver y oír todos los detalles. Cantando al lado de los grandes se aprende más que en otras situaciones. Por otro lado, siempre trate de acercarme a ellos con el respeto hacia aquel que ha marcado un camino y del cual se puede aprender.
¿Existe alguno en particular que haya tenido una influencia positiva sobre tu carrera?
Sin duda el haber cantado y tomado clases con Sherill Milnes, ya que siempre fue un referente para mi, y el poder trabajar con el me hizo evolucionar enormemente.
Precisamente el destino quiso que formaras parte de la gala de reinauguración del Teatro Colón el 24 de mayo del 2010, y que fueras elegido para cantar en la primera producción, que fue La Boheme, en su reapertura. ¿Podrías describirnos esta experiencia?
Si, el mismo elenco que en la gala de reapertura del teatro cantó el segundo acto de La Boheme, fue el que después abrió la temporada 2010, con el mismo titulo. Para mi fue muy emocionante y un honor estar en el escenario del Colón esa noche, ya que no hay que olvidar que muchos artistas, melómanos y demás amantes de la opera pensamos en algún momento que tardaría mucho tiempo mas para que el Colón comenzara a funcionar.
Otro evento sobresaliente en tu carrera fue el haber participado en la primera gira del Colón al extranjero y que fue a México en el 2007 con la producción de Oswald y Lápiz de Turandot de Puccini. ¿Qué recuerdos tienes de aquellas funciones?
Esa gira fue simplemente inolvidable porque fue la primera vez que una producción completa del Colón, incluidos los elencos, orquesta, coro, técnicos, escenografías y demás, viajaron a otro país. Como mi esposa es soprano del coro estable del teatro, viajamos con nuestro hijo, que en ese momento tenia doce años. Los tres en un país que no conocíamos, con una cultura histórica impresionante, paisajes bellísimos, además de que fuimos tratados por los mexicanos con una amabilidad y respeto invaluables. En ese marco canté en esa magnifica producción del Colón, la cual fue muy bien recibida. Siempre pienso ¿Qué más podríamos pedir? Fue un premio de dios.
Viene un desafío importante que es el de interpretar el papel principal en Belisario, una opera desconocida de Donizetti. ¿Qué nos puedes decir respecto al personaje y las dificultades que supone su interpretación, considerando que existen pocas referencias discográficas o de puestas escénicas de esta obra?
Belisario es una opera de Donizetti muy poco transitada, de hecho en el Colón se hizo una sola vez en 1982 con el maestro Renato Bruson. Me he preparado de toda la biografía posible de este general romano, honorable, valiente, honesto, religiosamente ortodoxo, que en la opera, bajo el libreto de Cammarano es denunciado por su esposa Antonina entre otras cosas por haber mandado asesinar a su propio hijo. Es desterrado, pero antes lo dejan ciego sacándole los ojos. Como veras, es un interesante papel de composición que irónicamente no tiene ninguna aria. Al igual que Simon Boccanegra, Belisario tiene un aria que comienza cuando entra al escenario y termina cuando muere herido en una batalla. En todo esto estamos trabajando en estos momentos con el regista Marcelo Perusso.
¿A que atribuyes el hecho que exista tanta tradición y oferta de opera en la Argentina?
Es que Argentina tiene cantantes muy buenos, con bellas voces latinas. Talentosos y preparados .Al igual que directores de orquesta y de escena, es un país de gran tradición operística. Gracias a Dios hace casi dos décadas, que se ha multiplicado la ópera en todo el país, con mini temporadas en las provincias, mas el entrañable Teatro Argentino de la Plata, pasando un momento magnifico, con una infraestructura de producción de gran teatro y las nuevas compañías privadas de excelente nivel como Juventus Lírica, Buenos Aires Lírica, Fundamus o la Casa de la Ópera en Buenos Aires. Así, el público puede saciar su sed de ópera y los cantantes algo más que su necesidad artística.
¿Qué otros compromisos y proyectos tienes para el futuro?
Lo dicho, ahora estoy ensayando Belisario para Buenos Aires Lirica, después viajaré para cantar otro gran papel protagónico en el Teatro Municipal de Santiago de Chile, pero este si es muy conocido: Rigoletto. Posteriormente cantaré tres conciertos, uno con soprano y los otros dos con tenores. En realidad los grandes aliados musicales de los barítonos, son las sopranos y los tenores, aunque en la trama son quienes siempre nos desprecian, nos odian o nos matan. Es nuestro karma, así que creo que el barítono es un ser solitario.