Josep Font
Hemos encontrado Massimo Crispi, tenor italiano muy
especial por sus elecciones artísticas y sus maneras de ser artsta, y por sus
proyectos muy interesantes y afuera del ordinario. Su carrera es un firmamento de cosas inusuales a
lado del repertorio lo más tradicional, que es el síntomo de una curiosidad y
de un espirito de aventura que nuestra entrevista no peude que confirmar.
Massimo, leyendo tu curriculum emerge con
singularidad que un cantante italiano pudiera debutar su primer papel proncipal
como el Celebrante e la ópera de Bernstein “MASS”. Es muy inusual. Podrias
hablarnos de esa experiencia por favor?
Con muchísimo
gusto, también porque esa es una de las experiencias de mi pasado que recuerdo
con mas ternura y placer. Pues por favor dejamos el pasado atrás y hablamos del
porvenir que es lo que más me interesa. El pasado se puede consultar con
facilidad en el Google, si quieres buscarlo, donde hay miles de vínculos sobre
de mi y sobre lo que hice. Pues el
pasado es pasado, hay cosas que recuerdo con gusto y otras con menos gusto,
pues seguimos adelante.
MASS de
Bernstein fue mi primera gran experiencia a un nivel musical y escénico. Marco
Tutino, que a la época era el director artístico de la orquesta regional lombarda
I Pomeriggi Musicali di Milano, estaba buscando activamente un cantante
versátil y polifacético para el papel del Celebrante. En la Italia del los
Noventa era muy difìcil encontrar cantantes profesionales versátiles y de buen
nivel. Tutino creaba temporadas innovadoras, con fragmentos de las tradiciones
musicales las más variadas, para renovar un poco el repertorio y el público
milanés y para quitar el polvo de los asientos de los teatros. Fueros estos los
últimos fuegos apagados por ese horrible conformismo cultural que hoy nos
sumerge, pues de eso quizás que hable más allá.
Una amiga que
confiaba mucho en mi y que intuyó mi versatilidad artística me presentó a
Tutino y me organizaron una audición. Canté el primer song del Celebrante “A
Simple Song”. Me acuerdo que entre los jurados estaban Giuseppe Grazioli, que
haría estado el director de orquesta de la “Operazione MASS” y Stefano Ranzani,
que todavía no era el jefe apreciado que es hoy. Estaba, lo confieso, muy
emocionado, también porque para mi era mi primera experiencia en ese campo, y
me parecía muy rara la idea de debutar, como cantante italiano, en una opera
moderna extranjera, y además en inglés. De todas formas la prueba funcionó, los
jurados estaban un poco sorprendidos, y me confiaron el papel. Lo estudié muchísimo
y en el profundo. Al primer ensayo, donde también estaban unos cantantes jazz y
pop de los mejores que vivían en Milan a la época y que eran parte de MASS, uno
de ellos, un inglés muy famoso en Italia empezó con piropos, que nunca había entendido un italiano cantar
ese repertorio sin acento y sobre todo sin la mínima influencia operística. A
mi me parecía bastante normal abstraerme de la ópera y la inmersión en el mundo
del Musical, del jazz, del rock, también porque me daba gusto el idioma múltiplo
utilizado por Bernstein. Debo dar las gracias también a mi profesora de la
época, la inmensa Margaret Hayward, para haberme dado una abertura mental y a
la cual debo mucha parte de las cosas que sé hacer. Ella abrió mi voz, allanó
las dificultades, me ayudó en la pronunciación y en la declamación. Y no solo
en aquel repertorio.
Al final la
operación MASS fue un éxito. Y por primera vez en mi vida estuve delante de un
público de mil y trecientos personas con todos los ojos concentrados sobre de
mi. No puedo olvidarlo. El resto llegó después de MASS, y mis experiencias han
sido muchas y apasionantes. Yo debo mi notoriedad a Bernstein y a Tutino.
Tienes razón,
pues como yo siempre miro al porvenir, al pasado no le doy mucha importancia
porque es pasado. Y unas veces también es importante ver su proprio camino
porque somos el resultado de tantas experiencias. Voy a contarte solo unas.
Bueno, la
Scala. Cada vez que un cantante dice el nombre de la Scala es quizás como decir
el sanctuario de Nuestra Señora del Pilar para un católico. Llegué a la Scala
haciendo una normal audición para una de mis óperas preferidas, “L’incoronazione
di Poppea”. La audición pasó bien y me contractaron por el cast. Esa
experiencia fue para mi de extrema importancia porque aprendí un montón de
cosas que no sabía. El cast era algo de estrellas que no se puede imaginar.
Antonacci como Poppea, Matteuzzi como Nerone (yo era el doble de Matteuzzi y
cantaba otros papeles en la misma ópera regularmente), Marrocu como Ottavia,
Manca di Nissa como Ottone, Colombara como Seneca, Focile como Drusilla,
Cherici como Damigella y Fortuna, Spagnoli como Mercurio, Mingardo como Nutrice…
me parecía de estar en una fabula. Los ensayos fueron con Muti que debía
dirigir, pues se enfermó y la dirección la tomó Zedda, que era el autor de la
revisión (horrible, hay que decirlo, con tantas que hay eligieron la peor). Lo
que construimos con Muti fue destruido en un momento por Zedda. Paciencia, la
perfección no existe… Pués yo aprendí enormemente de mis colegas, cantar a lado
de Anna Caterina Antonacci o de Marrocu o de Colombara o de Mingardo, te das
cuenta que suerte? Es como una escuela de alto nivel concentrada en dos meses
de convivencia con esa gente.
Y, como dejé
una buena impresión, la dirección de la Scala me propuso también el mes
siguiente “La Fanciulla del West”… y eso sin agencias, solo con mi canto y mis
audiciones. Hoy seria imposible con la mafia de agencias que hay. La Fanciulla
también fue una experiencia, porque era con Sinopoli, Larin, Casolla y Fondary…
UFFF! Te das cuenta? Allí aprendí lo que
son las voces grandes y como se desplega una voz. Larin me di unas lecciones.
Cada vez que veo un colega muy bueno siempre le pido consejos, yo siempre
aprendo de los otros, porque cada uno tiene una riqueza individual que es la
experiencia y captar esos fragmentos de experiencias adaptándolos a tu ser y tu
voz es algo sin precio. El pobre Larin hace pocos años falleció y eso me dio
una pena infinita, lo quería mucho y le agradezco por lo que me ha dado. Hoy
siempre empiezo mis vocalices con uno que él me aconsejó. Quizás es una manera
de una sobrevivencia de él en mi.
De todas
formas cantar en La Scala significa mucho, y yo lo tengo en mi carrera como una
joya preciosa. Quien sabe si volveré a cantar allí, pero como te diré mas
adelante, hoy casi no canto mas ópera en la escena y te lo explicaré.
Pués siguo
con el Massimo de Palermo.
Eso es mi
teatro. Yo soy de Palermo y siempre he visto ese teatro cerrado porque cuando
era joven lo cerraron por unos 25 años por “mejorarlo”. No hicieron nada, la
mafia lo mantuvo cerrado con un dolor enorme de los ciudadanos que no eran mas
dueños del teatro que la ciudad había construido en una época donde el Massimo
era el tercer teatro de Europa, después Garnier de Paris y Staatsoper de Viena.
Te das cuenta? Yo canté en el Teatro Massimo varias veces con todos
repertorios: operas clásicas, contemporáneas, operettas… y siempre con
compañías de primera. Y siempre sin agencias, solo con mi voz… ya ese mundo
terminó…
Ese teatro
tiene una magia. La acústica. Si se cae un botón en el suelo de la escena el
ruido se apercibe hasta el ultimo asiento de la galería arriba. Y cantar allí
es sentir la voz que se libera. La Scala no tiene esa acústica tan perfecta. Y
la atmósfera de Palermo es relajada… Allí canté Orfeo de Offenbach, Masnadieri
de Verdi, Viuda Alegre de Lehar, varias operas contemporáneas escritas para mi
voz… pues tengo un recuerdo muy vivo de una obra que quizás no es tan
importante pues a mi me encantó por el cast que tenia y por la realización. Ser
parte de un proyecto en el cual tu crees es importante, yo pienso. Eso fue “Los
siete vicios capitales” de Kurt Weill, donde había la inmensa Ute Lemper y la
puesta en escena era de Micha van Hoecke (ya había cantado en su realización de
Orfeo de Monteverdi en Ravenna Festival, el festival de la familia Muti). Yo
estaba en el cuarteto vocal que canta la Familia, muy importante porque subraya
los vicios donde se ponen las hijas, Anna I y Anna II, y con otros tres
cantantes fabulosos todos alemanes. Yo era el solo italiano en una compañía de
alemanes. Eso me dio mucho orgullo porque me sentí como en mi casa con todos ellos
que no notaban ni un acento extranjero en mi canto. Ute era magnifica, una
tigresa, con algo animal que sale del cuerpo y invade el escenario, desborda de
todas partes. De ella aprendí una ulterior desenvoltura en la escena que se
muda también en un gesto vocal muy evidente. El teatro expresionista de Weill
ella lo cantaba magníficamente.
La Opéra de
Lyon… eso es uno de los recuerdos mas bellos. La opera era una de las mas
increíbles de Händel como música: “Poro, Rè dell’indie”. Mi papel era lo de
Alejandro Magno, un papel para tenor heroico, con una agilidad muy difícil y en
un registro bastante central. Fabio Biondi, sí, Fabio Biondi me llamó porque el
tenor con lo que él lo había grabado no estaba libre (y también porque era
demasiado ligero… ese vicio de dar los papeles de tenor barroco a cantantes
demasiado ligeros…) y yo aprendí el papel en pocos días. Pues que música…
Händel es uno de mis autores preferidos porque parece hubiera escrito para mi
voz. Sus arias eran una mas bella de la otra y el cast era también de estrellas
del barroco: Banditelli, Bertini, Balconi, Schubert… y yo… que estrella no era
pues en un buen camino hacia las constelaciones. Con Biondi canté otras veces,
y grabé la primera mundial del oratorio de Scarlatti “Humanità e Lucifero”.
Pués en eso volveremos mas adelante, si tendremos espacio… Es que tu me
calentaste, pidiéndome recuerdos… Tendria muchos mas! Pero ahora basta con el
pasado!
Massimo, vale, cabíamos de tema. Que significa hoy
hacer música, según tu punto de vista?
Tengo espacio sin limites o debo intentar
una síntesis? (se ríe…) Yo creo que hoy hacer la música sigua siempre los
mismos canales del pasado: hacer música significa contar algo que unos autores
compusieron en el curso del tiempo, siguiendo criterios idiomáticos, estéticos,
de composición, entre los más varios por medio del intérprete. En una palabra:
comunicar. Nada nuevo. Claro que hoy ha cambiado la manera de comunicar, si lo
comparamos solo a veinte o treinta años atrás. Hablando del campo que es mi
competencia, el mundo del canto, de la ópera, o, de todas formas, de la música
vocal, puedo decir que hoy estamos mucho más esclavos de la imagen, o, sino
esclavos, mucho más dependientes del pasado. Eso no es un mal absoluto, al
contrario la imagen puede enriquecer el texto con más contenidos,
específicamente cuando, para poca o mucha gente, esos textos no son más puntos
de referencia porque muchas cosas no se estudian más a la escuela y no se habla
en las familias. Quien es, hoy, que
todavía conoce las mitologías griegas y latina tan bien como nosotras que la
estudiábamos desde niños en la escuela primaria? Hoy existen las nuevas
mitologías, los mangas japoneses, los Señores de los Anillos (y de las
pulseras), Harry Potter y un montón de otros personajes. Esto es el pretexto
que muchos directores de escena utilizan para colocar Aida en los desiertos de
Marte y Turandot en planetas ajenos, o un Don Juan en la basura, o un Ballo in
Maschera en los aseos de un Parlamento, siguiendo el éxito de las series tv y
creyendo que la comunicación con los jóvenes pase por una actualización que a
menudo no tiene ningún vínculo con el texto de la ópera y haciendo un servicio
muy malo a la misma ópera. Y, al final, al publico. Pues la
música no es solo ópera, claro. Hoy la música ha entrado, mucho más que en el
pasado y con mucha más insistencia, también en los momentos más intimos de
nuestra vida y de una manera que antes era impensable.
Y, unas
veces, la música clásica se vuelve en pop. Nosotros escuchamos muchísima música
pasivamente, en el metro, en los buses, en los supermercados, preparando la
comida, y muchos anuncios utilizan fragmentos de Händel, Bach, Rossini… Así
ocurre que, si por casualidad una persona asiste a un concierto u a una ópera
por primera vez y reconoce una melodía, diga: “Pues el la música del yogur!” o
“Eso lo conozco: es el anuncio del coche X”, y quizás espera que salga el coche
en el escenario, o que Iuppiter de a la Semele un yogur bajo los árboles de su
jardín olímpico.
La fruición
de la música después de la invención de los portables, el walkman (y ya
hablamos de arqueología!), CD, iPod, iPad, etc. revolucionó totalmente la
manera de escuchar y, de cierta manera, “viciado” las orejas y las
reclamaciones del oyente y del consumidor de música: a menudo el oyente no
comprende que la música del vivo tiene otros resultados y otras exigencias de
lo que escucha habitualmente en los discos, que es siempre igual a si mismo,
cristalizado en el momento de la grabación. Además me
parece que no se aperciba más, sobre todo si hablamos de publico joven, la
necesidad de un respeto del ambiente y ritual que es cada día mas raro: varios
jóvenes del publico hoy, a un concierto, hablando, riéndose, llamando al
teléfono, como si estuvieran delante de la tele de su casa, sin darse cuenta
que alrededor hay otras personas que no le gusta su invasión. Algo que observé
hace poco en un concierto en Florencia fue un chico que estaba sentado delante
de mi fotografando por su iPhone los músicos que estaban en la escena, subiendo
la mano y impidiéndome de ver a mi, estando detrás de él, además de molestarme,
y todo eso para enviar a su amiguito u amiguita la “emoción” de aquel momento,
via Facebook. Que te parece? Yo eso no lo entiendo…
Tengo que
parar o puedo continuar? (se ríe)
Massimo, pudieras continuar infinitamente porque las
cosas que dices son sin duda verdaderas y profundas… quizás volvemos a eso después.
Querría preguntarte una cosa: tu has dicho que hacer música significa
comunicar. Como te pones delante del oyente, o sea: que piensas tu que sea
necesario para capturar su corazón y hablarle a él?
Muy bien, gracias por la pregunta que me
da la posibilidad de hablar de mi manera de hacer música. Hay que hacer una
premisa, porque un cantante tiene otros medios expresivos de otros músicos,
tiene un texto que exprimir, y eso frecuentemente es cantado en idiomas que de
vez en cuando pueden ser no tan familiares a los oyentes. Yo adopté un método
un poco distinto del ordinario.
Los cantantes
adoran, generalmente, “untar” el publico, como si eso fuera un canapé, con sus
voces poderosas. El publico se siente atropellado por esa masa sonora casi como
en un acto sexual sublimado. Así es, hay una relación casi carnal entre
interprete y fan, y sobre todo si el artista es un cantante
Hay amantes
rápidos y juega todas sus cartas inmediatamente; hay los que quieren llegar
pronto al climax, sin preliminarios, decepcionando la espera de un placer
prolongado; hay los amantes que nunca llegarán al climax, agotando de vez en
cuando a los partners, etcétera. Las maneras de hacer el amor son infinitas.
Así, como un cierto sexo rutinario, los recitales de los cantantes pueden ser
de vez en cuando aburridos, con las arias de sus óperas preferidas, sin ninguna
conección entre ellas, o con programas monográficos, siempre con Winterreise o
Schöne Müllerin, como si no existiera otro...
Mi manera de
“hacer el amor” con el publico es contar historias musicales, descubriendo la
manera de “hacer el amor” en las varias culturas y épocas, mezclando, en
alquimias que pueden parecer temerarias, una aria barroca a un song de Cole
Porter, o una aria de òpera a un fragmento sacro. La llave está en la historia
que quiero contar.
Por exemplo:
en uno de mis muchos recitales, “Retratos de Damas”, enseño diez y ocho figuras
femeninas, todas distintas, según el punto de vista de diez y ocho poetas y
compositores masculinos, desde el siglo XVIII hasta hoy, burlándome de los
tópicos sobre la mujer, y contando al publico sucintas entre los fragmentos y
homenajeando a la mujer. Ese flirteo me
da la ocasión también de presentar fragmentos más o menos famosos que nunca se
oyen porque no pueden estar en los programas tradicionales, hechos de ciclos y
ya está. Y el publico, después de una primera desorientación, porque no está
acostumbrado en ese tipo de recital, muy pronto se deja agarrar y… llega a
“orgasmos” múltiples. La voz que soy buen “amante” se difunde y si me presento
otra vez en el mismo sitio veo mi publico duplicado. Eso es sin duda una enorme
satisfacción para mi porque significa que mi trabajo sigue una dirección
correcta.
Claro que
para hacer ese trabajo es necesario disponer de un pianista muy versátil, con
una maestría de los estilos y una gana del juego que no se encuentra tan
fácilmente. Yo tuve suerte, hasta hoy y encontré tres pianistas capaces de
tanta levedad. Uno ha sido Antonio Ballista, con quien jugué por casi veinte
años. Ahora mi compañera de juegos es Angéline Pondepeyre, una pianista
francesa excepcional por decir lo menos, que conoce perfectamente la voz y el
repertorio y con la cual nos intercambiamos ideas (nada menos que en la misma
escena) y de los caminos interpretativos según las exigencias del momento. No
es tan fácil, tuve suerte en encontrarla. A Angéline recientemente se añadió Hans
Schellevis, pianista a la Radio de Amsterdam, muy experto belcantista y persona
chistosa, así que los juegos siguen...
Nos cuentas cosas tan interesantes y que no son tan
frecuentes hablando con cantantes, cuya atención se concentra en la opera… Pues
¿como no hable de la ópera? Antes hablaste de la Scala, el Massimo, Lyon…
Porque no seguiste con la ópera?
La ópera… así
como la realizan hoy, tengo que decir que estoy harto de la ópera. Estoy harto
sobre todo el sistema de los casts, que en la mayoría de los casos son montados
sin ningún criterio artístico, solo el criterio de las agencias y de la
corrupción de una mafia y delincuentes que están detrás de los artistas y
teatros y que nada tienen que ver con la música.
Lo que me
interesa a mi es de hacer música, arte, no hacer de acróbata entre las
relaciones de poder y dinero que no interesan ni a mi ni al publico.
Además el
poder de los directores de escena hoy es intolerable. Esas son personas que,
pos su mayoría, no aman a la ópera ni tienen la mínima idea de lo que es la
fisiología ni la psicología de la voz y que pretenden de los cantantes de hacer
de funambulístas solo para sus mismos caprichos, solo para un efecto especial.
No, Gracias.
Pero reconozco que también hay directores, quizás menos famosos, que hacen un
buen trabajo. Pues yo encontré pocos de ese último tipo. Además la ópera te
obliga a larguísimos periodos de ensayos, lejos de tu casa, tus cosas, tus
afectos, y para mi, que soy muy aficionado de la vida, de la búsqueda, siempre
intentando nuevos caminos de comunicación, aquellos son tiempos muertos. Para
mi es importante también ir de viaje con uno o más amigos, descubrir sitios
nuevos, aprender, descubrir restaurantes, playas, parques, castillos… y si
regularmente estás lejos de tu casa esa parte de la vida está negado. Solo una
vez se vive, ¿no?
Me interesa
mucho la música de cámara, sinfónica, el oratorio, donde no hay una
intermediación escénica en sentido estricto, pues donde tu debes inventarte tu
comunicación con el publico, donde eres solo tu, en la realidad, desnudo,
mientras el publico toma y devuelve tus energías, sin un habito que caracteriza
un personaje, y donde tus personajes son diez, veinte, cien a la vez, un
fragmento detrás del otro… y tu tienes solo tres o cuatro minutos para contar aquella
historia! Eso me estimula más, es más interesante. Es el sitio, el concierto,
donde yo entreveo un camino para el porvenir de la música, cuyo patrimonio
parece más y más un museo sin vida. Conoces “Colloque sentimental” de Verlaine con
música de Debussy? Dos viejos amantes se encuentran en un parque simbólico y
congelado en invierno; ellos se dicen que sí, estuvo un tiempo que se amaron
pues después vagan entro los árboles esqueléticos como si fueran fantasmas. Así
es en nuestra manera de museo haciendo la “cultura”: muchos fragmentos
musicales del pasado solo son fantasmas, hay frecuentemente una fractura enorme
a nivel de comunicación entre el interprete y el publico y eso nos dañas a
todos, primero al publico, después a la música, al interprete, a las sociedades
de conciertos que ven su publico que desaparece poco a poco, a los operadores
culturales que, desorientados por la perdida de interés del publico, buscan
otros lenguajes y culturas ajenos añadiendo a la vez daños a daños. Y yo tengo
que decir que, cada vez que me ofrecen la ocasión de descubrir y enseñar ese
camino de redescubrimiento de nuestra tradición pues también la de otras
culturas, juntadas para contar unas historias, el publico me recompensa. Y yo
estoy contento mas que el publico, porque lo veo feliz.
Massimo, eres abrumador en tu entusiasmo y en tus
análisis de la realidad de cada día. Tus ideas parecen innovadoras y tus
proyectos por cierto son un camino distinto y valido. ¿Cuantas personas
encuentras por tu camino creyendo en tus proyectos? ¿Encuentras dificuldades en proponerlos?
Bueno, claro
que no es tan fácil ganar los miedos y, cosa más y mas frecuente, las
resistencias y la ignorancia de buena parte de los directores artísticos, que,
no escondo lo que pienso, en su mayoría son los enemigos peores del publico. A
menudo muchos de esa gente se ponen en zanjas con sus fútiles intelectualismos
sin comprender que el problema del lenguaje es fundamental. Pues cuando me
ocurre de encontrar personas libres y curiosas es un placer compartir una
visión alegre y profunda al mismo tiempo. Yo he encontrado, además de Angéline
Pondepeyre, el director Stefano Masi, un colaborador increíble con quien he
realizado proyectos maravillosos. El ultimo de esos ha sido “La Mirabile
Historia”, un pasticho multimedia sobre nada menos que la historia de las
reliquias de los reyes Magos. En aparencia ese argumento podría mostrarse
estéril y inútil, pues, por como Masi lo trató, ha sido un muy buen fantasy,
con videos, cantantes, actores, músicos, efectos luminosos, proyecciones, y con
músicas de Händel, Strauss, Komitas, Barber y creaciones originales de Mario
Crispi y Amir Molookpour... al final tuvimos, en la misma vela, en la enorme
Basilica di Sant’Eustorgio en Milan, un publico de 3500 personas. Quien puede
jactarse de tanto? Y el publico no quería irse, quería que seguiriamos. Esas
satisfacciones y éxitos también son una indicación para unos ciertos directores
artísticos que no saben como llenar sus agendas ni inventar algo…
Tengo que
decir que en mi país las dificultades son muchas más, por causa de unos
gobiernos cada dia más ignorantes y fascistas (en la derecha como en la
izquierda, porque fascista puede ser también la izquierda) y que tienen un
concepto absoluto de cultura de esquemas superados de la historia y que no ven
más allá de su nariz, porque el mundo termina a 5 metros de ellos.
Dificil es
hoy encontrar unos funcionarios de la administración publica que sepa los
múltiples sentidos de esa palabra trisilábica: cul-tu-ra. Incluso las paginas
de “cultura” de muchos periódicos italianos hoy venden por cultura las
bailarinas de la tele y las emisiones trash de nuestras vergonzosas
televisiones. Claro que el trash también puede ser cultura, pue en ese caso es…
basura. Mi país es un
país agonizando, de ese punto de vista, a pesar que en el pasado tuvo temporadas
mejores y estuvo a la vanguardia, veinte o treinta años atrás.
Eso no es tan
evidente para los quienes viven fuera de Italia, quizás porque siempre ellos
piensan que aquí tenemos la Ultima Cena de Leonardo, el David de Michelangelo,
Caravaggio, los Templos de Agrigento, Venecia, Pompeya... pero eso es arqueología,
no lo hicieron los italianos actuales. MI país es inmóvil y eso significa que
vuelve atrás mientras los otros países adelantan. Entonces puedes imaginar lo
que le importa a los operadores culturales italianos de esos nuestros proyectos
que, al contrario, en otros países tienen éxito por la multietnicidad y la
multiculturalidad de las mismas propuestas.
Decimos que
mi país es como un abismo magníficamente decorado y que, por esa preciosa y
rica decoración, uno no se da cuenta de lo profundo que estamos derrumbándonos.
Pues cuando las luces estarán apagadas, en la oscuridad total, sobre todo si
China va comprar nuestras compañías de energía para intercambiar la compra de
nuestra deuda publica y después nos pedirá la cuenta, sobre nuestras cabezas
veremos un puntito blanco: arriba está el cielo, aclarado, inalcanzable pues
nosotros estamos bajo el pozo. Lo que se destruyó no vuelve. Y los responsables
son ABSOLUTAMENTE nuestros gobiernos.
Madre mia, que escalofríos, eres muy pesimista! No
es que exageras con tu país?
Mira… mas que
pesimista diría realista. Prefiero mirar en la cara las dificultades más que cultivar
la ilusión que algo pueda cambiar en poco tiempo en una situación tan
deteriorada.
Yo tuve
demasiadas experiencias negativas con los operadores culturales de mi país para
que pueda esperar a los milagros. Podría contarte decenas de estas
experiencias, también con unos nombres que te sorprenderían. Pues otra vez,
quizás cuando estaré muy mayor, sin dientes y en una silla de ruedas, me
entrevistarás y te contaré todas aquellas historias sobre los que gestionaron y
robaron la cultura en mi país: cuando la primera cosa que cortan los gobiernos
para el déficit de un país es la cultura, en un país como Italia, che debería
vivir de cultura, que tendría que decir una persona con un mínimo de cabeza?
Si yo fuera
pesimista me cerraría en una ermita perpetua, dando los saludos a mis
familiares y amigos (quizás no a unos) y mi casa sería una cueva en los Andes,
lo más lejos posible de Italia, disponible de vez en cuando a la devoción de
los fieles.
Pero mi
fabrica de proyectos e ideas nunca para y ese volcán está siempre en erupción…
Tengo unos proyectos muy ambiciosos y estoy tratando con Mexico, Holanda y
Francia, sin hacer nombres porque como soy mediterráneo también soy
supersticioso… (se ríe).
Pues hablamos entonces de cosas positivas. ¿Que
proyectos tienes próximamente?
Tengo un
recital en Washington D.C. ese mes de mayo 2012, con músicas italianas, de
Verdi, Tosti y Puccini, acompañado por el maestro Marco Rapetti, para las
celebraciones de hace los veinte años que la mafia asesinó al juez Falcone de
Palermo. Ese juez tenia relaciones muy estrechas con EEUU porque estaba en
contacto con unos mafiosos arrepentidos en las cárceles americanas y gracias a
esas revelaciones pudo condenar a varios mafiosos en Italia. Pues esa gente no
se lo perdonó y lo mató. Yo estoy honorado de cantar en su memoria, además
porque soy de Palermo yo también. En junio
tengo otros proyectos en Florencia y Toscana. Pues tendría que hablar mas
porque son muchas cosas, quizás mas adelante?
Hay un
proyecto de llevar a México y en América Latina un minúsculo y maravilloso
oratorio de Alessandro Scarlatti: Humanità e Lucifero, una joya italiana del
siglo XVIII que grabé, como te dije antes, hace unos años con Fabio Biondi – que
es lo que descubrió esa joya – y su Europa Galante. Pienses que en Italia solo
logré de proponerlo para primera vez en los tiempos modernos en un rápido
pasaje hace unos años al Festival di musica sacra di Brescia con el muy buen
jefe Luigi Marzola y sus ensambles suizos. Nunca logré de insertarlo otra vez
en otras temporadas italianas, aunque sea una obra preciosa y rarísima, pues
creo que en España y en México me darán la posibilidad. Eso te da la idea de
cómo sea difícil la situación en mi país actualmente. A pesar que seria una
realización fuera del ordinario, con la eterna lucha entre el Bien y el Mal,
con una puesta en escena multimedia, un proyecto absolutamente único, concebido
por mi y Stefano Masi.
Te doy un
scoop: se descubrió, gracias a búsquedas musicológicas muy profundas que el
autor del oratorio no es Alessandro pues su primer hijo Pietro Scarlatti! Eso
abre nuevos escenarios y, como se utiliza un orgánico instrumental más rico de
lo de la grabación, como el manuscrito prevé, hace la proposición muy
interesante no solo del punto de vista espectacular pues también del musicológico.
Pues eso es un “progettone”, necesita una cooperación de fuerzas bastante
intenso. Yo lanzo la propuesta…
Además hay un
concierto barroco, con músicas del siglo XVII, “Poveri amori miei” con la
excelente Orquesta Barroca de Granada, soto la guía de Darío Moreno, sobre el
tema de los amores infelices… Y los recitales de mi Duo Chiaro&SCURO, con
Angéline Pondepeyre, donde cuentaré nuestras historia musicales, de “Jardines
En-cantados” hasta “Una soirée Liberty”, de “Voces en la Noche” hasta “El árbol
de Navidad” y “Los Fantasmas de la Ópera”... Otros recitales temáticos más con
Hans Schellevis sobre el tema de los Cuatro Elementos y un divertido programa
sobre las “Baroquinerias” (que ya cantamos en la Holanda) que trata de la
sobrevivencia del Barroco en la música de los siglos sucesivos: Strauss, Hahn,
Stravinsky, Parisotti, Donhàny, Debussy, Ravel, Massenet....
Otro proyecto
es sobre el tema del Oriente, un tríptico que propone la rara versión Schönberg
de “Das Lied von de Erde” de Mahler sobre poemas chinos (traducidos en alemán)
del antiguo poeta Li Bai, con una mezzo-soprano y un espectacular joven jefe de
los que no puedo todavía decir el nombre; el segundo concierto del tríptico está
consagrado al Medio Oriente y su presencia en el repertorio operístico y de
oratorio de los siglos XVIII-XX. El tercer espectáculo es la replica del
proyecto milanés de lo que hablé antes, La Mirabile Historia, porque es una
síntesis del antiguo y del moderno, hablando de una historia de hace dos mil
años, desde Irán hasta la catedral de Colonia, pasando por Italia, concluye el
circulo y el vinculo entre Oriente y Occidente. Es una proposición que interesa
a unos organizadores. Otro proyecto
que me interesa muchísimo es la realización de un CD de Lieder y romanzas de
cámara de Schubert y Bellini, que también es uno de mis recitales: Malinconia,
Ninfa gentile.
Ese CD será
parte de una novela de Suzanne Daumann, una escritora alemana, naturalizada
francesa. Es una novela policial “musical” donde se habla muchísimo de unos
fragmentos que son como una banda sonora que siempre acompaña los personajes y
sus acciones, con suspense, golpes de escena, excursiones espacio-temporales,
algo muy especial en un idioma muy cálido de Daumann. En todo eso
tendré que recortarme un poco de tiempo para cursos y master clases que me
pidieron. Ya vamos a ver como todo saldrá!
De todas
formas todos esos programas son parte de mi manera de entender y contar la
música. Y además hay en mi vida la escritura y la fotografía. Estoy trabajando
en mi tiempo libre, sobre unos cuentos, un guión con Stefano Masi y un libro
fotográfico con imagines varias, siempre siguiendo caminos temáticos, como me
gusta a mi.
No hay tiempo
para aburrirse! La vida es demasiado breve!
Entonces, Massimo, cuales eran los proyectos
florentinos y toscanos de que hablabas antes?
Que sí… que
ya estaba olvidándome… Ese proyecto toscano sorprendió a mi mismo por como se
presentó a mi vida. La vida nunca cesa de maravillarme por su imprevisibilidad.
Al final de
2011 un grupo de instrumentistas con los cuales ya había trabajado el noviembre
pasado en el “Vespro” de Monteverdi al Teatro della Pergola de Florencia, que
también grabé y que en unas semanas va ser publicado, me pidió de escuchar un
ensayo de una nueva orquesta que ellos mismos habían formado, para pedirme mis
opiniones. Yo soy curioso y las cosas nuevas siempre me calientan. Escuchando a
esos músicos, recibí varios premios.
Antes de todo
muchos eran muy valiosos y jóvenes. Al final del ensayo fuimos cenando juntos
con unos de ellos y hablamos por mucho tiempo de cómo ese ensamble pudiera
alcanzar lograr algo, sobre el repertorio, etcétera. Como ya estoy mayor tengo
experiencia y empiezo a ser considerado como un decano… todos eran muy atentos
a mis observaciones. Al final de la noche me pidieron si me apeteciera ser el
director artístico de la orquesta. No puedes imaginar como me electrizó. Y como
yo cuide seriamente ese papel… Primero porque una orquesta de jóvenes
profesionales, todos muy buenos, que se reunieron espontáneamente, sin ninguna
estructura detrás, es la demonstración de un coraje de león, además en un
momento como el actual que Europa está viviendo. Sobre todo en Italia, me
parece un milagro de la Santa Cecilia, la que protege a los músicos. Es una de
las posibilidades que pocas veces ocurren en la vida, sea por la ocasión que
unos músicos se reúnen por sis mismos, y también porque se puede observar como
ellos crecen, como interactúan entre ellos, como reaccionan al repertorio, como
devoren las etapas, como se entusiasmen… Yo estoy totalmente y en absoluto
entusiasmado como ellos de esa nueva cosa que me ocurrió.
Entonces he
ideado rápidamente un plano de tres años con tres temporadas una mas bella de
otra con obras famosas y menos famosas, también porque le repertorio para
cuerdas es enorme y también difícil a escucharlo porque generalmente las
orquestas de cámara dedican solo pocos conciertos a las solas cuerdas. Mezclé
los repertorios de una manera muy especial, siempre contando historias, y preveo
conciertos con solistas, ballets, serenadas y algo de opera barroca.
Elegí
entonces el nombre del grupo. Es un nombre simbolico muy fuerte, porque está conectado
al símbolo de la Regione Toscana, que es el Pegaso del Bernini: IL PEGASO –
Orchestra d’archi della Toscana.
El primer
programa que haremos el próximo mes de Junio es dedicado, naturalmente, a la
Toscana: “Souvenir de Florence” de Ciaikovskij, “Crisantemi” de Puccini,
l’”Intermezzo” de Mascagni en la version para cuerdas solas, y, caramelo para
los fans de Puccini, una suite de sus arias juveniles para tenor y orquesta de
cuerdas, transcriptas del original para voz y piano por uno de los compositores
italianos mas famosos de nuestro panorama actual: Carlo Boccadoro. La suite se
titula “La segreta voce” y su primera ejecución fue justamente en Florencia en
1994 por mi querido amigo Vincenzo La Scola, con quien estudié en el
Conservatorio de Bolonia y también unos pocos cursos en Palermo con Claudia
Carbi… es increíble como unos poco eventos de hace muchos años sean atados
entre ellos y vuelvan para cerrar el circulo. Ese programa quiere ser también
un homenaje al querido amigo y artista que nos dejó mucho antes del tiempo que
merecía.
Volviendo a
la orquesta IL PEGASO... la versatilidad y la rapidez de esos jóvenes músicos
son impresionantes. Y también tengo que agradecer por esos resultados el
maestro Augusto Vismara que desde hace unos meses es el jefe oficial del grupo,
haciendo el punto y dando una dirección al desarrollo del repertorio. Ese músico
es extraordinario: es emocionante ver como sabe manejar los jóvenes músicos y
darle entusiasmo. Tiene un carisma natural y, como es un instrumentista de
cuerdas también, sabe como decir las cosas y que querer a los instrumentistas. Vismara
es una figura de primera importancia en el mundo musical italiano. Cuando era
muy joven, en los 70, hizo hablar de él porque participó, entre los poquísimos
músicos italianos, al programa de la tele italiana (en la edad del oro cuando
la RAI producía cultura) “C’è música e música”, que la cuidava nada menos que
Luciano Berio. El maestro es uno de los mas importantes profesores de viola que
tenemos en Italia, y enseña en Florencia.
Tuve mucha
suerte, hay que subrayarlo, con el Comune de Bagno a Ripoli, un delicioso pueblo
de las colinas florentinas, que ha dado a la orquesta una caliente acogida. El
Assessore alla Cultura, Alessandro Calvelli, inmediatamente comprendió, cuando
nos encontramos por primera vez, lo que le estaba proponiéndole a él. Ese señor
nos procuró un salón adecuado para los ensayos, sin gastos, y nos ha procurado
también unas locations fabulosas (ya solo puedes imaginar lo que hay en las
colinas de Florencia: iglesias medievales, castillos, palacios, fuentes
monumentales) para producir un tráiler promocional, lugares para grabar música,
para estar los mas cómodos posible… en una palabra: para PRODUCIR en paz! El
caso de ese Asesor es casi único en Italia, un país donde en lugar que ayudarte
te matan y te ponen delante un montón de dificultades inexistentes, como si las cosas que esa gente
administra fuesen sus cosas privadas o para los parientes o amigos de los
amigos, en puro estilo mafioso. Tienes que saber que, justamente por causa de
todas las cosas que te contaba antes sobre mi país, los que actualmente
gobiernan Italia, y peor los de antes, no tiene tampoco una visión de invertir
en los jóvenes, que son el porvenir de una nación. Y a menudo podrás escuchar
muy fácilmente un político genérico que muestra “ocuparse” de los jóvenes y que
lo hace de manera totalmente instrumental, o sea para finalidades electorales,
lo que es la cosa mas indigna porque una vez elegidos esa gente se olvida muy
pronto de las intenciones.
Estamos
buscando sponsor, mecenas, agencias… quienes quiera que se acerque: ese ensamble
es la única realidad Toscana que se ponga específicamente como orquesta d
cuerdas con un repertorio inmensamente variado, y que es en crecimiento
continuo y en mis intenciones quiero que se vuelva en una fabrica de música.
Espero hablar
pronto mucho mas de la orquesta para ilustrar los programas y las
temporadas. .
UFF! Massimo, cuantos proyectos… tienes razón cuando
hablas de un volcán en perpetua erupción. Te deseo que se cumplieran todos.
Esperamos verte y escucharte pronto en el mundo, entonces! Pues, primero,
próxima cita es en Washington DC, Embajada de Italia, 22 mayo 2012, con tu
recital italiano. Después “Sotto il cielo di Toscana” el concierto inaugural de
“IL PEGASO – Orchestra d’archi della Toscana” en el Teatro de Bagno a Ripoli,
el 24 junio 2012.
Los que quieran escuchar la voz de Massimo Crispi
pueden encontrarlo en buena parte en youtube.com, buscando “massimo crispi”,
así como el el website dedicado a la música vocal de cámara The
Lieder Sound Archive: http://www.liedersoundarchive.org/crispi.htm
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