Friday, June 14, 2019

A streetcar named Desire en Buenos Aires


Gentileza Prensa Teatro Colón/ Arnaldo Colombaroli

Gustavo Gabriel Otero
Twitter: @GazetaLyrica

Con carácter de estreno el Teatro Colón ofreció Un tranvía llamado deseo (A streetcar named Desire) de André Previn con una puesta en escena atractiva, adecuados cantantes y sólido rendimiento musical. Enrique Bordolini diseñó una funcional y bella escenografía, a pesar de la sordidez del cuadro general, que permite ver tanto el interior como el exterior del edificio donde viven los protagonistas. Rita Cosentino en la puesta en escena demostró todo su potencial creativo para hacer de una obra de devenir parsimonioso una gran creación teatral. La idea de poder ver lo que sucede en el baño añade credibilidad al deterioro progresivo de Blanche. Completaron la muy buena versión visual, Alvaro Luna y José Luis Fiorruccio en las proyecciones lumínicas y de video y el atildado vestuario de Gino Bogani.  Orla Boylan fue una creíble Blanche Dubois con adecuada línea de canto y gran desempeño escénico. Sara Jane McMahon mostró una voz pequeña pero muy bien trabajada para dar vida a Stella, hermana de Blanche. David Adam Moore (Stanley Kowalski) acreditó sólidos recursos canoros y muy buena prestación escénica mientras que Eric Fennell (Harold ‘Mitch’ Mitchel) fue correcto y prolijo en la composición de su personaje. Un verdadero lujo Victoria Livengood como Eunice Hubbell y correcto el resto del elenco en sus breves roles. David Brophy condujo con mano segura a la Orquesta Estable logrando un muy buen rendimiento y buscando matices en una obra ecléctica pero de un entramado sinfónico complejo.



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