Renzo Bellardone
Si, nuestro
teatro tradicional piamontés el Coccia di Novara junto con la Fondazione Teatro
Coccia, no se han rendido por vencido y aprovechando el amplio patio del
castillo, diseñaron un programa interesante; entre cuyos títulos elegidos
destaca el "Barbero de Sevilla", abandonando la orquesta, pero arreglándoselas
para ofrecer una velada agradable y de buen nivel. La obertura de Alba Pepe al piano comenzó más
con una intrigante dulzura que con vivacidad, solo para animar y mantener un
buen ritmo en la ópera a pesar de las modificaciones de los jóvenes maestros de
la Academia AMO del Teatro Coccia. De manera clásica apareció en una plaza de
Sevilla, Fiorello con la linterna en la mano, interpretado con presencia y buen
ambiente por Filippo Rotondo, a quien luego se le vio también en el
papel de un oficial. El conocido intérprete de Rossini Enrico Iviglia,
mostró su canto fácil en las variaciones, y con un canto seguro interpretó
brillantemente al Conde de Almaviva. El Barbero es la ópera más representada
del mundo, por lo tanto, es muy conocida y el público de esta velada de verano
esperaba las arias más conocidas, como la famosa cavatina 'Figaro qua..Hei
Figaro ...' ello hace que sea un mayor compromiso para cualquier intérprete del
personaje. Gabriele Nani tiene varias producciones en su haber y, aunque
es joven, tiene un amplio repertorio que le permite desenvolverse con seguridad
en el papel que desempeñó con habilidad, aprovechando una radiante presencia en
el escenario y la buena técnica para apoyar su grato timbre de sublime color. Manuela
Custer fue Rosina, continuando así su tradición rossiniana que comenzó con
su debut en ‘Elisabetta regina d’Inghilterra’'' en el Regio de Turín. Es una
intérprete de referencia muy apreciada en las óperas serias de Rossini, como
por ejemplo su 'Tancredi', como también en la interpretación de música antigua.
Dando vida a Rosina estuvo confiable y con su destreza en la agilidad,
entusiasmó al público con la interpretación de las arias esperadas, su timbre fue
seguro y supo espaciar con elegancia gracias a una firme técnica. El jovencísimo Stefano Marchisio dio un paso
decisivo adelante con una exitosa interpretación de Don Bartolo; confiado en
escena como con su voz, expresó un tono profundo y una frase muy pura: ‘A un
dottore della mia sorte…’ que interpretó con una habilidad poco común que incluso,
a veces, intérpretes más experimentados no demuestran. Definitivamente por
actuación, caracterizó bien al personaje. Alessandro Abis interpretó a
Don Basilio de manera convincente e hizo que la "calumnia" fuera más que
una "brisa muy suave" (‘venticello assai gentile’). Ilaria Alida
Quilico fue una amable Berta que rindió con una voz sonora y divertida,
mientras que Filippo Rotondo, Fiorello y luego. un oficial que interpretó
con una voz profunda y segura. Las dificultades en la época de Covid son muchas,
incluso para la dirección de Renato Bonaijuto para quien no debió haber
sido fácil crear un espectáculo con las limitaciones impuestas, así que
"honor al mérito" porque pudo llevarlo a cabo con pocos elementos,
como los paneles giratorios para recrear una plaza primero y luego el interior
de la residencia de Bartolo, con ligeras bromas entre el público, los paraguas
en la tormenta, y luego la escalera llevada al balcón y retirada por el incauto
Don Bartolo que hicieron sonreír al público. Las mascarillas usadas escenario y
luego utilizadas como elementos escénicos, con Berta desinfectando todo y a todos,
fue algo actualmente relevante que incluso aligeró un poco el momento. Elegidos
de la academia de dirección de la orquesta AMO del Teatro Coccia, coordinada
por el maestro Matteo Beltrami, los dos directores estuvieron atentos y correctos
en su desempeño. ¡Siempre divertido el 'Barbero' con la moraleja de la ‘dell’inutil
precauzione’ ! (¡’ la inútil precaución’!
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