Fotos: Teatro Colón de Buenos
Aires
Gustavo Gabriel Otero
Buenos Aires, 04/12/2013. Teatro Colón. Giuseppe Verdi: Un Ballo in
Maschera, ópera en tres actos. Libreto de Antonio Somma, basado en Gustave III
ou le bal masqué de Eugène Scribe. Alex Ollé -La Fura dels Baus-, dirección
escénica. Valentina Carrasco, colaboradora del la dirección escénica. Alfons
Flores, escenografía. Lluc Castells, vestuario. Urs Schönebaum, iluminación.
Emmanuel Carlier, vídeo. Coproducción Escénica del Teatro Colón de Buenos Aires
con la Sydney Opera House, Teatro Real de La Monnaie de Bruselas y la Ópera de
Oslo. Giuseppe Gipali (Riccardo), Fabián Veloz (Renato), Virginia Tola
(Amelia), Elisabetta Fiorillo (Ulrica), Sussana Andersson (Oscar), Leonardo
Estévez (Silvano), Fernando Radó (Sam), Lucas Debevec Mayer (Tom), Marcelo
Monzani (Juez), Pablo Sánchez (Sirviente de Amelia). Orquesta y Coro Estable
del Teatro Colón. Director del Coro: Miguel Martínez. Dirección Musical: Ira
levin.
El Teatro Colón de Buenos Aires finalizó su temporada 2013 con una nueva
producción escénica -fruto de la concepción de la Fura dels Baus- de Un ballo in maschera de Giuseppe Verdi,
con una puesta renovadora, que generó la usual descalificación por parte de los
espectadores más tradicionalistas que se resisten a cualquier cambio, y buen
nivel musical general. La concepción escénica de Alex Ollé transplantó la
historia a un terreno vagamente contemporáneo y con tintes futuristas en una
sociedad orwelliana. La puesta resalta los aspectos políticos de la ópera de
Verdi, deja un poco al margen el nudo de la acción que es el triángulo amoroso
y denota una lectura general amarga y sin futuro. Dentro de una puesta en
líneas generales coherente y de adecuada progresión dramática la presencia
permanente de todos los rostros enmascarados -sin duda una idea que nos remite
a un hombre masa sin rostro- es buena para el teatro de prosa pero inadecuada
para el canto lírico ya que de alguna manera hace cambiar la proyección de las
voces. También faltó algo de trabajo en la escena del baile de máscaras donde
los personajes estaban vestidos con los mismos trajes que en toda la obra y
sumaban un antifaz a sus máscaras. La escenografía de Alfons Flores tiene como
componente principal a frías, monumentales y grises estructuras de cemento que
dan marco a todas las escenas mediante pequeños cambios o paredes que bajan o suben.
La iluminación de Urs Schönebaum es el complemento perfecto de la concepción
escénica con inquietantes tonos gélidos, azules y violetas. El vestuario de Lluc
Castells es funcional al concepto de la puesta y las imágenes diseñadas por Emmanuel
Carlier intrascendentes. La Orquesta Estable bajo la batuta de Ira Levin
amalgamó una versión prolija y refinada a la que quizás le faltó buscar mayor
coordinación de intensidades entre el foso y la escena. En rol protagónico de
Riccardo el albanés Giuseppe Gipali mostró una voz pequeña pero bien trabajada
con afinación, adecuada línea y expresividad. Cantó intensificando los aspectos
más líricos por sobre los dramáticos o de fuerza. Fabián Veloz fue un claro
triunfador con su Renato expresivo y verdiano de principio a fin. A su lado Virginia
Tola compuso una muy correcta Amelia, De excelencia el Oscar -en la puesta una
secretaria de Riccardo- de Susanna Anderson y con buenos graves y algunos
problemas de vibrato en el agudo la Ulrica de Elisabetta Fiorillo. Correcto el
resto del elenco y con lo que hay que tener el Coro Estable que dirige Miguel
Martinez.
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