Friday, June 10, 2022

Luisa Miller en Bolonia

Foto: Myrtò Papatanasiou (soprano)  Fotografo: Andrea Ranzi

Roberta Pedrotti 

8 y 9 de junio de 2022. Luisa Miller es la historia de tres jóvenes. Tres jovenes llenos de amor y esperanza cuyas vidas son arruinadas por sus padres que están convencidos de que están actuando por su bien: Miller es protector y desconfiado, pero Luisa se sacrifica por él; el conde de Walter lleva a cabo su brutal ascenso al poder y compagina el matrimonio de su hijo con la duquesa Federica para garantizarle un futuro en la corte; el padre (solo mencionada) de Federica la había casado –aunque enviudó- con un duque anciano con las mejores intenciones en términos sociales y las peores consecuencias sentimentales. Dos muertes y una infeliz serán el saldo de todas estas buenas intenciones paternas, entre las que se mueve el muy tonto cortesano Wurm, que incapaz de tener remordimientos, es apuñalado sin ser condenado a sobrevivir como Miller y el Conde de Walter.

Al tratar este tema privado, social y generacional, se siente que la evolución de la poética de Verdi ha alcanzado un nudo fundamental: que recoge la tradición de la ópera semi-seria -muchas veces más política que otras tramas serias, de pueblos y reyes- con un drama que comienza como si fuera La sonnambula, pero que poco a poco se tiñe de Trovatore e incluso de Otelo, y renuncia por primera vez a obligaciones formales como la estrechez del final central, pero da a cada solo de la protagonista la autoridad de una cabaletta, manipular los concertati con diálogos internos o lo abstrae en mecanismos a capella. En fin, las razones para amar a Luisa Miller son muchas, y aunque no se vea todos los días (comprensible cuando hay que reunir a seis valiosos solistas, sin descuidar ninguna parte) no es tan raro encontrarla en las carteleras, y cuando se encuentra y las cosas funcionan, que gusta mucho. También en Bolonia los aplausos fueron abundantes y estruendosos para ambos elencos también en las funciones de esta nueva producción de un título esperado desde la primavera de 2020.

El montaje encargado a marionanni (nombre artístico de Mario Nanni) es en definitiva una mise en espace basada en instalaciones de luz en las que el artista está especializado. Casi no hay dirección escenica, la única idea parece ser el rol simbólico del cetro/bastón del Conde de Walter en el conflicto padre/hijo. Por lo demás, mucha libre iniciativa en una ordenada entrada, posiciones, salidas de escena. Sin embargo, colocado en la abstracción de luces e incluso fondos sugerentes, un minimalismo semiescénico logra ser, si no interesante, al menos fluido

Por otro lado, la teatralidad la regaló un sorprendente Daniel Oren. Tanto nos había aburrido en la Tosca inaugural -casi como si el caballo de batalla le permitiera ceder a un efecto superficial- que nos convenció y hasta nos emocionó hoy, con este Verdi poco habitual para el. Nos recordó su verdadero talento, su instinto que no se abandona a la extroversión, sino que restituye el matiz, el paso dramático, la dinámica de Luisa Miller. Gusta de inmediato, con su auténtica mordida, pero en el tercer acto se lanzó al vuelo entre el color atroz de la entrada de Rodolfo, el ímpetu de la invectiva, el abandono, el extrañamiento extático y la sublimación en la idea de la muerte –o de hipotética fuga- hasta la síntesis del epílogo. Hacía tiempo que no oíamos a Oren tan convincente, incluso a la hora de galvanizar la actuación de la orquesta y el coro (bien preparado por Gea Garatti).

Los dos elencos que se alternaron contaron cada una con una punta de lanza, la veterana atemporal y la estrella en ascenso. El 8 de junio, Luisa fue Marta Torbidoni, que gustó mucho aqui en Lucrezia Borgia, y ahora lo hizo aún mejo ya que conoce conoce la dimensión del bel canto, y sabe cómo enunciarlo en el lenguaje verdiano, tiene el peso vocal adecuado, emisión suave, carácter y variedad de acentos, sabe ser inocente, incluso ingenua, sin perder fuerza. En torno a ella gravita la compañía, que también desplegó un Giuseppe Gipali muy válido como Rodolfo, seguro, incisivo, bien equilibrado. También estuvo muy bien Leon Kim, que a veces muestra la tentación de subrayar demasiado con el riesgo de no dosificar a la perfección su fuerza, pero presume de un timbre noble, dicción clara, bella definición del carácter (excelente el cantabile "Sacra la scelta"): y se redimió por completo de una prestación menos convincente como el Conde di Luna en Lombardía el otoño pasado. Finalmente, Federica fue Sofia Koberidze, eficaz y elegante en el dúo del primer acto y en el cuarteto del segundo.

El 9 de junio sobresalió como Rodolfo Gregory Kunde, que ahora aparece como un milagro viviente, pero que despertaría igual admiración, aunque no supiéramos de sus sesenta y ocho años. El squillo, y la expansión de la voz se destacan sin escapatoria entre los colegas, aunque Kunde desencadena acrobacias tenoriles, es siempre visto según las razones del canto, del texto, y la colaboración entre músicos. También se mide la clase superior de los que hacen una unidad del color, de la articulación, del cuidado escrupuloso y al mismo tiempo de la naturalidad y la comunicación, al servicio de un personaje auténtico, complejo, atormentado, desde la atónita concentración del aria hasta los furiosos arrebatos de invectivas o a las declamaciones sopesadas al arte. Myrtò Papatanasiu expresó bien la delicadeza y la fragilidad de Luisa sin sortear algún escollo en tan insidiosa parte. Franco Vassallo, Miller, tiene de su lado la confianza idiomática de un hablante nativo experto, pero a veces la bravuconería en el registro alto lo lleva a excederse. Martina Belli fue una Federica sofisticada y sensual con el que hizo un papel corto pero crucial. El 9 se esperaba a Marko Mimica, como el conde de Walter, que fue interpretado por el efectivo Abramo Rosalen. En todas las representaciones, Gabriele Sagona fue un Wurm de gran valor tímbrico y acentuado. Veta Pilipenko tomó el relevo de la esperada Eleonora Filipponi como Laura y destaca por su hermosa voz melosa, aunque en parte tan pequeña. El granjero fue Haruo Kawakami. En ambas representaciones, como lo mencioné, el éxito estuvo muy vivo e hizo crecer  la expectación por el próximo Otelo con Kunde como protagonista.

Recensione in italiano su L'Ape Musicale: 

https://www.apemusicale.it/joomla/it/recensioni/70-opera/opera-2022/13268-bologna-luisa-miller-8-9-06-2022


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