Tuesday, September 12, 2023

Svadba en Ciudad de Mexico

Fotos: Créditos de las imágenes de la puesta de escena: Gina Ibáñez /Fotos de estudio Cortesía Cinetc

Ramón Jacques

Agosto 26 del 2023.  Teatro de las Artes del Centro Nacional de Las Artes, Ciudad de México, México.  El escenario del Teatro de las Artes, ideal para la escenificación de óperas contemporáneas, de cámara y de música antigua; donde apenas hace dos meses se llevó a cabo el estreno local de la cantata dramática Aci, Galatea e Polifemo de Handel (1685-1759) ofreció otro interesante proyecto operístico que fue el estreno en México de la ópera titulada Svadba (que en español significa La Boda) ópera en un acto para seis voces femeninas a capella de la compositora canadiense de origen serbio Ana Sokolović (1968) quien cuenta con un amplio catálogo de composición de obras teatrales, de cámara, operísticas, orquestales y del genero vocal.  Svadba, con libreto en lengua serbia, le fue comisionada a la compositora por la compañía de teatro especializada en la creación de obras originales canadienses: Queen of Puddings Music Theatre de Toronto Canadá, y tuvo su estreno absoluto el 24 de junio del 2011 en el escenario del teatro Berkeley Street Theatre de esa misma ciudad.  La trama de la obra, de apenas sesenta minutos de duración, explora el tema de la boda, centrándose especialmente en la noche anterior a la ceremonia, un antiguo y privado ritual entre la novia y sus amigas. Sokolović, quien originalmente nació en la ciudad de Belgrado, capital de Serbia, se inspiró en el texto original de una poesía original de su país natal, y la adaptó a un contexto actual. La música o cantos contienen la influencia del folclore tradicional serbio, y las escenas se desarrollan, no de manera lineal si no mediante una conexión lúdica y dramática, pero con momentos de fantasía y alegría que se llevan a cabo en una reunión entre amigas, previa al día del matrimonio de una de ellas.  Una boda, que como explica la propia compositora, “es un punto de inflexión y coyuntura en la vida de cualquier mujer porque significa cambios, y está impregnada de tradiciones”. El rito de iniciación de Milica, el personaje principal, continua la compositora, “es un arquetipo de la experiencia humana, y esta ópera ofrece la posibilidad de profundizar en la riqueza que puede dar un breve pero decisivo momento en el tiempo” La obra ha resultado ser una valiosa aportación para el repertorio operístico contemporáneo, como para la compositora misma – quien se convirtió en la primer mujer a la que le ha sido comisionada una ópera por la Canadian Opera Company – y una producción de Svadba  se presentó en gira por diversas ciudades canadienses y europeas entre el 2012 y el 2015; además de que ha llegado a diversos teatros internacionales como la Ópera de Philadelphia, en su estreno estadounidense en el 2013, así como al prestigioso festival francés en Aix-en-Provence, en el 2015, en el Festival Liubliana Eslovenia en el 2017 y en la  Opéra de Montréal, ciudad donde reside la compositora,  donde tuvo su estrenó en el 2018, entre otros escenarios.  Las presentaciones y su estreno en México forman parte de un ambicioso proyecto ideado por del ensamble mexicano Túumben Paax, curiosamente un sexteto vocal femenino, que se adapta perfectamente al diseño de la obra. (Con una trayectoria de más de 17 años, Túumben Paax, que se ha especializado en comisionar, crear y promover repertorio contemporáneo mexicano nuevo, descubrió por casualidad esta obra que se adapta –por esta compuesta para seis voces femeninas- perfectamente a su visión y su conformación por lo que decidió ofrecerlo en carácter de estreno local.  En una entrevista que le realicé pocos días antes de la función a la que asistí, la soprano Lucía Olmos, integrante y fundadora del grupo, me contó que el nombre Túumben Paax, es un vocablo en maya (lengua que se habla principalmente en los estados peninsulares de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, en el sureste de México) cuya traducción al español significa “Música Nueva”. La particularidad que tiene la obra, me explicó Olmos es que “el peso de musical de la obra recae en las seis voces, no hay una voz que sea más importante que la otra, sino que la idea de la compositora está pensada para que todas las cantantes del ensamble canten durante toda la duración de la obra” En efecto, así se realizó la obra, bajo la conducción desde el foso vacío donde se ubicó el director musical, Rodrigo Cadet, con algunas percusiones como un gong o unos palos de lluvia que tocaban apenas alguna nota en particular.  El ensamble mostró admirable compenetración, precisión y homogeneidad a lo largo de sus continuas intervenciones. El sonido simultaneo de las voces y sus melodías, me hacía imaginarme la textura musical del coro polifónico, inclusive del canto gregoriano, que indudablemente debe ser su origen, pero con un sonido netamente contemporáneo, actual, por momentos colorido y festivo con influencia y tintes de la música de los Balcanes.  Lucía Olmos, exhibió brillantez y grata tonalidad en el papel de Milica. El resto de los personajes correspondieron a las sopranos Lorena Barranco y a Carmen Contreras, que dieron vida a los personajes de Danica y Lena, respectivamente; así como las mezzosopranos Julieta Beas, experimentada interprete que prestó su oscura y sedosa voz al papel de Nada; así como Mitzy Chávez como Zora; e Itzel Servín como Ljubica, ambas con un óptimo desempeño.  El canto que ofrece diversos matices, colores y que logra transmitir sentimientos, sensaciones, pasiones y estados de ánimo se complementó adecuadamente con la sencilla,  eficaz, y necesaria escenografía de Carolina Jiménez, que dentro de una especie de imaginaria habitación  circular cubierta al inicio de un velo blanco transparente, y con movimientos actorales puntuales de María Inés Pintado,  logró darles una cualidad humana y real a los personajes, más palpable, cercana y entendible para el público presente, ante la dificultad y el desconocimiento de la lengua cantada, por lo que fue apreciable la traducción y el super-titulaje. Los elegantes vestuarios de Josefina Echeverría consistió en elegantes y sencillos trajes blancos para cada personaje, al que se agregaron, una corona de flores y algunos tocados y adornos típicos de los Balcanes al personaje de Milica. Al final, hubo un reconocimiento y entusiastas aplausos del público presente para el loable proyecto y para las intérpretes, que regalaron una valiosa ejecución de una obra que indudablemente merece ser repuesta en esta ciudad, como también en escenarios de otras ciudades del país. 






No comments:

Post a Comment

Note: Only a member of this blog may post a comment.