Saturday, December 14, 2024

Gurre-Lieder en Los Ángeles

Foto: © Timothy Norris / LA Philharmonic

Ramón Jacques

El compositor austriaco Arnold Schoenberg (1874-1951) tuvo una relación muy cercana con Los Ángeles, ya que vivió aquí durante los últimos diecisiete años de su vida, desde del otoño de 1934, hasta su fallecimiento a la edad de setenta y seis años. Durante su estancia en la ciudad california, se dedicó a dirigir, a componer, así como a dar conferencias y clases en la Universidad de California Los Ángeles. Su importancia y aportación a la música sinfónica, de cámara y vocal es irreprochable, tanto así que quienes actualmente quienes estudian teoría musical y componen, deben aprender su progresión hacia la música atonal, así como su desarrollo del serialismo y su técnica dodecafónica. Sin embargo, muchos entusiastas de su música (Schoenberg  posee un rico y variado catálogo que contiene obras de cámara delicadamente cristalinas hasta epopeyas posrománticas que requieren cientos de músicos) hoy sigue siendo poco interpretada y escuchada.  Con motivo del 150 aniversario del nacimiento del compositor, la orquesta LA Phil, agrupación que alguna vez el mismo dirigió, y que estrenó algunas de sus composiciones no dejo pasar la ocasión y organizó el festival titulado “Schoenberg at 150” celebrando la vida y el legado de un compositor al que se le considera de casa.  A lo largo de varios conciertos se ejecutaron diversas de sus obras que muestran su evolución del mundo romántico de Wagner y Brahms hacia el modernismo del siglo XX, y la ejecución de su monumental oratorio en tres partes Gurre-lieder, compuesto entre 1901 y 1911, en el que musicalizó el ciclo de poemas Gurresange del novelista danés Jens Peter Jacobsen. Sin duda, fue una memorable experiencia el asistir a esta velada para escuchar  la ejecución de una exuberante y profusa partitura, con su tonalidad cargada del estilo romántico tardío y notables tintes e influencias de la música de Richard Wagner como también de Richard Strauss. El concierto se realizó bajo la conducción musical del maestro Zubin Mehta (quien fuera director titular de esta orquesta de 1962 y 1978, y que desde el 2006 es su director honorario) quien a a pesar de su avanzada edad -cuenta con ochenta y ocho años- no falta a su cita invernal de todos los años en esta sala.  El director hindú, quien aquí es muy respetado y vitoreado como una celebridad, estrenó diversas obras con la orquesta, incluida la primera ejecución de este ciclo de canciones sinfónicas/cantatas románticas el 21 de marzo de 1968, y su reposición en 1977, hasta hoy ultima ejecución de la obra. Mehta mostró mucho oficio y experiencia adquirida a lo largo de su extensa carrera, y su lectura estuvo llena de matices, colores, sentimientos y mucha conmoción, ya que sabe adentrarse en la música, contagiando y convenciendo a los músicos de la orquesta que tocaron la pieza con habilidad. El mágico preludio inicial lo inicio en un ritmo lento, dejando que la música fluyera de manera natural, y de manera meticulosa fue resaltando deleitables y gratas pinceladas mientras que la obra iba creciendo en intensidad, creando un efecto de asombro, admiración y conmoción entre los presentes.  Con un mínimo de gestos e indicaciones mantuvo el control de las extensas fuerzas musicales, orquesta y coro, hasta alcanzar el clímax e impacto que llegó en el momento adecuado.  Ocupando todas las butacas traseras, el amplio coro Los Angeles Master Chorale que dirige el maestro Gran Gershon, tuvo un desempeñó notable, por la magnificencia y suntuosidad de sus intervenciones como en la escena de la caza y en el resplandeciente coro final.   El elenco vocal fue encabezado por el tenor John Matthew Myers (quien sustituyó  de último minuto al anunciado Brandon Jovanovich) quien convenció por el brillo en la tonalidad de su voz, y a pesar de algunas dificultades iniciales en la proyección de su voz en el primer acto, fue calibrándola y creciendo en intensidad en los actos siguientes mostrando ser un tenor de propicios recursos y la resistencia que requiere el papel de Waldemar,  a quien Mehta considera como el hermano menor de Tristán.  A pesar de ser una representación en concierto, a la soprano Christine Goerke, quien interpretó el papel de Tove, se le vio más envuelta e inmersa por hacer creíble y entendible el recuento épico de la leyenda medieval sobre el amor, la muerte y el poder curativo de la naturaleza. Con su voz fue capaz de atravesar la orquestación, y tocar fibras conmovedoras con un timbre nítido, terso pero comunicativo.  Por su parte la mezzosoprano Violeta Urmana, cautivó en su breve pero significativa intervención como Waldtaube, en una de las partes más conocidas de la obra Lied der Waldtaube (El canto de la paloma del bosque) entonando su parte con nervio, impulso y escalofriante intensidad.  El barítono Gabriel Manro cantó correctamente su parte del campesino y bien estuvo el tenor Gerhard Siegel como Klaus-Knarr (Klaus el bufón) y el experimentado barítono Dietrisch Henschel se encargó de la parte de la voz recitante mostró su determinación y del arte de lo que se conoce como Sprechstimme (canción-discurso) que fue popularizado por el propio Schoenberg.  Cabe mencionar que unos cuantos días antes de la interpretación de Gurre-lieder, Zubin Mehta dirigió a la LA Phil en un programa dedicado íntegramente al compositor Johannes Brahms (1833-1897) quien es uno de sus compositores favoritos y una de sus fortalezas, y en el 2028 y 2019 dirigió en esta sala un ciclo de sus sinfonías y conciertos, de las cuales, además, ha realizado diferentes grabaciones discográficas. En el concierto realizado el día 8 de diciembre Mehta dirigió el Concierto para violín en re mayor, Op.77 teniendo como solista al conocido violinista Leonidas Kavakos, cuyo fraseo fluyó con maestría; así como la Sinfonía no. 2 en re mayor, op 73. Ambos conciertos atrajeron una considerable cantidad de público a la sala Walt Disney Concert Hall, por la indudable presencia de Zubin Mehta, pero porque ambos programas lucían atractivos en papel, y terminaron siendo memorables, especialmente el de Gurre-lieder por la majestuosidad y las dificultades de presenta una obra de este calibre, que no se sabe cuándo volverá a escucharse de nuevo en esta sala.





Monday, December 9, 2024

Joyce Di Donato en San Diego

Fotos: Madi Nguyen

Ramón Jacques

Parecería que después de alcanzar el éxito, algunos artistas optan por poner un alto a su ajetreada y exigente vida artística que incluye muchos viajes, largos periodos de ensayos, exigentes producciones escénicas y tiempo alejados de su hogar, con la intención de encontrar nuevos retos e interesantes proyectos. Tal parece ser el caso de la mezzosoprano Joyce Di Donato, quien desde hace algunas temporadas concentrar más su tiempo para el activismo, como ella misma lo menciona, enseñando canto, realizando óperas en concierto (como Jephta de Handel), recitales (como Winterreise de Schubert)  y conciertos con orquestas sinfónicas (en el 2025 realizara su debut como solista con la orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam); o con proyectos de música barroca que ha hecho al lado del ensamble italiano Il Pomo D’Oro  (como War & Peace, EDEN, Dido and Eneas de Henry Purcell) con los que realiza giras por Europa y Norteamérica. Lo anterior incluye su temporada 2024-2025 en la que no se encuentra una sola producción escénica.  Para este fin de año, y con la colaboración con el cuarteto vocal afroamericano Kings Return, que tiene su sede en la ciudad de Dallas, creó el proyecto titulado: Kings ReJoyce! que se presentó por diversas ciudades estadounidenses, incluida la ciudad de San Diego, donde ambos artistas ya se habían presentado individualmente en temporadas pasadas El concierto organizado por la asociación local The La Jolla Música Society,  de aproximadamente noventa minutos de duración, y que contó además con el  acompañamiento  al piano de Craig Terry,  resultó ser una grata y amena velado con una representativa selección de canciones e himnos de la temporada navideña estadounidense, en una velada que de crossover, que fusionó el virtuosísimo vocal de todas las partes como los ritmos jazzísticos o de gospel cantados con brillante uniformidad y equilibrio – a capella- por el excelente cuarteto conformado por los tenores Vaughn Faison y JE Mckissic, con el barítono Jamall Williams y el bajo Gabe Kunda  con la explosividad de la coloratura y la nitidez de la voz de Di Donato, que regaló memorables interpretaciones del Ave María de Cavalleria Rusticana de Mascagni y  del aria Rejoyce Greatly del Mesías de Handel, la ejecución de Gloria in excelsis. Se escucharon los conocidos carols (o villancicos) típicos de este país como: Do You Hear What I Hear de Noël Regney y Gloria Shayne, Candlelight Carol de John Rutter o Ding Dong Merrily on High de George Ratcliffe Woodward’s, o    Se pudieron apreciar también piezas de música sagrada como el espiritual inspirado en el gospel titulado Go Tell It to the Mountain, o  el “O Holy Night” de Adolph Adam por el cuarteto de voces masculinas, y con acompañamiento de la guitarra de Vaughn Fiason, Joyce Di Donato, interpretó I Wonder as I Wander de John Jacob Niles.  Vocalmente, el cuarteto hizo una alegre selección con improvisación de vocales y silabas sin palabras, mejor conocida como scat singing, nada menos que del ballet el Cascanueces de Tchaikovsky. No podían faltar ciertos momentos de comicidad, interacción con el público o divertidas anécdotas que contaba la propia mezzosoprano a los presentes en una abarrotada sala de conciertos The Baker Baum Concert Hall, que hace pensar que este tipo de proyectos pueden servir de introducción a quienes no son afectos a la música vocal o clásica, y sobre todo que el público tiene nuevamente la confianza de asistir a eventos espectáculos en vivo, algo que en tiempos recientes era raramente visto.  No se puede dejar de mencionar la entretenida y divertida ejecución de “You’re a Mean One, Mister Grinch” del musical The Grinch Who Stole Christmas por parte de Joyce Di Donato, que sigue irradiando personalidad y brillantez como la gran cantante que siempre ha sido.



Thursday, December 5, 2024

Recital de Barbara Hannigan en San Diego

Fotos: Ken Jacques

Ramón Jacques

Las presentaciones de la soprano canadiense Barbara Hannigan (1971) en Norteamérica, se realizan actualmente de manera tan esporádica, especialmente ahora que ha decidido incorporar a su carrera la faceta de directora de orquesta, que la posibilidad de escucharla en un recital acompañada del piano, como parte de una gira que incluyó  diversas ciudades, incluida su primera aparición en San Diego, como parte de la temporada anual que presenta la asociación musical The La Jolla Music Society, hacían de este se convirtiera en un espectáculo atractivo para cualquier melómano. En los últimos años, la relevancia y notoriedad de esta artista logró que unos días antes del inicio de su gira de recitales, la publicación Musical America le otorgó el premio de “Artista del año 2025” en su edición anual número 64, un importante reconocimiento considerando que el mundo de la música clásica cuenta con un amplio panorama de intérpretes que podrían haberlo recibido.  A Hannigan se le considera una especialista en música contemporánea por lo que para esta ocasión eligió un programa poco común y ecléctico  que incluyó dos ciclos de canciones como Chants de Terre et de Ciel para soprano y piano del compositor francés Olivier Messiaen (1908-1992). Cantos de la tierra y del cielo consta de seis movimientos con textos compuestos por el propio compositor, que es una profunda reflexión que realizó con motivo del nacimiento de su hijo Pascal, así como de su fe católica.  Cada movimiento tiene por título una dedicatoria como: “Bail avec Mi” (para mi esposa) o "Danse du bébé-pilule" y "Arc-en-ciel d'innocence" (para su pequeño Pascal) o "Résurrection" (para el día de Pascua).  Con el sólido acompañamiento y marco música del pianista francés Bertrand Chamayou, la soprano fue transitando de manera fluida y sentida por cada uno de los sentimientos expresados en cada movimiento, a pesar de no ser una pieza muy extensa, de apenas unos treinta minutos de duración, Hannigan mostró, su apego y envolvimiento con el texto, desplegando buenos medios vocales, delicada emisión y manejo de las notas y una apreciable dicción francesa. Con Alleluia Alleluia, inicia el movimiento de la Resurrección, y así comenzó una secuencia de conmovedoras mezza voci y pianissimi que emitió la cantante, para concluir con una extática celebración. Se trata de un ciclo de carácter musical moderno, por momentos atonal y no muy accesible para el público, por sus momentos oscuros, que se contrastaron con los que describen el amor la devoción y la solemnidad. El siguiente ciclo de canciones fue Jumalattaret (2012) para soprano y piano del compositor y director estadounidense John Zorn (1953), quien es conocido por su estilo experimental y Avant-garde de composición. Las canciones que componen este ciclo fueron adaptadas del poema finlandés Kalevala, perteneciente al folclor y la mitología de ese país, y es una aclamación a nueve diosas finlandesas.  Aunque los breves textos son en lengua finlandesa, la exigente pieza requirió que la cantante además recitara y emitiera diversos sonidos onomatopéyicos en los pasajes donde no debía mantener la línea vocal, y en el que tuvo que hacer uso de todas sus cualidades vocales, en el manejo de la voz, emisión de agudos, coloratura, abarcando diversos registros, además de chillidos, sonidos guturales e improvisación, haciendo que su voz se asemejara al sonido de diversos instrumentos.  Una obra virtuosa y exigente, aunque poco gratificante desde el punto de vista de la armonía y la musicalidad, pero que dejo en evidencia la relevancia de la artista.  Por su parte, la exigencia fue igual para el pianista quien tuvo que rasgar y golpear las cuerdas del piano en diversos intervalos.  El breve recital, que fue al final muy aplaudido, dejo un sabor incompleto, de querer escuchar más de la cantante.  Entre ambos ciclos de canciones, el pianista ejecutó el Poème-nocturne, Opus 61 y Vers la flamme, Opus 72 de Alexander Scriabin (1872-1915) destacando el sonido místico y profundo del compositor ruso.