Foto: Elna Cecchi Fedi
Massimo Crispi
Del teatro al teclado: opera y sus cercanías en el año de Verdi y
Wagner.
La soprano Elena Cecchi Fedi
y el pianista y director artístico de la Accademia Bartolomeo Cristofori de Florencia
Stefano Fiuzzi ofrecieron el ultimo
concierto de la temporada 2013 de la ABC. Las celebraciones verdianas y wagnerianas, después de dos siglos del
nacimiento de los dos gigantes de la opera, tuvieron un interesante programa
presentado por los dos solistas empezando por tres arias de cámara de Giuseppe
Verdi, a seguir con cuatro Lieder de Franz Liszt y acabando con los Wesendonck Lieder de Richard Wagner. Liszt casi fue como el anillo de conjunción entre los dos y,
efectivamente, el compositor húngaro era familiar con los dos. No tenemos que
olvidar que Liszt fue un de los mas importante difusor de los melodramas
verdianos y wagnerianos en los salones y ciudades de toda Europa, aún donde la
opera no era tan familiar, y lo hacia con sus paráfrasis y transcripciones para
piano solo, de vez en cuando un poco delirando, de obras como Trovatore,
Rigoletto, Simon Boccanegra, Tristan, Tannhäuser, Meistersingern, Lohengrin… ni tampoco era
todavía suegro de Richard. Todos fragmentos del programa tenían una datación común: el arco de
mas o menos una docena de años alrededor de 1850. No estaba entonces un
instrumento mejor que el forte-piano Bösendorfer de 1846, instrumento che le
gustó mucho a Liszt porqué, pretendía él, ese piano resistía a las batallas que
el húngaro hacia con el teclado obligando los organizadores a cambiar el
instrumento cada segunda parte del recital. Efectivamente las sonoridades graves, muy especiales, de este instrumento
se apreciaron sobre todo en los dos fragmentos para piano solo casi
desconocidos de Wagner, Ankunft bei den
schwarzen Schwänen WWV95 y Eine
Sonate für das Album von Frau M.W. Escuchando ese piano estaba claro como
el instrumento hubiera hecho muchas metamorfosis en los años siguientes,
gracias también a las indicaciones de los pianistas compositores. Los dos fragmentos, el primero breve con ideas del Lohengrin (el tema
de los cisnes), el segundo mas largo en único movimiento en tres secciones,
fueron una verdadera gourmandise para el publico de expertos y la realización
de Fiuzzi los puse en evidencia. Todos fragmentos vocales se basaban sobre temas entre los mas
populares del Romanticismo: la Naturaleza, primero, con sus paisajes y aguas,
escena de dramas y abandonos, y además el sueño, creaturas fatasticas pues
también misteriosas como los gitanos… Perduta ho la pace, el aria de la perturbación de Margarita, del Faust goethiano en la
traducción italiana de Luigi Balestra (versos sin gran calidad literaria,
sinceramente), La zingara y Ad una stella, evidenciaron una
vocalità de la Cecchi Fedi muy interesante, con bonitos sueños filatos y suaves
y los centrales con cuerpo y voz suple. Siempre con una atenta suavidad y
comprensión del testo, de lo qual es maestra. Así como en los Lieder de Liszt (Der
Fischerknabe, Im Rhein im schönen Strome, Die drei Zigeuner, Bist du), injustamente
muy poco tocados en los programas vocales, la soprano toscana desplegó toda su
habilitad de joyera de sonidos, exhibiendo un intimismo y un abandono
románticos muy reputados, y nos gustó mucho particularmente el primero y cuarto
Lied. El recital terminó con los cinco Lieder sobre
poemas de Mathilde Wesendonck, la mujer del anfitrión de Wagner que fue la
causa de desastres conyugales con la mujer del compositor, Minna, interceptando
un correo muy apasionado de los dos amantes y, además, de la partida de casa
Wesendonck, con sus consecuencias económicas. En ese ciclo por primera vez se
escuchan unos temas de Tristano, lo del dúo en el acto II (Träume) y lo del
Preludio del Acto III (Im Treibhaus), pues el estilo cromático-harmónico muy
típico de la enorme opera que Wagner estaba componiendo en aquellos años se
encuentra en todos Lieder de esta colección. Gran éxito del dúo y cuatro bis!
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