Monday, August 4, 2014

Cavallleria Rusticana y Pagliacci en Los Ángeles

Foto: Ringo H.W. Chiu / For The Los Angeles Times

Carlos Rosas T. 

La esperada cita operística veraniega de la Filarmónica de Los Ángeles (LA Phil), al aire libre en el Hollywood Bowl congregó a mas de 7000 espectadores, según cifras del recinto, que presenciaron y sufrieron con el conocido díptico compuesto por los melodramas de Mascagni y Leoncavallo. La función en concierto contó en su mayoría con cantantes estadounidenses. El ejercicio anual de incorporar operas, como el reciente ciclo de operas de Mozart-Daponte además de Aida, Carmen y otras, ha comenzado a rendir frutos ya que de la orquesta muestra una desenvuelta sonoridad, maleabilidad y la sensibilidad proveniente de un foso, alejada de  la rigidez y perfección a la que aspiran las orquestas sinfónicas de este país. Esta orquesta ha renovado su línea y su plantilla incorporando jóvenes y talentosos instrumentistas. El resultado fue musical fue ampliamente satisfactorio. Gustavo Dudamel en la dirección orquestal, es un discurso aparte, ya que quienes lo conocemos desde sus inicios notamos la ausencia del entusiasmo y la explosividad que tanto le caracterizó cuando asumió la titularidad de esta agrupación. Todo eso se ha diluido, y hoy es un director mesurado, que acompaña, que busca la precisión, pero que incurre en la rutina, antipatía y carencia de ideas. Surge entonces el cuestionamiento si es en verdad el prodigio que se nos hizo creer o solo se trató de una cortina de humo creada por la publicidad y por un régimen que siempre lo ha apoyado incondicionalmente. En ambas operas se pudo escuchar la hoy robusta y corpórea voz de Stuart Neill como Canio y Turridu, así como la inexpresividad y frialdad del barítono ingles Christopher Maltman como Alfio y Tonio, de una tonalidad más apta quizas para Mozart que para el verismo. Michelle DeYoung dio vida a una apasionada y solida Santuzza y Nancy Maultsby no paso de ser una reservada y moderada Mamma Lucia. Sobresaliente y con garbo escénico fue la interpretación de Lola que regaló la mezzosoprano Tamara Mumford, quién se vistió en el papel y convenció con escalofriante calidez y sonoridad. En Pagliacci, Julianna Di Giacomo tuvo un razonable desempeño como Nedda, es una artista de caudalosa y grata voz que pero contenida en escena. Francamente intrascendentes estuvieron Christopher Tiesi como Beppe y Lucas Mecheam como Silvio. Acompañó el coro Los Angeles Master Chorale que cumplió en un buen nivel. 

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