Crédito Liliana Morsia. Gentileza: Buenos Aires
Lírica
Gustavo Gabriel Otero
Buenos Aires. 04/10/2015. Teatro
Avenida. Antonín Dvorák: Rusalka, ópera
en tres actos. Libreto de Jaroslav Kvapil. Estreno Argentino. Mercedes Marmorek,
dirección escénica. Luciana Fornasari, diseño de escenografía. Lucía Marmorek,
diseño de vestuario. Ignacio González Cano, coreografía. Alejandro Le Roux,
diseño de iluminación. Daniela Tabernig (Rusalka), Eric Herrero (Principe), Homero
Pérez Miranda (Vodník, duende del agua), Elizabeth Canis (Jezibaba, bruja), Marina
Silva (La Princesa
Extranjera), Mirko Tomas (Guardabosques), Oriana Favaro,
Rocío Giordano y Vanina Guilledo (Ninfas del bosque), Sergio Vittadini
(Cazador), Cecilia Pastawski (mozo de cocina). Orquesta y Coro de Buenos Aires
Lírica. Director del Coro: Juan Casasbellas. Dirección Musical: Carlos Vieu.
Espectáculo presentado y producido por la Asociación Buenos
Aires Lírica.
La Asociación de Ópera
Buenos Aires Lírica ofreció en el Teatro Avenida de Buenos Aires, en carácter
de Estreno Argentino, Rusalka de
Antonin Dvorak con alta calidad musical y una fallida puesta en escena. Mercedes
Marmorek
optó por situar la acción alrededor de los años 1890/1900, los actos primero y
tercero tienen lugar en un oscuro burdel centroeuropeo y el segundo en la corte
de algún Príncipe del Imperio Astrohúngaro. Lo abstracto y misterioso se
intentó hacer concreto y ésta fue la causa de la fallida versión escénica. Con
estas ideas la obra perdió toda la magia, la fantasía y el romanticismo que
tiene. La escenografía de Luciana Fornasari y el vestuario de Lucía Marmorek lucieron buen diseño y
confección e, indudablemente, se adecuaron al concepto de la puesta. Particularmente
fallido el vestuario de la protagonista y no muy feliz el del príncipe que se
presenta en un prostíbulo de traje militar de gala, que por otra parte utiliza
en toda la obra. Irregular la iluminación de Alejandro Le Roux, que dejó en muchos momentos a los protagonistas
entre las sombras, y olvidable la coreografía de Ignacio González Cano. El maestro Carlos Vieu dio impulso vital a la partitura, cuidando el balance
entre el foso y la orquesta. Algunas pifias los bronces y pequeñas
desafinaciones de las cuerdas no opacan la gran calidad general de la versión
musical. Daniela
Tabernig
fue una protagonista de fuste, deslumbrante y con perfecta línea de canto.
Subyugó en todo momento, con lirismo, con entrega y con convicción. El tenor Eric Herrero cumplió con los requerimientos de la parte del
Príncipe. Tiene sólidos agudos aunque es oscilante en el centro y no demasiado
expresivo. La mezzosoprano Elizabeth
Canis descolló como la malvada bruja Jezibaba, mientras que Homero Pérez Miranda insuflo autoridad
y convicción como Vodník, el padre de
Rusalka, y duende del agua. Marina
Silva
fue una Princesa Extranjera temperamental que mostró nuevamente expresividad,
línea de canto y belleza vocal. Adecuado el Coro en sus breves intervenciones,
muy homogéneas las tres ninfas, aquí prostitutas en el burdel centroeuropeo, Oriana Favaro, Rocío Giordano y Vanina Guilledo,
con esmerada corrección el Guardabosques de Mirko Tomas, y solvente el resto del elenco.
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