Friday, October 26, 2018

Cuatro óperas en el Met de Nueva York: La Bohème – Aida – La fanciulla del west – Samson et Dalila


Fotos: Gentileza Met Opera. Crédito: Ken Howard y Marty Sohl

Gustavo Gabriel Otero
Twitter: @GazetaLyrica

En principio presenciar un espectáculo lírico en la Ópera Metropolitana (The Metropolitan Opera) de Nueva York implica una presentación de calidad, una orquesta y un coro de primera línea, sólidos elencos y puestas en escena en general tradicionales pero resueltas teatral y visualmente de la mejor manera; cuatro espectáculos diferentes en cuatro días consecutivos son habituales en el escenario del Met.

La Bohéme: Puesta inoxidable y buenas voces (10/octubre/2018)

La Bohème con la producción bella y clásica de Franco Zefirelli estrenada en 1981 siempre genera satisfacción general, deslumbrando a los espectadores por su potencia visual y dramática, por la perfección de los movimientos de masas y por los detalles de escenografía. Vittorio Grigolo aportó un canto pleno de matices y estampa juvenil a su Rodolfo mientras que Nicole Car fue una adecuada Miní. Bien cantado y actuado el Marcello del barítono Etienne Dupuis. Susanna Phillips dio gracia y simpatía a su Musetta. Poderosa la voz de Matthew Rose como Colline, adecuado Javier Arrey como Schaunard, correcto el resto del elenco en sus breves roles y con eficacia y corrección los Coros que dirige Donald Palumbo. James Gaffigan condujo con precisión y tiempos adecuados a la orquesta de la Casa.

Aida: El triunfo de Anna y Anita (11/octubre/2018)

Otra puesta con años de triunfos la de Aida concebida por Sonja Frisell de una perfección casi insuperable. Anna Netrebko fascinó como Aida con graves poderosos, agudos de acero, centro brillante plenamente dramático y refinamiento expresivo. La Amneris de Anita Rachvelishvili derrochó sutileza y ternura cuando fue necesaria pero también potencia y fuerza o ira desenfrenada. Quinn Kelsey como Amonasro aportó su voz cálida, bien timbrada y de enorme caudal. El tenor Aleksandrs Antonenko (Radamés) no estuvo a la altura de las damas ni de sus antecedentes. Su caudal es enorme pero la emisión se descontrola con facilidad, su fraseo es anodino y su línea de canto errática. El bajo Dmitry Belosselskiy fue un Ramfis de calidad y que exhibió sólida autoridad, mientras que El Rey de Ryan Speedo Green resultó compenetrado y profundo. Adecuado el resto del elenco y brillante el Coro. Inobjetable la orquesta bajo la dirección de la experimentada batuta de Nicola Luisotti.



La fanciulla del west: todo en su lugar (12/octubre/2018)

La producción escénica firmada en 1991 por Giancarlo del Monaco es suntuosa, plena de detalles actorales y con la necesaria fuerza dramática y poesía. Eva-Maria Westbroek fue una Minnie de gran caudal vocal, controlado vibrato y conocimiento pleno de la partitura. No defrauda Yusif Eyvazov en su debut como ‘Dick Johnson’ que encara con buen volumen, registro amplio y agudo poderoso. Željko Lučić compone un potente sheriff Rance con solvencia musical y escénica.De gran calidad Carlo Bosi (Nick) y Matthew Rose (Ashby). Potente y brillante el coro y homogéneo y correcto el resto del elenco. Marco Armiliato condujo con excelencia la orquesta acentuando los momentos líricos y destacando la extraordinaria orquestación y la modernidad de la partitura.






Samson et Dalila: Dos protagonistas de lujo (13/octubre/2018)

La nueva producción escénica firmada por Darko Tresnjak apuesta a la imaginación al estilo de las películas bíblicas de Hollywood de las décadas de 1940 y 50: profusión de dorados, brillo y tonalidades del rojo al rosado para los filisteos y gris para los hebreos, paredes enrejadas simulando grillas, al estilo islámico y una imagen gigantesca de Dagón partida al medio para el final. Los movimientos actorales son tradicionales sin proponer otras lecturas o mayores profundizaciones psicológicas. Roberto Alagna fue un Samson con dicción francesa inmaculada, perfección en el decir, arrojo vocal, profunda intencionalidad y convicción escénica. Elīna Garanča encarnó a Dalila con su extraordinaria técnica vocal, su cautivante color vocal y su perfecto fraseo. Con muy buena dicción y correcta emisión el ‘Sumo Sacerdote’ de Laurent Nauori; Dmitry Belosselskiy le dio al viejo hebreo calidad vocal mientras que fue correcto el resto del elenco. El Coro de la casa ofreció una actuación de notable perfección pasando de la sutileza de los pianísimos al mayor brío vocal sin pérdida de la excelencia. Sir Mark Elder condujo a la orquesta con mano segura, con nervio y con sensualidad.



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