Fotos: Gentileza Met Opera. Crédito: Ken Howard y Marty Sohl
Gustavo Gabriel Otero
Twitter:
@GazetaLyrica
En principio presenciar un espectáculo lírico en la
Ópera Metropolitana (The Metropolitan Opera) de Nueva York implica una
presentación de calidad, una orquesta y un coro de primera línea, sólidos
elencos y puestas en escena en general tradicionales pero resueltas teatral y
visualmente de la mejor manera; cuatro espectáculos diferentes en cuatro días
consecutivos son habituales en el escenario del Met.
La
Bohéme: Puesta inoxidable y buenas voces (10/octubre/2018)
La Bohème con la producción bella y clásica de
Franco Zefirelli estrenada en 1981 siempre genera satisfacción general, deslumbrando
a los espectadores por su potencia visual y dramática, por la perfección de los
movimientos de masas y por los detalles de escenografía. Vittorio Grigolo aportó un canto pleno de matices y
estampa juvenil a su Rodolfo mientras que Nicole Car fue una adecuada Miní. Bien
cantado y actuado el Marcello del barítono Etienne Dupuis. Susanna Phillips dio
gracia y simpatía a su Musetta. Poderosa la voz de Matthew Rose como Colline,
adecuado Javier Arrey como Schaunard, correcto el resto del elenco en sus
breves roles y con eficacia y corrección los Coros que dirige Donald Palumbo. James Gaffigan condujo con precisión y tiempos
adecuados a la orquesta de la Casa.
Aida:
El triunfo de Anna y Anita (11/octubre/2018)
Otra
puesta con años de triunfos la de Aida
concebida por Sonja Frisell de una perfección casi insuperable. Anna
Netrebko fascinó como Aida con graves poderosos, agudos de acero, centro
brillante plenamente dramático y refinamiento expresivo. La Amneris de Anita
Rachvelishvili derrochó sutileza y ternura cuando fue necesaria pero también
potencia y fuerza o ira desenfrenada. Quinn Kelsey como Amonasro aportó su voz
cálida, bien timbrada y de enorme caudal. El tenor Aleksandrs Antonenko (Radamés) no estuvo a la altura de las
damas ni de sus antecedentes. Su caudal es enorme pero la emisión se
descontrola con facilidad, su fraseo es anodino y su línea de canto errática. El
bajo Dmitry Belosselskiy fue un Ramfis de calidad y que exhibió sólida
autoridad, mientras que El Rey de Ryan Speedo Green resultó compenetrado y
profundo. Adecuado el resto del elenco y brillante el Coro. Inobjetable
la orquesta bajo la dirección de la experimentada batuta de Nicola Luisotti.
La
fanciulla del west: todo en su lugar (12/octubre/2018)
La producción escénica firmada en 1991 por Giancarlo
del Monaco es suntuosa, plena de detalles actorales y con la necesaria fuerza
dramática y poesía. Eva-Maria Westbroek fue una Minnie de gran caudal
vocal, controlado vibrato y conocimiento pleno de la partitura. No defrauda Yusif Eyvazov en su
debut como ‘Dick Johnson’ que encara
con buen volumen, registro amplio y agudo poderoso. Željko Lučić compone
un potente sheriff Rance con solvencia
musical y escénica.De gran calidad Carlo Bosi (Nick) y Matthew Rose (Ashby).
Potente y brillante el coro y homogéneo y correcto el resto del elenco. Marco Armiliato condujo con excelencia la orquesta
acentuando los momentos líricos y destacando la extraordinaria orquestación y
la modernidad de la partitura.
Samson
et Dalila: Dos protagonistas de lujo (13/octubre/2018)
La
nueva producción escénica firmada por Darko Tresnjak apuesta a la imaginación al
estilo de las películas bíblicas de Hollywood de las décadas de 1940 y 50:
profusión de dorados, brillo y tonalidades del rojo al rosado para los
filisteos y gris para los hebreos, paredes enrejadas simulando grillas, al
estilo islámico y una imagen gigantesca de Dagón partida al medio para el
final. Los movimientos actorales son tradicionales sin proponer otras lecturas
o mayores profundizaciones psicológicas. Roberto
Alagna fue un Samson con dicción francesa inmaculada, perfección en el decir,
arrojo vocal, profunda intencionalidad y convicción escénica. Elīna Garanča encarnó
a Dalila con su extraordinaria técnica vocal, su cautivante color vocal y su
perfecto fraseo. Con muy buena dicción y correcta emisión el ‘Sumo Sacerdote’
de Laurent Nauori; Dmitry Belosselskiy le dio al viejo hebreo calidad vocal mientras
que fue correcto el resto del elenco. El
Coro de la casa ofreció una actuación de notable perfección pasando de la
sutileza de los pianísimos al mayor brío vocal sin pérdida de la excelencia. Sir
Mark Elder condujo a la orquesta con mano segura, con nervio y con sensualidad.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.