Thursday, February 14, 2019

Jenůfa en Amsterdam


0Foto: © Ruth Walz
Ramón Jacques 
Jenůfa fue presentada en el teatro de la ópera neerlandesa con una nueva propuesta de Katie Mitchell adaptada a la época moderna, con escenario y vestuarios de Lizzie Clachan que contó la historia como si se tratara de una telenovela, abordando temas sociales actuales como el acoso laboral, los embarazos no deseados y la violencia contra las mujeres. Las imágenes son directas y muy realistas, y se desarrollan dentro de una oficina, la casa de Kostelnička y un salón de fiestas, con sets tan bien diseñados como si se tratara de un estudio de televisión, aunque lo que en realidad se observa son imágenes de la atormentada vida de Jenůfa. La escena más impactante, es la oficina del primer acto, donde el espectador puede ver lo que sucede dentro de cada oficina de una importante empresa, separadas entre sí por muros, y en la que Jenůfa trabaja como secretaria ejecutiva. Resaltó el dramatismo y la oscuridad de la partitura orquestal gracias a la sólida conducción de Tomáš Netopil al frente de una homogénea Netherlands Philarmonic Orkest. Muy buen despliegue vocal pleno de lirismo y las cualidades de su voz, exhibió la soprano Annette Dasch, quien debutó el personaje de Jenůfa, y cuya atractiva y esbelta figura se adecuó fielmente a la papeleta que requería la producción. Evelyn Herlitzius fue la malévola Kostelnička, ambiciosa, diabólica y creíble, con un vigoroso despliegue vocal. Otro punto para destacar en el elenco fue la presencia de la experimentada mezzosoprano alemana Hanna Schwarz como la abuela Buryjovka, quien dejó constancia de su larga experiencia y su seguridad vocal. Norman Reinhardt personifico bien al desagradable Števa, Por su parte, Pavel Černoch dio colorido y matices a su canto como el violento Laca. Agradó la mezzosoprano Karin Strobos por su incrédula Karolka; y el coro cumplió con celeridad, pero empuje cuando fue requerido.


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