Friday, September 23, 2022

Ernani en Chicago

Foto: Cory Weaver

Ramón Jacques

Inicia una nueva temporada de la Lyric Opera de Chicago, la numero 68 en su historia, y el título elegido fue Ernani, quinta ópera de Giuseppe Verdi, basada en un drama de Víctor Hugo, estrenada en Venecia en 1844. Es curioso pensar que, aunque en su tiempo Ernani fue una de las óperas que le dio notoriedad y reconocimiento internacional al compositor, en el transcurso del tiempo no ha logrado afianzarse en el repertorio tradicional, y en vez es un título poro representado, incluso olvidada por muchos teatros.  En especial de Estados Unidos, no ha sido un título recurrente, y salvo excepciones como la del Metropolitan de Nueva York, que la ofreció hace algunos años; incluida la frustrada representación en el verano del 2020 en el escenario de San Francisco que debió cancelarse; este año, además de Chicago, sola la ópera de Saratosa en Florida la tiene anunciada (aunque cabria mencionar que este teatro es particular ya que siempre se especializado en títulos desconocidos y olvidados). La Lyric Opera de Chicago, repuso la producción, que fuera vista en este mismo escenario en el 2009, como parte del ciclo de óperas tempranas de Verdi (Early Verdi Series), que comenzó en el 2019 con Luisa Miller, y cuyo objetivo es el de ofrecer los primeros titulos del célebre compositor. La producción escénica, es tradicional y se apega al libreto de la historia situada en España en el siglo 16. Muchas de las escenografías incorporan elementos moriscos, y el resto de la función se realiza en el interior de elegantes y decorados palacios y castillos, enormes vitrales al fondo, puertas de madera ornamentadas. Hubo escenas que causaron buena impresión, como la de catedral de Carlomagno en Aquisgrán, donde el personaje de Carlo apareció en alto sobre una tumba, como señal de jerarquía, con túnicas, símbolos de poder y elegantes vestuarios.  Todos los diseños vistos en escena fueron ideados por Scott Marr, con una buena iluminación de Duane Schuler. A la de por si poco atractiva trama para el público contemporáneo, la dirección escénica de Louisa Miller, incurrió en ideas algo absurdas que poco aportaron, a un rígido montaje, como la aparecen en diversas escenas del fantasma del padre de Ernani, una especie de guía que le indicaba como actuar en escena en su busca de venganza; o la poca química que existió entre Ernani y Elvira, dos personajes alejados en escena, o el dramatismo que aquí parecía ser sinónimo de exagerada sobreactuación.  A este punto, me permito una reflexión personal, ¿Para operas como Ernani, cuyo valor musical súpera ampliamente, al de su trama, no convendría presentarlas en versión concierto y resaltar sus exuberantes arias, dúos, tríos y partes corales y orquestales, evitando gastar recursos para un resultado que escénicamente parece no cumplir su función? En el aspecto musical, las cosas funcionaron mucho mejor, como la sobresaliente lectura que aportó Enrique Mazzola, nuevo director musical del teatro, quien mostró conocimiento del repertorio, que con su precisa batuta extrajo brillantes matices y colores de la orquesta. Con atención al detalle, y consideración por las voces, regaló momentos de brillantez y lucidez musical.  La pareja de protagonistas, ambos estadounidenses, mostró un destacado nivel vocal, como el tenor Russell Thomas, quien está llevando a cabo una buena carrera como tenor spinto, y mostró que posee el peso vocal y el color requerido para las melodías verdianas, y lo hace con calidez y flexibilidad. Por su parte, Tamara Wilson, prestó al personaje de Elvira, un cautivador timbre vocal, mostrando una gama de recursos en la coloratura, y las exigencias dramáticas del papel.  El barítono Quinn Kelsey mostró virtudes y el potencial vocal que posee, aunque pareció que la enérgica actuación escénica que le dio al personaje de Carlo, debía igualarla con desmedida fuerza vocal.  Por su parte, Christian Van Horn, mostró buena presencia escénica, pero incurrió en innecesaria actuación, y su en profunda voz profunda, hay ligero vibrato, algo nasal que no favorece su desempeño. Muy bien estuvieron el resto de los cantantes en los papeles menores con una mención especial para el tenor mexicano Alejandro Luevanos, quien en el papel de Riccardo, mostró una voz con cuerpo y grata tonalidad, y al que será interesante seguir en su desarrollo futuro No se puede dejar a un lado a la importante aportación que tuvo el coro de la Lyric Opera en su participación en esta función. Fue un elemento importante más, para el éxito musical ya que se trata de un coro experimentado, muy sólido, y digno del nivel y el calibre que tiene este teatro.



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