Monday, August 20, 2018

Recital de Olga Peretyatko en el Palau de la Musica de Barcelona

Foto © Antoni Bofill


Ramón Jacques 

Un recital acompañado al piano, en el que se abordaron diversos estilos y repertorios fue el que ofreció la soprano rusa Olga Peretyatko en el Palau de la Música Catalana de Barcelona, la emblemática y pintoresca sala de conciertos de esta ciudad. Quienes asisten por primera ocasión a este recinto quedan maravillados por la originalidad de su arquitectura y decorados con vitrales, columnas con mosaicos etc. La proximidad entre los artistas con el público y la buena acústica del recinto genera un cierto sentido de intimidad como en este evento.  La destacada interprete comenzó la velada con una serie de tres ‘mélodies’ de Gabriel Fauré como: Les roses d’Isphahan, Clair de lune y Après un rêve, que fue seguida de una secuencia de tres piezas de Franz Liszt: O quand je dors, Loreley y O lieb, so Lang du lieben kansst en las que, si bien exhibió claridad y grata coloración en su canto y su emisión, pareció un poco rígida y poco comunicativa en escena.  Sin embargo, la intensidad fue subiendo de nivel cuando abordó piezas del belcanto, cuyos papeles la han lanzado al estrellato, regalando una alegre y ágil ejecución del aria ‘Oh luce di quest’anima’ de Linda de Chamonuix de Donizetti; así como dos vibrantes arias de Rossini, cargadas de pirotécnica vocal y nitidez como: ‘All’ombra amena’ de Il Viaggio a Reims y ‘Bel raggio Lusinghier’ de Semiramide. Su interpretación de ‘Casta Diva’ de Norma de Bellini no tuvo el resulta deseado, ya que sonó cargada de solemnidad y monotonía, con una dicción no del todo convincente, sin lograr tocar las fibras que normalmente puede alcanzar esta pieza.  Mas afín a su sensibilidad y mas envuelta en el texto se mostró en las tres romanzas de Tchaikovsky como Sred' shumnogo bala op. 38 nr. 3, Ja Li V Pole op.47/7 y en Denj li tsarit. op.47/6, en las que mostró su compenetración con el texto y envolvimiento con la música además de una intensa coloración.  Igual resultado obtuvo con las romanzas de Rachmaninov como: Vocalise, op 34 num 14 y con Vesennye vody, op 14 num 11, y sobre todo con Zdes' khorosho, Op.21, No.7 con la cual brindó uno de los momentos más conmovedores y cálidos de la velada.  No se debe olvidadar que Peretyatko, es actualmente un nombre reconocido en el mundo de la ópera y su presencia atrajo a este recinto a un entusiasta grupo de seguidores que aplaudieron cada una de sus intervenciones.  Al final, debió regalar tres bises: la Vilanelle de Anna dell’Acqua, una canción rusa de Rimsky Korsakov para finalizar con un alegre ‘vals de Julieta’ de Romeo et Juliette. El acompañamiento al piano de Giulio Zappa fue correcto, creando un marco musical adecuado para la voz de la interprete, y que tuvo su oportunidad de mostrarse como solista con: Une caresse à ma femme de Rossini y con las Mazurcas, op 67num 3 y 4 de Chopin.


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