Wednesday, September 26, 2018

Fierrabras en el Teatro allá Scala de Milán


Foto: Brescia&Amisano - Teatro alla Scala

Ramón Jacques 

A pesar de que se le atribuye al director milanés Claudio Abbado, la recuperación de esta olvidada obra heroico-dramática de Franz Schubert, que el mismo dirigiera en 1988 en en teatro Theater an der Wien de Viena y que posteriormente grabara en CD, la ópera nunca fue representada en el escenario de la Scala. Asistir a la primera función del estreno de una ópera en este teatro, es un evento significativo y de mucha expectación para el público y la prensa, más aún cuando las funciones sirvieron para homenajear a Claudio Abbado, muy vinculado a este teatro, y que el 26 de junio de este año hubiera cumplido 85 años. El montaje escénico, fue traído del Festival de Salzburgo, donde la obra se escenificó en el 2014, con puesta en escena del director Peter Stein, escenografías Ferdinand Wögerbauer y elegantes vestuarios de Anna Maria Heinreich.  La producción se apegó a la época en la que se sitúa el libreto, durante las expediciones de Carlomagno a España, y sobre lo que trata, las aventuras del caballero moro Fierrabras y su conversión al cristianismo. El montaje fue concebido como un cuento, que transcurre entre castillos y palacios medievales y musulmanes, algunos como si fueran dibujados a mano, que, aunque lucían elementales cumplieron su propósito de funcionalidad y de agradar visualmente. La iluminación y los contrastantes claroscuros dieron un sentido lúgubre y dramático a la escena. La obra esta estructurada en tres actos, en alemán, con diálogos hablados; y el elenco contó con la presencia de varios artistas que estuvieron presentes en Salzburgo en el 2014. En general, los cantantes tuvieron un desempeño adecuado como el bajo Tomasz Konieczny como Karl Rey de Francia; y su hija Emma, la radiante soprano Anett Fritsch. El tenor Bernard Richter fue un digno interprete del personaje de Fierrabras, con su timbre claro y buena proyección; y correctos estuvieron el tenor Peter Sonn como Eginhard, caballero de la corte de Carlomagno; el bajo barítono Lauri Vasar como Boland príncipe de los moros. Especialmente, se debe mencionar al barítono Markus Werba, por su expresividad y vigor vocal como el caballero francés Roland; y a la soprano Dorothea Röschmann experimentada cantante que aportó nitidez y atracción con su canto al papel de Florinda, hija de Roland; como también a la mezzosoprano suiza Marie-Claude Chappuis, de atractiva apariencia como Maragond, y por el color y la emoción que imprime a su canto con el que sabe transmitir, como en su sentimental dueto con Florinda.  Buenas intervenciones tuvieron el coro de la Scala, y la orquesta dirigida por Daniel Harding, quien, salvo algunos desajustes en la conducción y los tiempos, pudo extraer los mejores pasajes de la orquestación de Schubert.




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