Imagen: Teatro Universidad de Chile, foto solistas: Johnny Teperman
Johnny Teperman A.
El director alemán, residente en Estados Unidos, Eckart Preu, debutó en Chile, en el Teatro Universida de Chile, con la conducción del oratorio sinfónico 'La Creación', del compositor Franz Joseph Haydn, la obra elegida para celebrar los 200 años del fallecimiento del célebre autor austríaco, junto a la Orquesta Sinfónica de Chile, coro y solistas. El maestro germano, por sí solo, fue figura notable en la presentación de cerca de dos horas, gracias a la precisión, orden y disciplina que impuso en la todas las fuerzas artisticas, en este último concierto de la temporada de abono del año 2009. Esta es la primera vez que Preu viene a dirigir a este pais. Pese a su juventud, el músico germano tiene una importante trayectoria, ya que: es Director Musical de la Sinfónica de Spokane y de la Sinfónica de Standford y anteriormente fue Director Principal de la New Amsterdam Symphony y Director Musical de la Orquesta Internacional de París. Según la forma clásica del oratorio, La Creación está dividida en tres partes con coros, recitativos y arias. En la primera y segunda parte los solistas son los arcángeles Gabriel, Uriel y Rafael (respectivamente soprano, tenor y bajo); en la tercera parte, son Uriel, Adán y Eva (tenor, bajo o barítono, y soprano). Los coros están claramente inspirados en los de Haendel y sus amplias formas polifónicas combinan extraordinariamente con las voces solistas. La obra comienza con la orquesta interpretando una célebre introducción de alta tensión tonal que representa al Caos primordial. Luego el arcángel Rafael y el coro inician la narración de acuerdo al Génesis. Cuando el coro canta "Y se hizo la luz" (Und es Ward Licht) la palabra Licht es acompañada de un triunfante acorde en Do Mayor que representa el orden divino que sustituye al Caos dando paso a los primeros cuatro días de la creación: la separación de la luz y las tinieblas, la caída de los espíritus rebeldes, la separación de la tierra y el agua, la creación de las plantas, los árboles y los astros. En la segunda parte de la obra se narran los hechos del quinto y sexto día, la aparición de los animales y de la primera pareja humana: Adán y Eva. La tercera parte puede entenderse como el séptimo día, en que Dios reposa y las criaturas humanas le alaban en el Edén. La obra concluye con el coro y los solistas interpretando "Que todas las voces canten al Señor". La Sinfónica de Chile, estuvo muy acertada bajo la conducción de Preu, quien dió solidez y energía y que tuvo adecuada respuesta en la regular actuación de las cuatro familias de instrumentos, muy especialmente y una vez más en esta orquesta, en las maderas y las cuerdas. En la parte vocal, el coro dirigido por Hugo Villarroel motró más madurez y coordinación que en otras oportunidades y las diversas entradas de sorpanos y contraltos, tenores y varones, se completaron orfdenadamente y muy bien coordinnadas con la orquesta. De los solistas, quien mejor cumplió fue el tenor Iván Rodríguez, con voz de hermoso color, pareja y dulce o potente según la partitura. Los roles de la soprano Verónica Rivas y del barítono David Gáez, resultaron demasiado exigentes para ambos cantantes, aunque ambos se esforzaron en interpretar adecuadamente y con mucha personalidad y recurriendo al méximo de sus recursos técnicos, los hermosos textos de este hermoso Oratorio creado por un genio musical como Haydn.
El director alemán, residente en Estados Unidos, Eckart Preu, debutó en Chile, en el Teatro Universida de Chile, con la conducción del oratorio sinfónico 'La Creación', del compositor Franz Joseph Haydn, la obra elegida para celebrar los 200 años del fallecimiento del célebre autor austríaco, junto a la Orquesta Sinfónica de Chile, coro y solistas. El maestro germano, por sí solo, fue figura notable en la presentación de cerca de dos horas, gracias a la precisión, orden y disciplina que impuso en la todas las fuerzas artisticas, en este último concierto de la temporada de abono del año 2009. Esta es la primera vez que Preu viene a dirigir a este pais. Pese a su juventud, el músico germano tiene una importante trayectoria, ya que: es Director Musical de la Sinfónica de Spokane y de la Sinfónica de Standford y anteriormente fue Director Principal de la New Amsterdam Symphony y Director Musical de la Orquesta Internacional de París. Según la forma clásica del oratorio, La Creación está dividida en tres partes con coros, recitativos y arias. En la primera y segunda parte los solistas son los arcángeles Gabriel, Uriel y Rafael (respectivamente soprano, tenor y bajo); en la tercera parte, son Uriel, Adán y Eva (tenor, bajo o barítono, y soprano). Los coros están claramente inspirados en los de Haendel y sus amplias formas polifónicas combinan extraordinariamente con las voces solistas. La obra comienza con la orquesta interpretando una célebre introducción de alta tensión tonal que representa al Caos primordial. Luego el arcángel Rafael y el coro inician la narración de acuerdo al Génesis. Cuando el coro canta "Y se hizo la luz" (Und es Ward Licht) la palabra Licht es acompañada de un triunfante acorde en Do Mayor que representa el orden divino que sustituye al Caos dando paso a los primeros cuatro días de la creación: la separación de la luz y las tinieblas, la caída de los espíritus rebeldes, la separación de la tierra y el agua, la creación de las plantas, los árboles y los astros. En la segunda parte de la obra se narran los hechos del quinto y sexto día, la aparición de los animales y de la primera pareja humana: Adán y Eva. La tercera parte puede entenderse como el séptimo día, en que Dios reposa y las criaturas humanas le alaban en el Edén. La obra concluye con el coro y los solistas interpretando "Que todas las voces canten al Señor". La Sinfónica de Chile, estuvo muy acertada bajo la conducción de Preu, quien dió solidez y energía y que tuvo adecuada respuesta en la regular actuación de las cuatro familias de instrumentos, muy especialmente y una vez más en esta orquesta, en las maderas y las cuerdas. En la parte vocal, el coro dirigido por Hugo Villarroel motró más madurez y coordinación que en otras oportunidades y las diversas entradas de sorpanos y contraltos, tenores y varones, se completaron orfdenadamente y muy bien coordinnadas con la orquesta. De los solistas, quien mejor cumplió fue el tenor Iván Rodríguez, con voz de hermoso color, pareja y dulce o potente según la partitura. Los roles de la soprano Verónica Rivas y del barítono David Gáez, resultaron demasiado exigentes para ambos cantantes, aunque ambos se esforzaron en interpretar adecuadamente y con mucha personalidad y recurriendo al méximo de sus recursos técnicos, los hermosos textos de este hermoso Oratorio creado por un genio musical como Haydn.
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