Fotos: Javier del Real
Ramón Jacques
La
labor de recuperación de obras olvidadas continua en el Teatro de la Zarzuela, y
en esta ocasión se trató del sueño de una
noche de verano, ópera cómica en tres actos de Joaquín Gaztambide, que fuera
estrenada hace más de 166 años. Aunque Gatzambide fue un prominente compositor
de zarzuelas de la mitad del siglo 19 y su contribución al género fue
significante, sus composiciones han sido injustamente olvidadas, por suerte este
coliseo madrileño se ha dado a la tarea de irlas recuperando de manera gradual. Personalmente recuerdo haber presenciado aquí
mismo en diciembre del 2012, una función de El
Juramento con una grata puesta en escena de Emilio Sagi. Una característica de los montajes que aquí se
ven es el buen gusto en su diseño y su confección, sean modernos, tradicionales
o polémicos, y esta no ha sido la excepción.
La trama de esta nueva producción, una adaptación, narra las peripecias
en torno al rodaje para cine de una zarzuela homónima de la obra Shakespeare, financiada
por una aristócrata italiana. La novedosa y enmarañada propuesta juega con el concepto
del teatro dentro del teatro, y tanto
el creador de la escena Nicolas Boni,
como el director de escena Marco Carniti
sitúaron la acción en la Roma de los 50, la de la ‘Dolce Vita’ donde aparecen diversos personajes de Shakespeare, así
como el propio literato, Orson Wells, Guillermo del Toro (aquí Guillermo del
Mono), Falstaff o la Reina Isabel que es en realidad la aristócrata italiana y
productora del espectáculo.
Los artistas
interpretan personajes que viven entre el sueño y la realidad, entre lo absurdo
y lo cómico, pero en divertidas situaciones, que Carniti supo incorporar en la justa
medida. Los elegantes vestuarios de Jesús Ruiz y la iluminación de Albert Faura redondearon la parte visual
del espectáculo. En el podio, el experimentado
Miguel Ángel Gómez Martínez mostró pericia
y conocimiento para resaltar la jovialidad y la delicadeza melódica de la orquestación
que mezcla algunas cualidades italianas con ritmos españoles. La Orquesta de la
Comunidad de Madrid mostró oficio, así como el coro del teatro y los artistas
en escena. La soprano María Rey-Joly, con amplia experiencia
en este escenario, personificó una sensual y refinada Reina Isabel/Tortellini cantando
con claridad vocal; y el tenor Santiago Ballerini, mostró su grata timbre
belcantista en sus intervenciones como Guillermo del Moro/ Shakespeare. Divertido
y jocoso estuvo el Falstaff del barítono Valeriano
Lanchas, quien cantó con profundidad y potente emisión. y Sandra Ferrández actuó y cantó bien a una
veleidosa Olivia de Plantagenet, cómplice de la princesa Tortellini.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.