Fotos cortesía
del Festival del Centro Histórico
Ramón Jacques
Uno de los eventos musicales más relevantes de la 35 edición
del Festival del Centro Histórico fue la ejecución de La Pasión según San Mateo, BWV 244 (o Passio Domini Nostri J.C. Secundurm Evangelistam Matthaeum su título
original en latín) de Bach en el
Palacio de Bellas Artes. A pesar de la gran cantidad de agrupaciones que existen
en la actualidad dedicadas a la ejecución de obras antiguas y que aún no han
visitado nuestro país, el festival optó por invitar a las orquestas Orchester Wiener
Akademie de Viena y a Música Angelica Baroque Orchestra de Los Ángeles, quienes,
en el año 2007, ofrecieron una memorable versión de la misma obra maestra en la
Sala Nezahualcóyotl de esta ciudad. Cabe recordar también la visita en el año
2014 de Música Angelica al Palacio de Bellas Artes, donde acompañó desde el
foso la puesta en escena de la ópera Radamisto de Handel. La dirección nuevamente
fue del maestro austriaco Martín Haselböck, titular de ambas orquestas y conocedor de este repertorio, quien ofreció
una conducción íntima, detallada, solemne, pero dinámica y rica en matices, que
fue cincelando desde sus entrañas más profundas hasta ofrecer conmovedores
pasajes musicales, en una unión entre músicos de dos diferentes agrupaciones y latitudes
que entienden su estilo e intención. El
elenco de solistas, en mi opinión más sólido y experimentado en el concierto
del 2007, que sin embargo no defraudó, fue encabezado por el tenor Zachary Wilder quien interpretó al Evangelista
con vehemencia y pasión, con una coloración tersa y sutil pero adecuada para
este repertorio del cual es un reconocido exponente. El bajo John
Taylor Ward dio al papel de Jesús seguridad con su oscura voz; y el bajo Christopher Filler se mostró un poco
titubeante en su emisión como Judas. Dos puntos sobresalientes del concierto fue
escuchar las conocidas arias, Erbarme
dich, mein Gott y Können Tränen meiner Wangen esta última
cargada de sentimiento, por cuenta de los contratenores Reginald Mobley y Alois Mühlbacher. Buen desempeño, tuvieron las sopranos Teresa Wakim y Theodora
Raftis; así como el tenor argentino Pablo Corá, un refinado intérprete
de música sacra afincado en Los Ángeles. El coro Música Angelica Consort, aportó
lo suyo al concierto, así como los organistas Jeremy Joseph y Davide
Mariano.
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