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Bajo la dirección de su actual director titular, el húngaro Moshe Atzmon, la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM, asociada a la Universidad Nacional Autónoma de México) y en la actualidad una de las agrupaciones más importantes de este país, presentó dos emotivos conciertos dedicados a Mozart y a Beethoven, particularmente por la explosiva presencia del pianista turco Fazil Say, quien en el primer concierto regaló una magistral interpretación del Concierto para piano y orquesta No. 3 en do menor, op. 37 de Beethoven, permitiéndose libertades musicales y sonoras que hicieron crecer la intensidad de su ejecución, particularmente en el movimiento Allegro con brío del que extrajo una amplia gama de colores y timbres. Say no es un pianista convencional, si no un poeta y un pintor del teclado que vibra y sintie la música con exaltación y frenesí, y que paso a paso en cada nota y en cada ataque fue creando una labor que se convirtió en un verdadero tour-de-force. Un día después, Say demostró su capacidad para adaptarse a la sutileza y a la musicalidad mozartiana con una ejecución plena de imaginación del Concierto para piano y orquesta No. 21 en do mayor, K 467 contagiando a la propia orquesta que le respondió en cada momento y al frenético publico que lo premio con largos y entusiastas aplausos. Say no se limitó en los diversos y largos bises que ofreció de obras de su autoria cargadas de ritmos de jazz y tonos de la música folclórica de su país, o en la conocida marcha turca.

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