Wednesday, June 1, 2011

Tosca en el Teatro Municipal de Santiago de Chile

Foto: Teatro Municipal de Santiago.

Johnny Teperman
Con la ópera "Tosca", una de las más populares del repertorio internacional, se abrió a fines de mayo, la temporada lírica 2011 de Chile en el Teatro Municipal, en la que se ofrecerán seis títulos en total a lo largo del año. Estos son: "Ariadna en Naxos", de Richrd Strauss (13 al 23 de junio). "Boris Godunov", de Modest Mussorgsky (22 al 29 de julio). "Simón Boccanegra, de Giuseppe Verdi (13 al 24 de agosto), "Don Pasquale", de Gaetano Donizetti (18 al 30 de septiembre). "Aída", de Giuseppe Verdi (27 de octubre al 8 de noviembre).  La ópera en tres actos , con música de Giacomo Puccini y libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, regresó con un gran reparto encabezado por la soprano portuguesa Elizabete Matos (Tosca); por el tenor coreano Alfred Kim (Cavaradossi) y por el gran barítono ruso Sergei Liferkus (Scarpia). Todos ellos, junto a la Orquesta Filarmónica de Santiago, fueron dirigidos por el maestro José Luis Domínguez. Y en una ocasión con el segundo elenco (o estelar) , con Pedro Pablo Prudencio, ambos chilenos. Las funciones de la ópera internacional fueron seis (incluyendo una gala) y las de la versión estelar, o segundo elenco, tres.  El elenco internacional fue conformado, además, por Marcelo Otegui (Angelotti), Pablo Ortiz (Spoletta), Ricardo Seguel (Sacristán), Pablo Jiménez (Sciarrone), Augusto de la Maza (carcelero) y Andrea Betancourt (pastor).  En las funciones de la Ópera Estelar, el trío de protagonistas fue interpretado por la soprano chilena de destacada carrera internacional Marcela de Loa-Holzapfel (Tosca); por el tenor peruano Andrés Veramendi (Cavaradossi), y por el destacado barítono cubano-chileno Homero Pérez-Miranda (Scarpia).  Los acompañaron David Gáez (Angelotti), Gonzalo Araya (Spoletta), Ricardo Seguel (sacristán), Pablo Oyanedel (Sciarrone), Arturo Jiménez (carcelero), y Andrea Betancourt (pastor).  Las funciones de la Ópera Estelar fueron los días 24, 27 y 30 de mayo, este último día, bajo la dirección del maestro nacional Pedro Pablo Prudencio. La dirección de escena estuvo a cargo de Pier Francesco Maestrini, la escenografía y vestuario, del destacado artista chileno Pablo Núñez, y la iluminación, de Ricardo Castro.  Musicalmente es una obra maestra, y en cuanto a fama y popularidad hay pocas óperas que la igualan. "Tosca" es, sin duda, una de las mejores creaciones de Giacomo Puccini (1858-1924).
Fue estrenada en el Teatro Constanzi de Roma el 14 de enero de 1900 como el quinto trabajo del compositor italiano. Basada en el drama homónimo de Sardou, la historia es efectista e intrigante, muy eficaz como espectáculo ‘verista’ por el suspenso y las violentas emociones que incorpora. Los roles, fuertes y muy marcados en sus características, permiten un gran lucimiento vocal y teatral a los cantantes que los interpretan, como el de Tosca, Scarpia y Cavaradossi. Además, no pocas arias de esta obra se han hecho famosas como las dos de Cavaradossi y la plegaria de Tosca.  En la “Tosca” chilena 2011, una ópera en nuestro país también gran favorita, merece destacarse que se constituyó en un estreno que cumplió con lo esperado, aunque sin destacar en demasía. Tanto, la parte cantada como la teatral, la escenográfica como la de vestuario, fueron con una producción más que regular. No fue una Tosca sobresaliente, pero tampoco desilusionó. Tuvo el amplio apoyo del público, que reitero ue es una de sus favoritas.  Yendo a los solistas, sin duda que la figura principal fue el tenor coreano Alfred King, que en el año 2010, en el improvisado Teatro de la Escuela de Carabineros, lució sus pergaminos en la versión internacional de “Cavallería Rusticana” de Pietro Mascagni. Junto con poseer una voz de textura fina y dulce, Kim es un Cavaradossi muy posesionado de su papel, es intenso y sentimental y tiene las características de un belcantista neto.  La Tosca de la portuguesa Matos, también intensa y dolorida, aunque por momentos acentuó un ”vibrato” que contribuía poco a su lucimiento. En la escena de su enfrentamiento físico con Scarpia, hubo algunas licencias que afeaban la trama. La escena de su suicidio acertada por todo concepto.  El Scarpia de Leiferkus fue una desilusión. El barítono ruso ya siente el peso de los años. Su vpz indudablemente ha perdido potencia y eso lo aleja del personaje. Con respecto al segundo elenco, la gran soprano chilena Cristina de Loa Holzapfel encarnó a un personaje enamorado y sufriente. En general bien. Agradaron sus dúos con el joven tenor peruano Andrés Veramendi, de agradable voz.  Por último, en lo relativo al Scarpia del elenco estelar, el bajo barítono de origen cubano Homero Pérez-Miranda, se sintió a sus acnchas en el personaje. No sólo su canto fue correcto sino que su apostura física va con la caracterización del cínico policía.



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