Thursday, February 21, 2019

Carmen en Dallas


Fotos: Karen Almond - Dallas Opera

Ramón Jacques

Carmen es una de las obras más representadas en la larga y prolífica historia de esta compañía. En esta ocasión fue un placer presenciar un espectáculo con la producción concebida por Sir David McVicar en el 2002 para el teatro de Goteburgo, Suecia; que fue repuesta tiempo después en el mismo teatro; y en el 2015 por el festival ingles de verano de Glyndebourne. En esta realización se cuidó hasta el más mínimo detalle, como los elegantes vestidos sevillanos, o los trajes de toreros, haciendo el paseíllo antes de la corrida; así como las escenografías en la prisión, la taberna de Lillas Pastia, y particularmente el exterior de la plaza de toros en un día brillante y soleado. Destaca el loable trabajo realizado por el director inglés, que demostró entender a profundidad el tema de la ópera y el espíritu y ambiente español dentro del cual se desarrolla la historia. Personalmente, la consideró como la mejor producción escénica que haya visto de Carmen. 
De la misma forma, la dirección escénica, se alejó de los clichés y las prácticas usuales en la que suelen incurrir la mayoría de los directores que se enfrentan a esta pieza. Aquí la historia fue contada de manera concisa y directa, es verdad que Carmen es una mujer atractiva, que se apasiona y su historia termina trágicamente. Fácil decirlo, pero difícil plasmarlo en escena con tal claridad y credibilidad. Fundamental fue la presencia de la mezzosoprano francesa Stéphanie d'Oustrac, que ya conocía la producción y los conceptos del director; y porque actualmente su nombre esta muy vinculado al de Carmen. Vocalmente fue ideal, ya que en su timbre posee una oscura coloración dramática y relumbrante, impecable dicción, y la necesaria proyección. Entiende bien el papel, irradiando la sensualidad y la fuerza que requiere. Como su contraparte, Don José, el tenor Stephen Costello demostró una voz solida de grata coloración para cantar papeles de mayor exigencia a los que se le conocen; y a pesar de actuar con pasión, pareció estar alejando del centro de la acción en varias escenas. La soprano Sarah Gartland destacó por la brillantez con la que interpretó sus arias y su desenvoltura actoral.  Alexander Vinogradov tuvo un desempeño vocal y actoral aceptable como Escamillo, así como el resto del elenco y el coro por su conjunción. Emmanuel Villaume, director titular del teatro, ofreció una lectura entusiasta y dinámica llena de ímpetu.



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