Fotos: Karen Almond - Dallas Opera
Ramón Jacques
Carmen es una de las obras más representadas en la
larga y prolífica historia de esta compañía. En esta ocasión fue un placer presenciar
un espectáculo con la producción concebida por Sir David McVicar en el 2002 para el teatro de Goteburgo, Suecia;
que fue repuesta tiempo después en el mismo teatro; y en el 2015 por el
festival ingles de verano de Glyndebourne. En esta realización se cuidó hasta
el más mínimo detalle, como los elegantes vestidos sevillanos, o los trajes de toreros,
haciendo el paseíllo antes de la corrida; así como las escenografías en la
prisión, la taberna de Lillas Pastia, y particularmente el exterior de la plaza
de toros en un día brillante y soleado. Destaca el loable trabajo realizado por
el director inglés, que demostró entender a profundidad el tema de la ópera y
el espíritu y ambiente español dentro del cual se desarrolla la historia.
Personalmente, la consideró como la mejor producción escénica que haya visto de
Carmen.
De la misma forma, la dirección escénica, se alejó de los clichés y las
prácticas usuales en la que suelen incurrir la mayoría de los directores que se
enfrentan a esta pieza. Aquí la historia fue contada de manera concisa y
directa, es verdad que Carmen es una mujer atractiva, que se apasiona y su
historia termina trágicamente. Fácil decirlo, pero difícil plasmarlo en escena con
tal claridad y credibilidad. Fundamental fue la presencia de la mezzosoprano
francesa Stéphanie
d'Oustrac, que ya conocía la producción y los
conceptos del director; y porque actualmente su nombre esta muy vinculado al de
Carmen. Vocalmente fue ideal, ya que en su timbre posee una oscura coloración
dramática y relumbrante, impecable dicción, y la necesaria proyección. Entiende
bien el papel, irradiando la sensualidad y la fuerza que requiere. Como su
contraparte, Don José, el tenor Stephen Costello demostró una voz solida
de grata coloración para cantar papeles de mayor exigencia a los que se le
conocen; y a pesar de actuar con pasión, pareció estar alejando del centro de
la acción en varias escenas. La soprano Sarah Gartland destacó por la
brillantez con la que interpretó sus arias y su desenvoltura actoral. Alexander Vinogradov tuvo un desempeño
vocal y actoral aceptable como Escamillo, así como el resto del elenco y el
coro por su conjunción. Emmanuel Villaume, director titular del teatro,
ofreció una lectura entusiasta y dinámica llena de ímpetu.
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