Foto: Daniel Azouley
Abigail Brambila
El Adrienne Arsht Center for the
Performing Arts de Miami, sede de la ópera de Florida, se vistió de
gala una vez más para iniciar la temporada de la compañía con La Bohème de
Puccini. La loable colaboración de todo el equipo hizo que la velada fuera
inolvidable por todos los presentes, que no se cansan de presenciar una y otra
vez la trágica historia de amor entre Mimi y Rodolfo. Gran parte del éxito
provino desde el foso gracias a la batuta de Ramón Tebar que condujo con naturalidad y suntuosidad. El trabajo
del director Jeffrey Marc Buchman,
fue plasmado con una buena actuación, llevando como marco la tradicional producción
perteneciente al teatro de Michigan. Conmovió la Mimi de la soprano Adrienn Miksch que mostró volumen, extensión
y color, y nos hizo quedarnos sin aliento en más de una ocasión por su
complaciente actuación. Haciendo su debut norteamericano, el tenor italiano Alessandro Scotti di Luzio hizo el papel de Rodolfo con suntuosidad y penetrantes agudos,
además de una clara dicción. Marcello fue interpretado por el barítono Trevor Scheunemann encantador artista,
muy generoso en su canto. Como Musetta la soprano Jessica E. Jones cantó con intensidad logrando transmitir sus
emociones; por su parte el bajo Simon
Dyer fue un meritorio Colline y Benjamin
Dickeron fue Schaunard. En elenco quizá no de nombres consagrados, pero si
de artistas competentes en carreras ascendentes.
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