Fotos cortesía:
Festival Internacional Cervantino
Alberto Rosas
La presentación en
concierto en el esplendoroso Teatro Juárez de Don Chisciotte Alle nozze di Gamace (Don quijote en las bodas de Camacho) de Antonio Salieri (1750-1825)
fue una de las apuestas más interesantes de la reciente versión del Festival
Internacional Cervantino que se realiza anualmente en Guanajuato México. Considerada
como ‘ópera bufa entremezclada con danzas’
en dos actos, está basada en la obra de Cervantes, aunque de manera superficial,
en los capítulos 19 y 21 de la segunda parte, donde algunos personajes y
situaciones difieren de lo contenido en la novela. La ópera fue compuesta por el
compositor italiano Antonio Salieri para el carnaval de Viena de 1771, donde fue
estrenada en el escenario del Kärntnertortheater de esa ciudad. El libreto es
del bailarín y poeta Boccherini, y en su creación participó el conocido bailarín
y coreógrafo francés de la época Jean Georges Noverre, quien imprimió a la
partitura una clara influencia del estilo francés, con largos pasajes
orquestales de ballet, y donde uno de los personajes, el de Alfeo, es interpretado por un bailarín. La partitura fue
obtenida de la biblioteca de Viena por Sébastien d'Hérin, clavecinista
y director del ensamble francés de música antigua Les
Nouveaux Caractères, a raíz del encargó realizado por el festival, cuya edición de este año fue
dedicada a Don Quijote y a Cervantes. De acuerdo a investigaciones del propio d'Hérin, durante la preparación de
este concierto, no encontró antecedente alguno de que la ópera haya sido
interpretada de nueva cuenta desde su estreno, a excepción de situaciones
aisladas ocurridas hace pocos años como la ejecución de la obertura o la interpretación
a piano de algunas arias. Por ello, se
puedo hablar de un reestreno moderno de una ópera perdida de Salieri. Orquestalmente
se trata de una partitura ligera, de gratos pasajes orquestales muy cuidados, una
obra al estilo Mozarteano, con situaciones cómicas y jocosas, arias plenas de virtuosismo,
dúos, y como ya se mencionó, alargados pasajes orquestales de ballet. Como dato curioso y contrario al estilo de composición
de la época, Salieri omitió el uso del
traverso o flauta barroca y reforzó la orquesta con oboes, fagots y cornos. Desde
el clavecín d'Hérin condujo con
entusiasmo y vehemencia a un ensamble muy bien trabajado, compacto, ligero, y
muy musical, particularmente en su sección de cuerdas.
Además, se conformó un
buen elenco de cantantes franceses que hicieron justicia a sus personajes y a
las divertidas situaciones, es una propuesta semi actuada y con caracterización
de algunos personajes como la del cocinero Gnoco que ameniza la boda, con gorro
de chef y exagerado acento francés que. El papel de Don Quijote fue
interpretado por el barítono Frédéric
Caton con profunda y potente voz, y el de Sancho Panca por Sébastien Droy un tenor de grato timbre
y claridad vocal. Correctos estuvieron sus contrapartes, con quienes se desata
una pelea durante la boda, el barítono Ronan Nédélec como Nasone y el caballero del bosque, el tenor Jean-François Novelli, encantador intérprete que por su caracterización de Gnoco.
Armoniosos fueron los duetos entre Chiterria de la soprano Hjördis Thébault y del barítono Guillaume Andrieux, ganador del
importante reconocimiento francés del 2016 Révélation des Victoires de la musique classique, en el papel de Gamace. Mucho provecho actoral y vocal sacó la soprano Caroline
Mutel al personaje de la enamorada Rosina, una intérprete muy refinada,
delicada y elegante, tanto en su porte como en su interpretación vocal de gran
nivel. Finalmente, la soprano Camille Poul, prestó al personaje de Lena encanto
y gracia, y un canto uniforme y nítido en su timbre y su expresión. Don Chisciotte de Salieri es una
obra que merecería recibir al menos alguna oportunidad de ser puesta en escena,
y un reconocimiento al festival por la loable tarea de revivir obras desconocidas
como lo es esta.
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