Tuesday, March 1, 2016

Norma en el Teatro San Carlo de Nápoles

Foto: Francesco Squeglia

Giuliana Dal Piaz

He tenido la oportunidad de asistir a unas cuantes ediciones distintas de  "Norma" de Vincenzo Bellini; y entre todas, la dirección de Lorenzo Amato y la puesta en escena de Ezio Frigerio para el Teatro San Carlo de Nápoles son las que más me gustaron. Las líneas-guía del director se inspiran fielmente en las intenciones originales del libretista Felice Romani y en el enfoque que Bellini le dió a la ópera. Asistido por Vincenzo Raponi con un magnífico manejo de las luces por Sergio Metalli para la proyección de imágenes que le dieron vida a la foresta en los varios momentos del día y de la noche y según lo que ocurría en la escena - desde la ceremonia del corte del muérdago sagrado, al llamado a la guerra y a la hoguera final - con el sencillo y hermoso vestuario de Franca Squarciapino, Frigerio creó un escenario tradicional y sin tiempo, muy sugestivo, realizado además con gran economía de medios ("los más sencillos, madera, cartón y fantasía", dice Frigerio). Tanto Amato como Frigerio y Francapina quisieron enfatizar la falta de lujo y magnilocuencia del escenario: hay ahí dos ejercitos en guerra que se enfrentan, el uno, el invasor, en un campamento militar; el otro, los druidas (¿los Galos quizás?) refugiados en los bosques sagrados que los Romanos intentan repetidamente destruir, ya agotados por meses de una campaña bélica impar. El drama del amor prohibido, y traicionado, entre la sacerdotisa druída y el general romano, inspirado en la homónima tragedia de Alexandre Soumet (a su vez quizás eco más gentil de la Medea griega), está representado por un cast principal - Mariella Devia como Norma, Luciano Ganci como Polión, Laura Polverelli como Adalgisa, y Carlo Colombara como Oroveso - y por 3 días (23, 26 y 28 de Febrero) por un segundo cast: la soprano Daniela Schillaci-Norma, el tenor rumano Stefan Pop-Polión, la mezzo-soprano rusa Anna Goryachova-Adalgisa y el bajo Giacomo Prestia-Oroveso. La conducción musical es, con la orquesta y el coro del Teatro San Carlo de Nello Santi, un veterano de la batuta especialmente vinculado a la Norma y amante de la música de Bellini. Dirigiendo Norma en Riga en 1837, Richard Wagner - cuenta el Mº Santi - "se enamorò de ella, tanto que en Zürich se conserva el primer acto de esta ópera, instrumentado por el mismo Wagner, que desistió de poner mano al segundo acto, considerando a Bellini insuperable". La soprano Daniela Schillaci, también muy buena actriz, tiene una magnífica voz que maneja correctamente tanto "las melodías largas" que Verdi encontraba en las óperas de Bellini, como las frases muy cortas de los duetos. La voz de la mezzo-soprano rusa Goryachova es muy buena pero su actuación es rígida y poco expresiva. Al tenor Stefan Pop en cambio le hace falta trabajar más sobre su voz así como sobre su capacidad actorial. Sería además oportuno que también para los cantantes hombres empezara a valer el principio que hace años ya domina para las cantantes mujeres: un físico más adecuado al rol que interpretan. La última función de la Norma, con el reparto principal, tuvo lugar el martes 1º de Marzo.


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